012 》SEAN CASSIDY《 [II]

7.3K 400 54
                                    

Los días pasaban y la cercanía entre los jóvenes mutantes se hacía más común ante los ojos de los demás habitantes de la mansión Xavier.

-Ey, Sean, ¿Qué onda con la señorita telequinética?

-¿Con _____? ¿Qué hay con ella?

-No te hagas- protestó Alex -Han estado muy juntos últimamente, ¿qué te traes amigo?

-¿Yo? Nada

-¿Nada? ¿Seguro?

-Nada malo, al menos

Alex lo miró desconfiado pero no agregó más, siguió corriendo junto a su colorado amigo sin decir palabra alguna.

Los estudiantes de la mansión Xavier que eran parte de los
X-Men, se encontraban entrenando en el jardín trasero bajo la atenta mirada del Profesor, quien había logrado convencer a _____ de bajar a observarlos.

-¿Estás segura que no quieres ser parte de esto?- dijo Charles a un lado de la chica en su silla de ruedas.

-No les sirvo para nada- dijo sin quitar la mirada de los demás mientras corrían por el sendero.

-Claro que sí, ¿cómo puede no servirnos alguien con telequinésis?

-Soy inválida

-Yo también

-Es diferente, usted posee la mente más brillante del mundo Profesor, usted es su guía, yo sólo estorbaría. No puedo moverme por mi misma, no entiendo como podría ayudarlos.

-Eres de gran ayuda, piensalo _____ , por favor.

-Está bien.

Luego de terminado el entrenamiento, Sean se acercó a la chica.

-¿Viniste a verme?- dijo alzando las cejas varias veces.

-No, en realidad me obligaron- dijo continuando con su lectura.

-¿Segura?

-Segura-.

-Deja ese libro mujer- se lo arrebató de las manos.

-¡Ey! ¡Estaba en la mejor parte!- se quejó.

-Mejor caminemos un rato- dijo sin pensar.

-Muy gracioso- dijo irónica.

-Lo siento, demos una vuelta ¿si?- dijo incómodo por su torpe comentario.

La chica comenzó a mover su silla de ruedas por ella misma, cuando el chico tomó sus manos y paró su paso.

-Dejame guiarte, aunque sea una sola vez- la joven asintió sin decir palabra alguna.

Sean empujaba la silla de ruedas en arduo silencio mientras la chica leía el libro que Banshee le había devuelto hacía unos segundos. En realidad no leía, sólo pensaba. Pensaba en lo idiota que podía llegar a ser Cassidy aveces, pero que siempre terminaba haciéndola reír. Como aquella vez, luego de haberse intentado suicidar, cuando él la salvó. Se había vuelto tan dependiente de Sean que le asustaba. Le aterraba que un día se le pasara su enamoramiento hacia ella y se quedara sola de nuevo. No eran pareja ni nada, pero no iba a negar que sentía algo por él. Algo que no había confesado aún.

-Oye _____- le habló cuando paró en un banco -¿pasa algo?

-¿Algo? ¿Cómo qué?- preguntó confusa.

-No lo sé, estás rara...

-Soy rara- le interrumpió con una leve risa.

-Me gusta cuando ríes- le confesó.

-¿Adivina quien me hace reír?- preguntó retóricamente.

-Me alegra ser yo la razón de tu risa.

-En realidad la razón son tus ocurrencias.

-Son parte de mi, así que la razón soy yo.

-Como digas.

-¿Tienes algo que decirme?

-¿Algo cómo qué?- ya sospechaba algo.

-No sé, cómo que ha estado pasando por tu cabeza en estos últimos días, o si estás interesada en alguien. No sé, por ejemplo, en mi.

-Uno: estoy normal. Dos: ya hemos tenido esa conversación muchas veces.

-Lo sé, y siempre me respondes lo mismo..- lo interrumpió.

-Si- dijo simplemente.

-¿Si qué?

-La respuesta es si.

-Si, que te interesa o...

-Si.

-Bien, si te interesa alguien, ¿y quien es?

-Si.

-¿Si? ¿Se llama, Si?

-No tonto- se rió- Si, esa es la segunda respuesta.

-¿La segunda respuesta a qué?

-Ven aquí- le tomó del cuello de su remera y lo besó.

Lo hizo lenta y pausadamente, disfrutando el momento.

Unos niños que jugaban frente a donde estaban ellos, los miraban atónitos. Nunca pensaron que la chica solitaria estuviera besando a alguien. O mejor dicho, nunca pensaron que Sean lograría conquistarla.

Se separaron lentamente. El chico no creía lo que acababa de suceder, mientras que la chica se había quedado sin expresión alguna, estaba procesando aún lo que había hecho.

-¿Eso es un si?- dijo con una sonrisa.

-Creo que lo he dicho varias veces ya- rió.

Tomó su cara entre sus manos y nuevamente la besó. Al separarse decidieron entrar a la mansión y pasar más tiempo juntos allí.

-Felicidades- escucharon decir a Xavier saliendo del comedor.

-Dijiste que no leerías la mente de nadie sin su permiso, Charles- dijo Banshee.

-No leí ninguna mente, todos lo vieron. Me alegra por ustedes chicos.

-Gracias- le sonrió _____.

Charles ya se iba hacia su despacho cuando la joven lo paró.

-¡Profesor!- le gritó, éste se dio vuelta -Lo haré.

-Me alegra oír eso, bienvenida- se retiró.

-¿Harás qué?

-Trabajar con los X-Men

-¿De verdad? ¡Pasaremos más tiempo juntos!

-Ay no, en que me metí- fingió arrepentimiento.

-No te hagas, te encanta la idea.

-Debo reconocer que me agrada.

Siguieron andando por la mansión.

-¿No era que nada?- preguntó Havok apareciendo frente a ellos.

-No lo era, ahora sí.

-Suerte chicos- le golpeó el hombro a su amigo.

-¿Qué no era nada?- preguntó confusa la chica.

-Olvidalo- le susurró Banshee -ahora si lo es y no me importa nada más- le besó la mejilla.

Ella se sonrojó y fueron a la habitación de la chica bajo la atenta mirada de todos. No le importaba lo que dijeran, en ese momento sólo importaban ellos dos, nadie más.



X-MEN » One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora