-Un café negro y unas galletas con chispas de chocolate, por favor- pidió el chico a la mesera.
-Bien, si necesita algo más, sólo llámeme- dijo la joven.
La chica llevó el papel anotado hacia la ventana que daba a la cocina, donde se encontraba trabajando su amiga Julie. Ambas habían cumplido su sueño desde siempre; abrir su propia cafetería. Y, aunque no eran muy reconocidas, el negocio marchaba bastante bien.
-Ey Julie, toma- le entregó la nota con el pedido -Si necesitas ayuda, avisame.
-No te preocupes, puedo con esto, gracias.
La chica bufo.
Aunque fueran socias, sentía que era menospreciada por su amiga. La mayoría del tiempo, atendía a los clientes mientras Julie estaba en la cocina. Ella adoraba cocinar, pero nunca dejaba que lo hiciera. No entendía el porqué, sólo no lo permitía.
-Ya está, aquí está todo- Julie miró hacia donde se encontraba el joven -Oye, ¿es para él?- lo señaló discretamente.
-Sí, ¿por qué?- preguntó confundida.
-Por nada, ¿sabes qué? Entra a la cocina por el resto del día, es mi turno de atender a los clientes, ¿no lo crees?
-Esta bien- dijo feliz -sólo deja que entregue éste pedido y listo.
-No amiga, deja que yo lo haga- tomó la bandeja.
-Ey, ¿qué pasa?- dijo confundida -nunca quieres atender a nadie, mucho menos que yo entre a la cocina y ahora sales con esto, ¿que pretendes?
-Ash, aveces eres una paranoica _____. Deja que entregue esto y no preguntes.
-Ey, no me hables así. Lo entrego yo y punto- dijo firme y salió disparada hacia la mesa.
Escuchaba a lo lejos los llamados de Julie, pero no le dio importancia. No sabia que tramaba, pero no era algo bueno, al menos no para _____.
-Aquí está su pedido señor, lamento la tardanza.
-No pasa nada- le sonrió.
Bonita sonrisa; pensó. Tal vez ese era el motivo por el cual su "amiga" quería atenderlo. Si, de seguro era eso.
Julie era de esas personas que tenía que atrapar a todo hombre o mujer que pasara por su camino. Si, era bisexual y muy extrovertida.
Todo lo contrario a su amiga.
_____ era bastante reservada y para nada se interesaba en las personas. Ella tenía el pensamiento de que, no era necesario buscar a su "pareja ideal", más bien decía que si tenía que llegar, llegaría. Las cosas se cumplen aunque las tratemos de evitar.
-Oye- escuchó que la llamaban.
Se encontraba apoyada en la barra, con la mirada perdida y la cabeza en otra parte.
-¿Si señor?- preguntó acercándose al chico.
-¿Me darías el número?- preguntó sacando un papel y un bolígrafo.
-¿El de la cafetería?- preguntó -Es 436...- él la interrumpió con una leve risa.
-No, no, el de celular- dijo.
-Perdón señor, no lo conozco, no le doy mi numero a extraños- dijo rápidamente. Otra risa por parte de él la interrumpió.
-No, tu número no, el de ella- señaló a su amiga, quien los miraba del otro lado de la ventana.
-Disculpe señor, yo no soy mensajera de nadie. Si quiere su número, pidaselo a ella personalmente- se dio vuelta con el orgullo lastimado y se fue.
Le parecía una desfachatez lo que había hecho aquel tipo. Y más le parecía su estupidez. Por un momento creyó que se trataba de ella. Nunca nada se trata de ella, estaba acostumbrada a que fuese así y no entendía el porqué había creído que aquella vez era diferente. Eso era lo que más se reprochaba.
-Nos vemos- se despidió de Julie una vez que habían cerrado el lugar.
Como todos los días tomaban rumbos diferentes.
Julie tenía dinero por herencia de sus fallecidos padres, por lo tanto se tomaba aquello de la cafetería como un juego, un pasatiempo.
Ella se iba en auto, mientras _____ caminaba por las oscuras y frías calles, ya que no tenía en que irse.
Por suerte tenía algo escondido. Un método de defensa. Algo que nadie sabía de ella.
Sintió un auto frenar de golpe y pronto notó que alguien estaba atrás de ella.
Paró en seco y se dio vuelta lentamente. Eso era algo que la caracterizaba; hacerle frente a sus problemas.Lo miró directo a los ojos mientras se preguntaba qué hacía él allí.
-Hola- dijo simplemente.
-¿Qué hace aquí?
-Sólo quería hablar contigo, en realidad quería verte.
-No, gracias- se dio media vuelta y comenzó a caminar.
-Oye- la llamó acelerando el paso -sólo quiero hablar.
-Yo no.
-Vamos, quería disculparme.
-¿Por qué?
-Por ser un idiota. No debí haber dicho aquello.
-Ya lo dijo, ya pasó.
-Por favor, para.
-Vayase, por favor.
-Detente- dijo extendiendo su brazo.
Como por arte de magia, la joven paró su paso y, aunque trató, no logró continuar.
-Comencemos de nuevo- dijo él poniéndose frente a _____. -Soy Erik- extendió su brazo hacia ella.
-_____- imitó su acción y estrecharon manos.
-Muy bien, ahora, ¿me disculpa?
-No- dijo simplemente.
-¿Cómo?- dijo casi ofendido.
-No deja que me mueva, no lo voy a perdonar.
-Oh, cierto, lo siento- dijo y la chica pudo moverse con normalidad -¿y ahora?
-No lo sé, quizás- dijo acercándose lentamente.
-¿Quieres jugar?- dijo seductoramente tomándola de la cintura.
-No lo sé, dímelo tú- lo tomó por el cuello.
De sus manos comenzó a salir un humo negro y pronto, Lensherr, cayó desmayado en el piso.
-No entiendo porqué teniendo una mutación, creen en que otras personas no las tienen o no las pueden usar en su contra- bufo.
[...]
Con la vista borrosa se fue incorporando poco a poco. Intentaba reconocer en que lugar estaba, pero no lo lograba. Sólo pequeñas cosas le parecían familiares pero no conseguía saber donde se encontraba.
Una persona entró en la habitación y de inmediato supo donde estaba.
-Hola, Erik. ¿Recuerdas algo?- preguntó Jean revisando unos papeles.
-¿Qué? ¿Cómo fue qué...?- ahí se dio cuenta de algo -¿Cómo llegué aquí?
-Una chica te trajo, dijo que encontró la dirección en tu billetera y que te encontró tirado en la ciudad, fuera de un bar.
-¿Sigue aquí?
-No, sólo te dejó y se fue, ¿qué te pasó?
-Fue ella, un humo negro salió de sus manos y me desmayé, eso es lo último que recuerdo. Ella lo hizo, necesito saber que me hizo- dijo levantándose.
-Ey, ey, no tan rápido. No puedes salir de aquí aún, debes descansar.
Alguien tocó a la puerta.
-Permiso- dijo Scott asomando su cabeza -Siento interrumpir, Jean, te llama el profesor.
-Esta bien- le dijo -No te muevas de aquí- ahora se dirigió a Magneto.
-Está bien - resopló.
La pelirroja se fue junto a Cíclope y Erik aprovechó eso.
Se puso su ropa, salió de la enfermería, e inclusive, de la mansión. Tomó el auto de Hank y emprendió viaje hasta el centro de la ciudad. Debía descubrir que le había hecho. Debía encontrarla antes que nada.
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X-MEN » One Shots
FanficOne shots de algunos personajes de X-Men ⚪ |Portada anterior; @AnayancyCM2|