24 de marzo.

Stay alive

Magnus

La vista desde el puente de Brooklyn era hermosa. Lo último que vería en mis 24 años de vida.
Me dediqué a admirar la vista durante horas... Pero no podía seguir ahí.
Ya no aguantaba el hecho de tener que guardarme las cosas, no aguantaba las pesadillas y las horribles sensaciones que presenciaba por las noches. No soportaba el saber que no tengo a nadie... Nadie.

Era hora.

Magnus Bane, deseo que seas feliz del otro lado.

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Alec

Había sido un día realmente extenuante.
Pero al fin, iba directo a casa.
Aunque siempre me gusta hacer una parada antes. En el puente de Brooklyn. La vista desde ahí es hermosa, me transmite paz y tranquilidad. Algo que no podría conseguir en ningún otro lado.

Faltaba poco para llegar, y a lo lejos pude ver a un joven.
Estaba en la orilla del puente.
¿Pero qué demonios?... Pensé.

Estacioné el auto, y me bajé de inmediato.

-Hola...- increíble, ¿es lo único que se te ocurre Alexander?

- ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? Vete ¡¡¡Vete!!!

El chico del puente volteó unos segundos a verme, estaba llorando. ¿Qué es lo que pasaba?

- Alexander. M-mi n-nombre es... Alexander.

El chico del puente me dio la espalda. Estaba a punto de arrojarse. No había duda de ello. Su mirada estaba fija en el vacío.
¿Qué hacer en estos casos?. Jamás había visto a alguien en éstas condiciones. Estaba desesperado ¿Qué es lo qué podía hacer por él? ¿Qué es lo que llevaría al chico a querer acabar con su vida?.
El chico se mostraba aterrado, asustado, pero también se veía vulnerable, roto, destrozado...

- ¿Cuál es tú nombre?- Quería ahorrar tiempo. Éste chico no podía acabar así. No creo que nadie merezca acabar su vida de ésta manera.

Tardó algunos segundos en contestar

- No te importa- dijo en voz apenas audible. El chico seguía de espaldas. Aproveché para mandar un mensaje a Izzy, mi hermana. Tenía que llamar a alguna patrulla o ambulancia. Le dije dónde estaba. No le di más explicaciones.

Izzy. Llama a una patrulla. Que se dirijan hacía el puente de Brooklyn.

- Q-quizás n-no sea de mi incumbencia... P-pero... chico... no hagas esto- fue lo único que pude decir. Yo también estaba asutado.

- ¿Quién eres tú para impedirlo?

- La vista desde aquí es maravillosa ¿no lo crees?- En verdad necesitaba tiempo.

- Lo es.

El chico se quedó callado. Se había tranquilizado un poco.
Hasta que escuchó a las patrullas.
No sé en que momento pasó, o como lo hice, simplemente me acerqué rápidamente y agarré la mano del chico, lo jalé hacía mi.
El chico empezó a llorar de una manera desgarradora.
Los policias se acercaron y preguntaron que es lo que pasaba.
El chico me miró suplicante. No quería que les dijera nada.

- Lo siento oficial, aquí no pasa nada, todo está bien, esto fue un error.

El oficial me miró con desdén. Observó al chico con duda e interés. Finalmente decidió marcharse.

- Magnus Bane- dijo el chico con voz rota

- ¿Disculpa?

-Mi nombre es Magnus, Magnus Bane.