Alec
- Joven Lightwood, si tiene algo mejor que hacer, sugiero que se retire del salón- dijo el profesor Williams.
Estaba muy distraído y nervioso por lo cual no estaba poniendo atención a la clase.
La primera razón: Magnus. Hoy lo vería y... Estaba un poco conflictuado debido al temor de que mi padre me descubriera.
Afortunadamente, para eso tenía a mi amada hermana Izzy, la cual me ayudaría a cubrirme unas cuantas horas.Segunda razón: mis hermanos. Jace ha sido el mejor hermano del mundo a pesar de su muy alto ego algunas veces y Max, bueno, soy su ejemplo a seguir, y es muy pequeño para cargar con estos conflictos mentales de Alexander Lightwood. No podía seguirles mintiendo, mucho menos a Jace, mi hermano, mi colega, mi cómplice...
Tercera razón: Megan. Esa chica... En verdad se había ganado mi cariño. Desde que éramos pequeños me forcé a sentir algo por ella, y desafortunadamente nunca la pude ver más que como una amiga. Una muy buena amiga. Sé que me porté mal con ella la vez que dejó ir a Magnus, y para ser sincero, la evitaba todo el tiempo.
No quería herir sus sentimientos, y mucho menos quería que se enterara de mis sentimientos por Magnus.Tenía que enfrentarme a muchas cosas en estos momentos y mi mente estaba hecha un lío.
No tuve que contestarle al profesor Williams, ya que la clase había acabado.
Salí rápidamente del salón, caminé a lo largo del campus hacia el estacionamiento y en eso, sentí una mano tocando mi hombro en modo de detención.
Al voltear a ver quien era me recibió con un beso bastante delicioso para querer separarse de él.
Lo reconocía a pesar de solo haberlo besado dos veces. Era Magnus.
Logré separarme unos segundos de él.
- Magnus, ¿qué haces aquí?- mencioné el hecho muy confundido.
- ¿No es obvio? Vine por ti- dijo Magnus con una enorme sonrisa.
- Dijiste que en tu apartamento, ¿no?- soné un poco rudo al soltar las palabras de esa manera.
- ¿Te molesta que haya venido?...Uh... En verdad lo siento- agachó la mirada- Nos vemos después.
- Magnus no seas ridículo, obviamente no me molesta- se detuvo en seco- Pero alguien podría vernos.
- Ah, ya veo el problema- dijo con una mueca en el rostro- Alexander creo que tenemos que hablar.
- ¿Y qué estamos haciendo?- dije sarcásticamente.
- Me refiero a hablar seriamente- y sí, su rostro reflejaba seriedad.
- ¿Te parece si vamos a tu apartamento?- le dije acercándome.
- Claro.
El trayecto a su apartamento fue incómodo. Ninguno de los dos decía ni una sola palabra, y a decir verdad, estaba bastante nervioso de lo que sea que fuéramos a hablar.
(...)
Magnus
Los dos estábamos sentados en el sofá con una distancia considerable el uno del otro. No sabía cómo empezar y que decir ante lo que quería expresarle a Alexander. Así que solté las palabras sin tacto alguno.
- ¿Qué somos?
- ¿De qué estás hablando?
- Me refiero a... ¿Qué es lo que sucede entre nosotros?- voltee a verlo y se miraba realmente confundido- Nos hemos besado, abrazado, y expresado lo que sentimos el uno por el otro, pero... Creo que no hemos llegado a una conclusión de que es lo que exactamente pasa con nosotros.
- B-bueno y-yo...- suspiré- Magnus, sabes que esto es verdaderamente difícil para mí, conociste a mi padre el día de ayer, ¿no te das cuenta de lo que pasaría si se entera de esto?
- Alexander, no has contestado mi pregunta.
- P-pu-pues...
- ¿A qué te refieres con "esto"?
- Pues... Esto... Lo que sea que esté pasando.
Me quedé callado. En verdad empezaba a lastimarme el que evadiera la situación.
- Creo que será mejor que te retires.
- M-Magnus n-no, ¿Por q-qué?- dijo preocupado.
- No estás dispuesto a hablar ni entender las circunstancias en las que estamos.
- ¡Pues si mi novio fuera tan amable de explicarme qué es lo que pasa por su cabeza...!
Se quedó callado al instante.
Me emocioné demasiado. Mi querido Alexander me había llamado "novio".
- Alexander...- dije con una pequeña sonrisa.
- ¿Q-qué?- mencionó con nerviosismo.
- ¿Me quieres repetir lo que dijiste?- dije acercándome cada vez más.
- Uhhm... P-perdón... En verdad... Las palabras salieron de mi boca sin pensarlo, Magnus yo no quise decir eso, sé que no tengo el derecho de llamarte así, en verdad lo sien...
No aguanté las ganas y lo callé con un beso. Un beso necesitado y lleno de nuevos sentimientos.
Era la primera vez después de tantos años de sufrimiento, en la que me sentía feliz y completo.
Alexander correspondió el beso gustoso. Toda estaba bien, hasta que una llamada interrumpió el mágico momento.
- ¿Podrías lanzar eso por una ventana?- dije fastidiado.
- No lo creo.
Alexander contestó la llamada y la felicidad desapareció en segundos.
- ¿Megan?
(...)
Alec
Había olvidado el pequeño detalle de que aún tenía una novia.
Cuando contesté la llamada, Megan me pidió verla en un restaurante cerca del apartamento de Magnus.
Él antes mencionado se enfadó bastante al darse cuenta de que aún no era suyo por completo. O por lo menos así lo dijo. Así que me dejó ir, sugiriendo vernos otro día.
Me encaminé hacia el restaurante donde Megan me había citado.
Al llegar al lugar pude verla sentada en un rincón y decidí acompañarla en la mesa.
- ¿Qué pasa? ¿Hice algo malo?- mencioné bastante inocente a pesar de saber a lo que iba
- ¿Además de evitarme e ignorarme? Oh, no lo sé Gideon.
- Sabes muy bien que detestó ese nombre, así que no me llames así y solo dime qué es lo que quieres.
- Alexander, ¿crees que estoy ciega o estúpida?
- ¿Por qué dices eso?
- Te ví besándote con el chico Magnus cerca del estacionamiento.
-🙈🙉🙊-
De nuevo, capítulo corto, pero en serio quiero dejarlos en suspenso😂. Les juro por lo que más amo (Glee, teatro, Harry Potter, Klaine y Malec) que muy pronto sabrán más acerca de estos personajes.
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24 de marzo.
RomanceMalec/Klaine AU. - ¿Magnus Bane? ¿De qué estás hablando? Él... Él está... M-muerto. - Creo que tendremos que hablar sobre ello- dijo Magnus acercándose lentamente con lágrimas rodando por sus mejillas.