I'll always be here for you...

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Alec parecía tener el control.

El chico tímido que Magnus había conocido, se había esfumado en un par de minutos al haber llevado a Magnus a la habitación.

Sin vergüenza y con todo el amor del mundo, lo tumbó sobre la cama, besando y acariciando un poco debajo de su camisa.

Ahora, los dos estaban totalmente extasiados con los labios y el cuerpo del otro.

El chico bajaba lentamente por el cuello de Magnus desabrochando su camisa con manos temblorosas, botón por botón mientras disfrutaba de la piel canela de su amado.

Magnus por su parte, liberaba pequeños gemidos ante las sensaciones que presentaba su cuerpo en esos momentos. Dejó los tortuosos recuerdos a un lado, y se dedicó a disfrutar de su presente: Alec.

El chico ojiazul regreso a los labios de Magnus, ruborizado por las acciones que estaba realizando. Quitó la camisa del otro por completo, y se quedó embelesado ante el torso de Magnus, bien formado y más suave que las mismas sábanas donde se encontraban.

Magnus levantó la vista un poco y sujetó la mano de Alec llevandola hacia su abdomen.

- Tócalo, anda, eres libre de hacerlo- dijo en un susurro bastante seductor.

El menor se sonrojo por completo al trazar cada uno de sus abdominales con su dedo, Magnus lo veía con una sonrisa genuina disfrutando de sus caricias.

Llegó un momento en el que Alec, quitado de la pena, reemplazo sus manos por sus labios, recibiendo un gemido sonoro de parte de Magnus.

El mayor se levantó un poco para alcanzar el rostro de Alec, y unir sus labios en un beso apasionado; en un rápido movimiento cambiaron de posiciones y ahora Magnus se encontraba sobre Alec acariciando sus mejillas mientras su lengua disfrutaba de los labios del otro.

Mordió su labio inferior antes de separarse para quitar hábilmente el suéter del menor.

- Que hermoso cuerpo tienes, amor- susurró Magnus en su oído.

Empezó a acariciar su torso con dedicación, su piel pálida contrastaba con la piel canela de Magnus.

Alec trataba de reprimir sus gemidos, pero le era casi imposible.

El mayor subió nuevamente a su rostro, beso su frente, su nariz, la comisura de sus labios y finalmente su barbilla.
Alec estaba explotando de felicidad en esos momentos.
Sentía mucho placer al sentir a Magnus de esa manera, sobre todo, por verlo feliz y seguro de si mismo.

Magnus comenzó a dirigir sus manos hacia su pantalón. Desabrochando y bajando su cierre en un solo movimiento. Los quitó con agilidad y admiro lo bien que se veía su novio en boxers negros, los cuales eran bastante ajustados.

Acarició por encima de la tela haciendo estremecer a Alec.

- Parece que tú amiguito está despertando, ¿Te parece si ayudo un poco?- preguntó Magnus buscando la mirada de Alec, el cual, estaba tan inmerso en las nuevas sensaciones que se limitó a asentir suavemente.

Por su parte, el chico de ojos color ámbar, empezó a jugar con el elástico de los boxers de Alexander mientras besaba su cuello. Los bajo poco a poco.

Alec no podía estar más rojo en estos momentos, tapó su rostro involuntariamente y apretó sus labios gimiendo descontroladamente al sentir su miembro totalmente descubierto.

Mientras tanto, Magnus se dedicó a admirar la imagen de su amado totalmente desnudo, para él era lo más bello que sus ojos han presenciado.
Tomó su miembro entre sus manos comenzando a acariciar levemente mientras buscaba los hermosos ojos de Alec. Al verlo con el rostro cubierto se acercó y tomó sus manos.

24 de marzo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora