I know him

308 31 4
                                    

Alec

Magnus se encontraba sentado con Izzy bebiendo café en el comedor.

- Bueno chicos, me retiro, fue un gusto hablar de la temporada de otoño contigo Magnus- dijo Izzy muy convincente.

- Mañana, hablaremos de la temporada de invierno- dijo Magnus emocionado.

- Adiós grandulón- dijo Izzy plantando un beso en mi mejilla- Cuídate y descansa.

Izzy, se fue dejándonos a Magnus y a mi solos.

Últimamente regresababa a casa más temprano de lo normal, para que Izzy se fuera a trabajar y yo pudiera pasar tiempo con Magnus. Era extraño, tenia la sensación de querer estar con él todo el tiempo.
Veíamos películas, leíamos, me enseñaba algunas cosas acerca de sus diseños, me ayudaba con mis investigaciones, le contaba acerca de mis hermanos y acerca de mi carrera en la universidad.

Mientras tanto, aún intentaba averiguar más acerca de su vida, y me quedaba poco tiempo.

La noche anterior, cuando ya estábamos "dormidos", escuché algunos pasos; me levanté y decidí echar un vistazo.

Me dirigí hacia la sala de estar, y vi a Magnus cerrando la puerta del apartamento.

Corrí de inmediato, abrí la puerta y le grité.

- ¡Magnus!

El chico volteó a verme.

- Alexander- dijo en un tono tranquilo pero serio

- ¿¡Qué carajos estás haciendo?!- dije un poco furioso.

- Ir a casa... No puedo seguir aquí Alexander ha pasado un mes entero... estoy mejor...- suspiró- Me siento un intruso. Es tú hogar. Nos conocimos hace a penas unas semanas...

Lo interrumpí.

- Ni se te ocurra abandonar éste edificio Magnus Bane.

- ¿Qué es lo que me impide hacerlo?

Me quede callado. No sabía que decir. No podía decirle que tenía miedo a que algo le pasara, porque ni siquiera yo entendía ese sentimiento de protección hacia él.

Magnus se acercó a mi, y me dio un papel.

- Ésta es mi dirección.

- ¿Por qué me das tú dirección?

- Por si alguna vez quieres visitarme- se quedó callado observandome fijamente- Eres una buena persona Alexander, gracias por salvarme la vida...

En ese momento su voz se rompió, empezó a llorar de una manera desgarradora.
No podía dejar que se fuera de esa manera, Magnus necesitaba a alguien, y al parecer nadie estaba dispuesto a ayudarlo.
Sin embargo, en mi causo algo, compasión y... algo que no puedo identificar, es un sentimiento extraño que en mis 20 años de vida no había sentido jamás.

Lo abracé y se aferró a mi.

Su manera de llorar era impresionante. Estaba destrozado. Se veía incluso peor que el día del incidente del puente.

Tenía un alma rota entre mis brazos.
Lo sujete fuertemente y lo dirigí hacia el apartamento.
Una vez ahí, Magnus me indicó que lo llevara a la habitación.
Lo recosté y lo abracé; al realizar ésta acción escuché un sollozo de su parte.

- Magnus, todo estará bien. Estoy aquí.

Magnus parecía haberse dormido. Una hora había pasado, y no me despegué ni un segundo de él.

Pensé que lo mejor sería ir a descansae un poco a mi habitación, por lo que quité mi brazo de encima suyo levantándome de la cama.

Sentí la mano de Magnus sobre la mía.

24 de marzo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora