You looked me straight in the eye and lied... (pt. 2)

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- Me encargaré de avisarles cuando el chico despierte, pueden ir a descansar chicos- mencionó Catarina cerrando la habitación. 

- ¿Qué pasa si quiero quedarme aquí?- preguntó Blaine algo cansado. 

- Lo lamento chico, has estado casi una semana entera aquí, necesitas descansar y el doctor titular me ordenó que te mandara de vuelta a casa. 

El ojimiel suspiró asintiendo. Alec, Magnus y Blaine salieron del lugar; el mayor de los tres no había pronunciado palabra alguna desde que vió el cuerpo de Kurt en esa cama... Seguía sin creerlo y se resistía a la idea de que estuviera vivo.

Seguramente es alguien más...

 Caminaba con los brazos cruzados y cabizbajo, los recuerdos cayeron de golpe en su mente, sus ojos se encontraban acuosos pero no quería mostrarse débil frente a Alec y mucho menos frente a Blaine. 

- Alec, ¿Puedo hablar contigo un segundo?- la voz de Blaine interrumpió los pensamientos del ojos color ámbar. 

- Claro...- respondió Alec mirando a Magnus, sabía que se encontraba en un estado de shock emocional impresionante, y no quería que algo grave sucediera, sin embargo, también sabía que tenía que darle el espacio adecuado para procesar lo que sus ojos habían visto. Estaba listo para consolarlo de ser necesario, y para justificarse por una mentira tan grande. Caminó hacia Blaine suspirando. 

- ¿Qué pasa? 

- ¿Cómo diablos se te ocurre venir aquí? 

- ¿Cómo iba a saber que éste era el hospital donde Kurt se encontraba internado?- contestó alterado. La culpa era bastante en estos momentos para el chico ojiazul, había arruinado lo que habían planeado durante casi dos años y no tenia muchos ánimos para discutir con alguien.- En verdad lo siento- dijo con la voz entre cortada debido al nudo que comenzaba a formarse en su garganta- Pero creo que tengo que hablar con Magnus en estos momentos... Tengo fe en que Kurt se recuperará pronto, por lo que pude ver, está en mejores condiciones que hace unos días. Cuídate Blaine... Te veo luego. 

Se alejó ignorando por completo lo que Blaine había contestado. LLegó hasta donde estaba Magnus y le señaló el pavimento para que caminarán directo a su auto. 

Al llegar un silencio tormentoso se formó entre los dos.

La lágrimas comenzaron a correr por el rostro de Magnus pero seguía sin pronunciar palabra alguna. 

(...)

Magnus

El tiempo era algo relativo y el silencio parecía ser la mejor compañía en esos momentos. Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, algunas de ellas tocaron mis labios... eran saladas y amargas, odiaba esa sensación.

Cruzado de brazos y con la mirada perdida, suspiré mirando hacia en frente, sin dirigir la mirada a Alec.

- ¿Estás... Bien?- preguntó Alec tocando levemente su hombro.

Magnus se apartó de inmediato. Respiro profundamente y soltó las palabras.

- Tú lo sabías.

Alec abrió los ojos como platos y tragó fuerte intentado calmarse, buscaba las palabras adecuadas para Magnus.

El mayor dirigió una fría mirada hacia Alec, expresando decepción y un profundo vacío.

- E-escucha Magnus... Tienes que escucharme, por favor...

- No quiero hacerlo. Me mentiste, y a pesar de que exista una justificación "válida", no deja de ser mentira.

Alec lo miró sin decir ni una sola palabra.

- Lo peor es que no ha sido una "mentirita", ¿Sabes?- La voz de Magnus se había quebrado- Me has ocultado... Lo más importante de mi vida.

El menor lo miró un poco dolido, no solo por el hecho de que Magnus estuviera decepcionado y molesto con él... Si no por el hecho de que él creía ser lo más importante en su vida.

Alec tomó las llaves del auto para arrancar, y Magnus lo detuvo.

- No iré contigo. Puedes olvidarte de mí Alexander... Así como lo hiciste todo éste tiempo al ocultarme esto.- suspira- ¿Hace cuánto lo sabías?

Respira profundo y cierra los ojos- aproximadamente hace un año.

La mirada que Magnus le brindó fue de completa decepción, justamente como su padre le miraba cada vez que no le salían las cosas a la primera.

-Nos vemos Alexander.

Dicho esto bajó del vehículo y gritó hasta que desapareció de la vista de Lightwood; Alec quería correr tras él, abrazarlo por la cintura y rogarle su perdón, pero sus piernas no reaccionaban, como una señal del Universo de que sería mejor dejarle solo.

(...)

Blaine

Después de que Alec y Magnus se fueron intenté obligarme a ir a mi casa, pero lo más lejos que llegué fue a la sala de descanso del hospital.

Recostado en una cama, mirando al techo intentando conciliar el sueño me preguntaba sobre Kurt. ¿Cómo estará? ¿Habrá despertado?

Necesitaba estar a su lado.

Cuando menos me dí cuenta ya estaba detrás del escritorio de una enfermera ocultándome hasta que la doctora Catarina saliera de la habitación y así pudiera entrar.

Escuché unos pasos acercarse a dónde yo estaba: la doctora había salido y estaba escribiendo sobre el historial médico de Kurt.

-Por el ángel, ¿Dónde está una enfermera cuando se necesita? -susurró y se fue por un pasillo.

Era mi oportunidad.

Con cautela caminé semi encorvado y me adentré a la habitación donde yacía un Kurt parpadeando repetitivamente.

-Hey, aquí estoy -le dije sentándome a su lado y acariciando su cabello con cuidado.

-Duele -dijo entre dientes.

- Shh... No digas nada- mencioné mirándolo. Se veía mas pálido de lo normal, unas ojeras muy marcadas hacían presencia en sus ojos y sus labios... Estaban resecos y morados.

- Blaine...- Kurt busco mi mano un tanto alterado.

- Tranquilo, iré por la enfermera...

- Blaine, no siento las piernas...- exclamó Kurt con la poca voz que podía emitir.- ¡B-Blaine!- exclamó más alterado- ¡No siento las piernas!

Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas sin previo aviso.
Sus manos temblaban mientras se aferraban a mi chaqueta.

Lo miré asustado mientras me quedaba quieto.

- ¡BLAINE! ¡NO LAS SIENTO!- ahora gritaba con dolor. Gritos desgarradores escapaban de sus labios. Reaccioné y salí rápidamente en busca de Catarina.

Llegó en cuestión de minutos a la habitación de Kurt junto con otras dos enfermeras. Mi chico castaño seguía gritando y yo solo escuchaba sus quejidos fuera de la habitación.

Comencé a llorar al escucharlo de esa manera. Cubrí mi rostro con ambas manos.

Sentí una mano sobre mi hombro y me di la vuelta para ver quien era.

- Hola Blaine...- Dijo un hombre detrás de mí. Se veía de unos 50 años, alto, cabello un poco canoso, ojos miel...

- ¿Lo conozco?- Pregunté asustado mirándolo.

- James Anderson.

- Papá...

-☯-
Lamento la tardanza. En serio, me odio amigos.
Hasta el próximo capítulo.
Colaboración de: vanjanyanis , graciass 💕

24 de marzo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora