Capítulo 19

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Hola, por favor discúlpenos por el problema del capítulo extra narrado por Annabeth el domingo pasado. La encargada de escribirlo pensó que no había sido publicado aún. Fue un sincero error, no fue una broma ni nada parecido. 

En fin, disfruten del capítulo,

Besos👄

-Flor, Hija de Atenea-

Fui a mi casa, por la hora mi madre acababa de llegar a casa.

-¡Paul, necesito ayuda!- Dije más fuerte de lo que pretendía.

-¿Qué pasa cariño?- Preguntó mi madre.

-Me invitaron a cenar a casa de Annabeth, ¿puedo ir?- Ambos soltaron una carcajada.

-La semana pasada estabas llorando por ella.- Dijo uno.

-Y días antes estabas nervioso por su presencia.- Dijo el otro.

-¿Puedo ir?- Los ignore a ambos.

-Claro que puedes. Pero, ¿por qué necesitas a Paul?-

-Porque el se viste bien y yo no se la diferencia entre el burdeo y el beige, ¡Son el mismo color!-

-No lo son hijo, uno es rojo y el otro es como café claro.- Rodé los ojos.

-¿Me ayudarás?- Suplique a mi padrastro, juro por el río estigio que si me forzaban un poco más, me pondría de rodillas.

-Esta bien, vamos a tu habitación.- Mi madre nos dio una enorme sonrisa de aliento, seguí a Paul, dispuesto a usar lo que sea que me pase.

Buscó por todo mi armario, y me entregó nada más que una camisa de mezclilla y unos jeans negros.

Buscó por todo mi armario, y me entregó nada más que una camisa de mezclilla y unos jeans negros

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-¿Es una broma? ¿Me humille para esto?-

-Al parecer, ve a darte una ducha, no quieres hacerlos esperar.- Ordenó.

Resignado me metí en la ducha, y me apresure lo más que pude.

¡Es increíble! Pero Paul tenía razón, ya afuera de la ducha me vestí y de verdad que me veía bien, sonreí a mi reflejo con mi mejor sonrisa y de verdad tenía esperanzas de salir exitoso de esta cruzada.

-¿Y que tal?- Mis padres estaban en la cocina, ambos se dieron la vuelta y mi mamá soltó un grito.

-¡Estas hermoso, mi niño! ¡Te ves todo un hombre!- Apostaría a que esta al borde de las lágrimas. La abracé para consolarla un poquito, es mi madre y no me gusta verla llorar. -Ten, llévate esto, lo había traído para nosotros, pero a ti te servirá más.- En las manos tenía un pastel azul, no me lo llevaría sin dar pelea al menos.

-Ni pensarlo, es tuyo, deben comerlo acá, ¿qué tal si allá hay postre?-

-Es de pésima educación llegar a una casa agena sin llevar algo, así que o te lo llevas por las buenas o yo misma se lo entrego a la señora Chase, ¿quedó claro?-

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