Capítulo extra 6: Narra Annabeth

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*Salto al pasado. Capítulos del 16 al 17. Si quieren no estar tan perdidos al leer, les recomiendo revisar esos caps, o el anterior, tal vez les sirva.*

¡Por fin es el almuerzo! La verdad es que muero de hambre.

Cuando estuve por llegar, Rachel apareció a mi lado.

-Hola, Annabeth, quería saber si estabas bien, no lo parecías esta mañana.- Pero que cínica esta niña, créanme cuando le dijo que dudo que este preocupada por mi, o al menos su tono no lo decía.

-¿Tu querido amiguito no te lo dijo?- Se encogió de hombros.

-No lo he visto desde hoy en la mañana.- 

-Cuando lo enviaste a hablar conmigo.-

-¿Te lo dijo?-

-No, yo te escuché, y te diré algo, no te metas conmigo, que no te conviene, o mejor dicho a tu horrible carita.-

-No me provoques Chase, que puedo ser muy amenazadora cuando quiero.-

-¡Si claro!- Dije con sarcasmo. -¿Quieres que te pase mi cepillo?-

-¿Qué?- Preguntó con confusión su cara. -¿Sabes qué? Nada de lo que dices tiene sentido jamás, yo que tú mantengo mi boca cerrada.-

-Dudo que suene a tontería todo lo que digo teniéndote al lado, mi querida princesita de papá.-

-Escucha rubia hueca, yo sólo quería parecer amigable, pero tú no me dejas serlo, así que lo haré de la manera difícil: Déjame sola y no te metas conmigo, puedo hacer cosas que ni siquiera te imaginas con sólo hacer una llamada, ¿tú que puedes hacer?-

-Esto.- Dije y me abalancé contra ella, o mejor dicho lo intenté, porque un brazo me afirmó por la cintura y me arrastró por el pasillo.

Pude ver que entramos en la sala de Arte, y cuando me soltó era Percy a quien tenía al frente. ¡Estupendo! Ahora voy a tener una reprimenda del Sesos de Alga. Rachel y el chico que parece duende venían tras nosotras.

-¡¿Qué demonios les pasa a ustedes dos?!- La otra inútil y yo comenzamos a hablar al mismo tiempo, ¿como no entiende que debe callarse? Su voz es irritante. -¡Silencio! ¿Saben que estoy tentado a dejarlas aquí y tener que llamar una ambulancia, estoy harto de estar entre ustedes dos, por favor díganme que les pasa, y hablen una a la vez.-

-Annabeth no entiende lo que significa ser normal, yo sólo quería que entendiera que quiero que esté bien, que todos estemos bien, pero tú no me dejas entrar en tu vida.- ¡¿Qué?! ¿Con que ahora es mi culpa? ¿Quien te crees que eres maldita pelirroja?

-¿Por qué debería? Tú no eres nada más que una piedra en el zapato, es momento de que lo sepas.-

-Puede que sea una piedra, pero una muy valiosa, un diamante quizás, en cambio tú, no eres nada para nadie.-

-Muérdete la lengua maldita mortal.- Nadie insulta a Annabeth Chase y sale ileso en el proceso.

-¿Mortal?- Preguntó Percy. ¡Ay, me descuidé! Y Percy lo notó.

-Nada importante.- Susurré, con la esperanza de que lo dejara ahí.

-¿Por qué simplemente no se pueden llevar bien?-

-¡Porque Annabeth no me deja siquiera intentarlo! Se nota a kilómetros que está enamorada de ti, y si se de que no sientes nada por ella todo sería más fácil. ¡Listo! ¡Lo dije! ¡¿Ahora cómo te defiendes rubia?!- Tuve que poner toda mi fuerza de voluntad para no romperle la cara a los tres presentes, y pueden creer que soy capaz sin siquiera derramar una gota de sudor. 

Sentí unos pasos así que levanté la cabeza, Rachel ya se había ido, sonreí para mis adentros, hasta que Percy salió tras ella. Miré atónita a Leo a mi lado.

-¿Qué?- Preguntó asustado.

-No te voy a hacer nada, a menos que me provoques, y esa chica me provocó.-

-Entendido.- Dijo y salió corriendo del salón. Decidí seguir sus pasos, sólo que no corrí, aunque debí haberlo hecho, porque me habría ahorrado esto.

-¿A qué te refieres?- Escuché que dijo Percy

-A esto.- Y sin decir nada más, lo besó, y lo peor, es que Percy le respondió, yo me convertí en una piedra, no podía moverme.

-¿Y qué dices?- Preguntó la pelirroja toda sonriente, la muy maldita.

-No sé que decir.- Dijo él.

-Es normal, también fue mi primer beso.- ¿Primer beso?  ¿Y el que me dió a mi?, creo que me equivoqué al pesar que le importo tanto como él a mí. -Además, sé que sientes pena por Annabeth, pero no puedes esconder lo que sientes.-

-Rachel, yo...- Sonó el timbre.

-No importa.- Dijo y volvió a besarlo, tuve que aguantar las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos. -Te veo a la salida.- Se fue en contra la dirección de Percy, así que tuvo que darse la vuelta. Me vio, mi cara impregnada en tristeza y decepción. "Espero que no note mi expresión." pensé. Se tocó el puente de la nariz con sus manos "¿¡POR QUÉ ES TAN MALDITAMENTE TIERNO!?" Comenzó a caminar hacia mí y mi corazón rebotaba sin parar en mi pecho.

-Annabeth.- Negué con la cabeza y forcé una sonrisa, no podía dejar que supiera que me gustaba.

-No te preocupes, estaré bien, te deseo felicidad con ella.- Me di la vuelta para que no me viera llorar.

-Ya perdimos la mañana, dudo que te moleste faltar a esta clase también.- "Si supieras..."

-Si me importa.- Mi voz sonaba apagada, decepcionada, espero que no se de cuenta. -Mi rendimiento en la escuela debería ser todo por lo que me debo preocupar.-

-No, por favor.-

-Prometiste desaparecer.-

-¿Es verdad lo que dijo Rachel?-

-¿Eso importa?- Pregunté dándome la vuelta, sentía que mis ojos estaban oscurecidos, casi negros, estaba aguantando las lágrimas con todas mis fuerzas, seguro se veían fatales.

-Si, y mucho.-

-¿Por qué?-

-Porque influirá en mi vida, me la cambiará.-

-Tú ya cambiaste la mía, y te agradezco por eso, pero no te puedo responder.- Bajé la cabeza, pero la levantó con su mano, comencé a respirar más pesadamente "dioses, dioses, dioses...". -Fuiste tú quien dijo que esto está mal.- Susurré, tratando de evitar cualquier otro momento incómodo o molesto.

-Rachel no es mi novia.-

-Yo vi todo lo contrario.- Sonrió. "¡¿Y a este qué le pasa?!"

-Si fuera por eso tú también lo serías.- Me sonrojé violentamente.

-Si.- Dije, respondiendo a su pregunta sobre Rachel, aunque dudo que lo haya notado, y salí corriendo por los pasillos, dejándolo parado en medio del pasillo.

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