Capítulo 5

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Llegamos a la escuela justo en el momento en el que sonaba el timbre. Me despedí apresuradamente de mi padrastro y corrí hacia la escuela. Entré a mi primera clase justo cuando el profesor cerraba la puerta. Suspiré frustrado, aquí se viene el castigo, ¡muy bien Jackson!

- Señor Jackson, llega tarde.- 

"En serio, ¡Oh!, no me había dado cuenta." Pensé  con sarcasmo en respuesta a la afirmación del profesor Kinney, uno de los peores profesores de Goode.

-Lo siento profesor, no volverá a pasar.- Dije en voz alta entre dientes.

-Se la dejo pasar por hoy, señor Jackson. A la próxima irá un castigo, ¿entendido?- Dijo como emocionado al imaginarse a si mismo castigándome, probablemente.

-Si, Sr. Kinney.- 

-Siéntese junto a la Srta. Chase- Dijo sin expresión, volviendo su atención a su cuaderno para tomar asistencia.

-Claro, profesor.- exclamé emocionado, y cómo no si iba a sentarme con la chica de mis sueños, literalmente. Cuando me senté, ella simplemente me sonrió nerviosamente para luego volver su mirada a su cuaderno, aunque este estaba en blanco. 

El profesor comenzó a hablar sobre algo de biología, probablemente. No podía saberlo ya que me pasé la clase mirando a Annabeth escribir en su cuaderno. Ella si prestaba atención a la clase, yo lo hubiera hecho, pero tenía que admitir que ella se veía hermosa frunciendo el entrecejo concentrada. Estaba tan atontado mirándola que recién me di cuenta que el profesor me llamaba cuando ella me sacudió el hombro. Me voltee y vi que toda la clase me miraba expectante, al igual que Kinney. 

-¿Eh?- Fue todo lo que dije. Se escucharon algunas risas en el salón.

-Ay, lo siento sr. Jackson, ¿le parece la srta. Chase más interesante que mi clase?-

-Sí.- Dije como un completo idiota que soy. Al darme cuenta de lo que había dicho, me puse rojo como un tomate. Ahora sí, la clase entera estalló en carcajadas que resonaban en todo el aula. Ella se sonrojó violentamente, y pude ver como escondió su cabeza en su cuaderno, ahora lleno de notas. 

-D-digo, lo siento, profesor, ¿podría repetirme la pregunta?- Dije intentando salvar un poco de mi dignidad.

-Le pregunté, ¿cuál es la anatomía del cuerpo de una avispa?.- Me dijo pretendiendo sonar frustrado, pero podía notar la diversión en su voz. 

-No lo sé, profesor.-

-Qué raro, porque a mí me pareció que sí puesto que mientras yo lo explico, usted se dedica a mirar embobado a la srta. Chase- Dijo sarcástico sonriendo con suficiencia. Mi cara no podía estar más roja. Annabeth seguía con la cabeza metida en su cuaderno, posiblemente igual de sonrojada que yo. 

Me limité a asentir y bajar la cabeza a mi cuaderno, fingiendo que escribía. La clase se rió por unos minutos. Cuando se calmó, el profesor Kinney siguió explicando, mientras yo fingía seguir la clase y tomar notas, cuando en realidad contaba los segundos para que sonara el timbre del descanso.

**

El día siguió tranquilo, no hablé con ninguno de mis amigos hasta que llegó el almuerzo. Nos sentamos en nuestra mesa habitual. A lo lejos, pude ver como una cabellera rubia se encontraba perdida en el medio de la cafetería. Sin dudarlo me paré corriendo y la invité a sentarse con nosotros. Esto a Rachel no pareció gustarle ya que hizo una mueca de disgusto. 

-Ella es Annabeth Chase.- la presenté- Es nueva en la escuela, ¿les molesta si se sienta con nosotros hoy?- Les pregunté a mis amigos, aunque si dijeran que no, igual la dejaría sentarse.

-Claro,-Respondió Leo con una sonrisa traviesa- nunca está de más una chica linda en nuestra mesa.- Todos reímos, incluso ella, excepto por Calipso que solo bufó.-Ay, vamos, mi jardinerita, tú sabes que solo te quiero a ti.- Exclamó Leo intentando darle un beso a Calipso, fallando olímpicamente, puesto que ella se apartó, con una sonrisa divertida, ocasionando que Leo cayera al suelo con estrépito. Todos reímos a carcajadas, él simplemente se sobó la mejilla, donde había caído y volvió a sentarse rendido. 

-Bueno, Annabeth, ellos son Leo,-Hizo el símbolo de la paz- Calipso,- Ella le sonrió amablemente- Piper,- La aludida levantó la mano emocionada, provocando la risa de Annabeth- Nico,-Él apenas levantó la cabeza con una mirada de odio reflejada en sus ojos, típico de Di Angelo- Will,- Él le dio una mirada radiante a Annabeth. - y Rachel.- 

Ella le hizo una sonrisa falsa a Annabeth y la miró con desconfianza. Annabeth la desafió con la mirada. Rachel siguió mirándola de la misma manera. Era una batalla constante: verde esmeralda contra gris tormenta. Tenía que admitir que ambas daban miedo, pero definitivamente la mirada más atemorizante era la de Annabeth. Su mirada me hacía querer esconderme debajo de mi cama y nunca salir. Carraspé para cortar la tensión que parecía haberse formado en el ambiente. Las dos me miraron de una manera que no puedo explicar, como reclamando mi atención. 

-Siéntate, Annabeth.- Fue todo lo que dije. Ella me hizo caso, todavía mirando de reojo a Rachel, desafiándola a echarla. La pelirroja solo aplastó su puré de papas con el tenedor. Me senté al lado de la rubia. Rachel suspiró frustrada.

-¿De dónde vienes, Annabeth?- Dijo Will intentando cortar la clara tensión en la mesa. Annabeth se volvió a él y sonrió amablemente como si la lucha de miradas entre ella y Rachel jamás hubiera ocurrido.

-San Francisco.- Dijo simplemente la chica de mis sueños.

-Se dice que en el Monte Tamalpais hay muchos monstruos, ¿eres un monstruo?- Bromeó Leo, provocando risas en toda la mesa, devolviéndole el ánimo. 

-No soy un monstruo, pero puedo ser tu peor pesadilla si me lo propongo.- Dijo la chica que robó mi corazón con una sonrisa que daba miedo. Leo solo tragó saliva fuertemente, borrando la sonrisa traviesa habitual de su rostro. Todos, menos Rachel, estallamos en fuertes carcajadas que resonaron por todo el patio de comidas. En eso, se acercan dos personas con la misma sonrisa maléfica en sus caras.

-¿De qué ríen tanto?- Preguntan los Stolls al unísono. Annabeth voltea a verlos, pero en vez de responderles, simplemente les da la misma mirada que le había hecho a Leo segundos antes. Ellos sueltan un respingo y salen corriendo. Volvemos a reírnos fuertemente, incluso Piper se cae de la silla. Estuvimos un rato más riéndonos hasta que finalmente Piper dijo:

-Annabeth, ya me agradas mucho. ¿Quieres salir después de la escuela con Rachel, Calipso y yo? Ya sabes, una salida de chicas.- Le preguntó emocionada.

-Claro, ¿Por qué no?- Ella dijo pretendiendo restarle importancia, pero vi como sus ojos brillaron. 

-GENIAL.- Gritaron Calipso y Piper y se abalanzaron sobre ella, apretujándola en sus brazos. Rachel se limitó a cruzarse de brazos y enviarme una mirada reprobatoria. Yo alcé los brazos en confusión, como diciendo "¿Y ahora que hice?". Ella rodó los ojos en respuesta. Bajé mi mirada a Annabeth, que se carcajeaba con sus dos nuevas amigas en el suelo. 

"Bueno" Pensé. "Pudo haber ido peor, supongo."

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