Capítulo 18

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-Lamento que te hayan castigado, mi amor, Leo me lo contó todo y decidí venir a darte una sorpresa.- Me dio un corto beso.

-Rachel, debo decirte algo importante.-

-Claro, mi amor, mi atención te pertenece por completo.-

-Vamos afuera.- Asintió y me siguió. -Creo que me malinterpretaste, yo no..., es decir..., tú eres... mejor dicho...- 

-Dilo de una vez.- Dijo cansada.

-Tú no me gustas... lo siento, sólo te considero mi mejor amiga.- Su rostro se oscureció.

-Pero yo creía que...-

-Lo sé, y no sé que fue lo que te dio esa impresión, yo sólo quiero a mi mejor amiga de vuelta.-

-De acuerdo, pero no sé si logre traer a la vieja Rachel.- No supe que responder, hubo un silencio incómodo entre nosotros. -Es Annabeth, ¿verdad?-

-¿Qué?-

-¿Es a ella a quien quieres?-

-¿Por qué quieres saber?-

-A pesar de todo quiero que seas feliz, y si es ella, necesito saber para no odiarla tanto, si la escogiste a ella, no quiero que nos llevemos mal.-

-Primero... Rachel, el amor no es algo en lo que se pueda escoger... y si, es ella.- Dije rendido. -No espero que se lleven bien, sólo que no tenga que volver a separarlas enn plena clase.- Soltó una pequeña risa.

-Puedo pedirte algo.-

-Depende, te escucho.-

-Que me beses, el último beso. En todos nuestros besos fui yo quien tomó la iniciativa. Es mi petición, bésame y todo volverá a la normalidad.- Sé, muy en el fondo, que no es mucho lo que me está pidiendo, y que se lo merece, pero...

-No puedo, lo siento.- Dije evitando su mirada.

-Entonces me iré. Te veo en la escuela Percy.- Se subió a su auto y se me perdió de vista en la calle.

Me apoyé en la pared del gimnasio por fuera, estoy seguro que cualquiera de estos días me volvería loco, pero de esos que necesitan camisa de fuerza. Me senté en el piso unos minutos a descansar, despejar un poco mi mente.

-¿Percy?- Levanté la mirada, era Annabeth que tenía una mirada preocupada. -¿Estás bien? Creía que ya te habías ido.-

Le hice una seña para que se sentara a mi lado, ella lo hizo sin decir nada, creo que entendió que no quiero hablar sobre eso.

-¿Qué haces aquí? Pensé que estarías entrenando.- Dije.

-El entrenador nos liberó antes por hoy por haber calificado.-

-¿También tú?- Pregunté con una sonrisa.

-¿Tenías alguna duda?- No la veía a la cara, pero se escuchaba la sonrisa en su voz. Se produjo un silencio, pero muy cómodo, me da hasta gusto estar a su lado.

-Le dije a Rachel que no es a ella a quien quiero.-

-¿Y cómo se lo tomó?- Preguntó.

-No sabría explicarlo.- 

Se produjo otro silencio, después de unos minutos, sentí su cabeza en mi hombro, sonreí inconscientemente. 

-¿Annabeth?-

-Mmhh.- Su voz sonaba somnolienta.

-¿Estás despierta?-

-Casi.- Susurró. Solté una pequeña risa.

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