Los Hechos

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Elizabeth inhaló profundamente, el sonido inundó el silencio dentro del auto, su expresión de agrado llamó la atención de su madre.

-- ¿Aún lo recuerdas? Era tu aroma favorito, tú misma lo elegiste cuando eras pequeña; para velas, aerosoles, perfumes, e incluso para lavar tu ropa, encontré este aromatizante y pensé que sería perfecto para que regreses a casa -- dice mientras la nostalgia la invade.

Pude recordar más, vi al mismo chico con el que iba a tomar mis batidos, él me regaló un hermoso ramo de lavandas para mi graduación, recordé su nombre impreso en la dedicatoria, se llama Chris, supongo que de Christian o Christopher, él y la otra chica cuyo nombre aún no he podido recordar deben saber más de mí que cualquiera, necesito verlos.

La expresión de su rostro cambió al prestar atención a lo que su madre recién dijo.

Algo no encaja, si es mi aroma favorito ¿Por qué mi ropa no huele de la misma manera? Debí haber cambiado algo de mi vida para que algo que por años me acompañó, hasta mi graduación que no fue hace muchos años, sólo desapareciera ¿Habré tratado de olvidar algo? O ¿Simplemente cambiar de vida? ¿Qué pasó?

La madre se acerca al drive-thru de un restaurante de comida rápida y ordena, mientras, Eli aún especulaba sobre un detalle tan simple como los aromas -- Mamá ¿Es posible que pueda ver a Chris hoy? -- dice directamente.

-- Claro, al llegar a casa le llamo a Sharon para que le diga que lo deseas ver, pero ¿Por qué lo quieres ver tan de repente? ¿No sería mejor que descansaras por hoy? -- desconcertada por la petición tan repentina de su hija.

-- Sólo quiero ponerme al día, y sé que él me podrá ayudar -- dice buscando la comprensión de su madre -- Quiero retomar mi vida lo más antes posible --.

-- Tienes razón, crecieron juntos, no hay nadie mejor para eso, sólo trata de no esforzarte demasiado -- mientras entra con el auto a una propiedad privada, con un largo jardín que rodea el camino y finaliza en una gran casa, no muy lujosa, pero que parece cómoda, parquea frente a la entrada principal y sale del auto, abre la puerta para su hija, toma el oso de peluche y las bolsas con lo que ordenó en el restaurante, mientras vuelve a cerrar las puertas y se dirige con su hija a la casa, al entrar un olor muy fresco las envuelve, todo está muy aseado, los pisos cubiertos por una alfombra beige, el vestíbulo es espacioso y termina en unas anchas escaleras que dirigen al segundo piso; madre e hija caminan a la sala y se sientan en unos sillones negros frente a una chimenea y televisión que se encuentran apagados.

-- Justo donde quería estar, en mi bella casa, ya no soportaba la camilla del hospital -- dice en tono de queja estirándose un poco.

-- Debo llamar a Sharon, casi lo olvido -- levantandose del sillón.

-- ¡Espera mamá! -- exclama rápidamente -- me gustaría que antes me cuentes mejor lo que pasó -- lanzándole una mirada suplicante, la madre suspira y se sienta de nuevo.

-- Fue mi culpa cariño, en gran parte, era un día normal como cualquiera, ustedes regresando de sus actividades  y yo recién terminando la cena, luego de un día en la oficina, estaba cansada y no puse atención a una de las salsas que usé, dentro de los ingredientes en una pequeña porción había calamar, eso desató una reacción alérgica, tu garganta se inflamó, te costaba respirar, le pedí a tu padre que te llevara al hospital, afortunadamente era su día de descanso y estaba en casa para llevarte, o eso pensé en ese momento -- comienza a romperse en llanto -- ¿Cómo iba a saber que los frenos se arruinarían justo en el peor momento? ¿Cómo saber que alguien sabotearía el auto? --

-- ¿Y tu auto mamá? -- dice consintiendola un poco con sus manos.

-- La semana anterior lo mande a reparar, el motor se apagaba sin previo aviso, pensé que era peligroso conducir así -- mientras limpiaba las lágrimas en su rostro -- Pero el estúpido de tu padre no piensa igual, prefería esperar hasta que su vejestorio se cayera a pedazos, hasta un niño de cinco años podía burlar la inexistente seguridad de ese auto y sabotearlo -- suspira y se levanta -- Iré a llamar a Sharon -- se retira sin decir nada más.

Aunque puede ser una simple idea absurda ¿Podría ser posible que mi madre saboteara ese auto para que mi padre se deshiciera de él? No, no pondría su vida en riesgo, sólo estaba alterada por lo que pasó por culpa de ese auto inseguro; así que fue una alergia la razón por la que iba al hospital, pero algo no tiene sentido ahora que lo pienso, ella dijo que al cocinar por el cansancio no notó los ingredientes que llevaba cierta salsa, lo que implica que la compro de camino del trabajo o no es ella la que la compró, porque si tu hijo tiene alguna alergia lo lógico sería revisar desde el supermercado los ingredientes que llevan las cosas para que nada peligroso entre en la casa, lo que deja de lado que le pagara a alguien más para ir a comprar, puesto que esa persona también conocería ese dato y sería cuidadosa al seleccionar los ingredientes para hacer un buen trabajo, además que la hubiera mencionado para culparla de ser así, esto sólo me dejó con mas dudas ¿Quién trajo esa salsa? ¿Cuándo? Y ¿Esa persona conocía la alergia? Y si la conocía ¿Fue a propósito? Esto abre una brecha a que la víctima debía ser yo desde un principio, una salsa sospechosa y demasiada casualidad que sólo el auto saboteado haya estado disponible en ese momento, esto fue o muy bien planeado o todos los planetas del universo se alinearon y es una gran casualidad y alguien simplemente quería dañar a mi padre, debo conocer a mi padre, sé que vive aquí porque mamá mencionó que "afortunadamente" estaba en casa descansando.

Tanto pensar sólo le abrió más el apetito, abrió una de las bolsas donde se encontraba la comida rapida, de ella sacó una hamburguesa lo suficientemente grande para tomarla con ambas manos, le dio una mordida, los jugos de la carne invadieron su paladar y dentro de ella cayó una gota.

Navegando Por Mis Lagunas Mentales (primera revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora