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Juguetea con el vaso con total tranquilidad; rosa la boca de este con su dedo medio, mientras su otra mano sostiene su barbilla y todo el peso de su cabeza

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Juguetea con el vaso con total tranquilidad; rosa la boca de este con su dedo medio, mientras su otra mano sostiene su barbilla y todo el peso de su cabeza. En sus rojizos labios se forma una media sonrisa lasciva, mientras sus ojos captan cada pequeño movimiento que doy, un tanto perspicaz. Lanza un sonoro suspiro, que hace que de un respingo en mi lugar y hace que deje de escribir mi ensayo. Se acerca a mí, casi montándose a la mesa, tomándome del cuello de mi camisa. Penetra mis ojos con los suyos.

— ¿Qué crees que es más doloroso? ¿Morir calcinado, o ahorcado?

Un ataque de taquicardia llega en segundos, causándome una onda eléctrica por toda la espina cervical. Siento como mi cuerpo empieza a transpirar sudor frio; temiendo lo peor de lo peor.

—Vaya, vaya, parece que tenemos a una gatita traviesa aquí—George se aparece de improvisto de brazos cruzados.

Layla me suelta, regresando a su asiento, regalándole al castaño una muy irritante mirada cargada de odio.

—Bien dicen que las calladitas, son las más traviesas—se sienta junto a ella, guiñándole un ojo.

—Si las palabras que salen de tu boca están atascadas de porquería, no quiero ni imaginar cómo está tu cerebro—espeta con mofa la pelinegra—. Me voy.

Layla se aleja de la mesa, mientras yo me quedo con mi tarugo, aunque oportuno, amigo.

—Que sucedía aquí Jake.  ¿Acaso la chica por fin acepto estar bajo tus sabanas?—levanta una ceja, dando una sonrisa altanera.

—No, nada de eso—contesto algo preocupado—. Creo que… quiere asesinarme.

George se empieza a carcajear; me imagino que eso habrá sonado estúpido, y lo acepto. Deja de reírse colocando una de sus manos sobre mi hombro.

— ¿Y porque lo haría?

—Le he robado un beso.

—Mmm… Eso tiene sentido—adapta una pose pensativa—. Deberías de contratar un guarda espaldas—dice en tono serio, pero unos segundos después vuelve a carcajearse—. No seas idiota, es obvio que esta vuelta loca por ti. Solo intenta llamar tu atención.

— ¿Lo crees?

—Sí, ya he lidiado con otras chicas así. Primero se hacen las de rogar, pero luego caen redonditas, a mi cama—alza las manos dándole altivez a su comentario.

—Puede ser, pero no sé. Algo me parece sospechoso. Aun no la conozco suficiente como para saber el porqué de sus acciones.

💙💜💙

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—Se Despide Fer🎈

Retando a tu corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora