Capítulo 35

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Vanessa

La invitación a salir de Gustavo, me había tomado por sorpresa. Era entre semana, y normalmente salíamos los fines de semana donde sus amigos o a cualquier lado. Durante el camino fue muy cómodo, nunca había visto estos lugares, era muy lindo por todos lados, lleno de vegetación, ríos, y todo. Apenas Gus me avisó que habíamos llegado, me ayudó a bajar luego de una pequeña conversación que tuvimos. Aunque me pareció raro que no haya querido responder una pregunta tan simple como el porqué era así conmigo, pero bueno dijo que después lo haría.

-Llegamos- avisó Gus.

-Wow, Gus esto es hermoso- miré impresionada. Había una mesita para dos personas en uno de los puentes del lago, era hermoso.

-Qué bueno que te guste, nena- me abrazó por los hombros con uno de sus brazos- ven, vamos.

-Gus, enserio esto es precioso- lo miré- me encanta, gracias.

-Gracias a ti, porque he podido venir aquí contigo- sonrió él- Ahora siéntate- me ofreció su silla- ¿tienes hambre?

-Un poquito- sonreí.

-Entonces iré por la cena, ya vengo ¿bueno?- se fue. Gustavo es un verdadero Dios. He intentado alejarme un poco de él, ser como soy normalmente, fría. Pero con estos gestos de él no puedo. Me derrite cada gesto que tiene conmigo, y se supone que yo debería ser así con él, o al menos ser más romántica, porque para eso me paga semanalmente.- ¡Volví!- gritó él llegando con dos platos con comida, se veía exquisito.

-Que rápido, hombre- reí- tenías todo preparado ¿o qué?

-Si te digo que sí, ¿qué pasa?-entrecerró los ojos.

-Pues que eres un chico muy tierno- sonreí.

-Ah, pues gracias por el cumplido entonces- rio.

-¿Qué es si se puede saber?- miré mi plato.

-Jamón relleno con papas rústicas ¿te gusta?- preguntó.

-Nunca lo he probado, pero se ve exquisito-asentí.

-Pues qué esperas, brindemos y a comer-volvió a sonreír. Este chico nunca saca su sonrisa de la cara.

Brindamos con un rico vino, deseándonos suerte en todo.

-Mmm pero qué rico- cerré los ojos ante la sensación tan buena en la boca.

-¿Te gustó? Está exquisito- habló.

-Me fascinó, enserio- seguí comiendo.

Seguimos comiendo, y hablando alguna que otra cosa entre medio. Comí un bocado y limpié mi boca dejando la servilla al lado.

-Entonces ¿por qué Gus?- pregunté directa.

-¿Porqué de qué?- dijo no entendiendo.

-A todo esto, ya sabes...te lo he preguntado en el auto.

-Pues porque eres mi amiga ¿no?- limpió su boca- ¿acaso no puedo invitarte?

-Sí, pero bueno... olvídalo- sonreí de lado- que ilusa.

-Hey ¿qué pasa?- preguntó Gus.

-Nada- negué. Si lo digo se reirá de mí, no sé cómo puedo ser tan ilusa.

-Hey Vane, dime- insistió.

-No pasa nada, Gustavo- lo miré.

-Está bien- lo oí suspirar- de todas formas, quería decirte algo.

-Dime.

-La verdadera respuesta al porqué hago esto, es porque quiero hacerte feliz Vanessa, en una semana pasarán muchas cosas y quiero que estés relajada aunque sea un día, nena.-lo miré y sus ojos verdes transmitían sinceridad.

-Pensé que era porque somos amigos.

-No nena, yo enserio esto lo hago por tu felicidad, porque hay algo que... es fuerte y me gusta verte bien- tomó mi mano por sobre la mesa- yo nunca te dejaré ¿bueno?

-Losé Gus, me lo has demostrado muchas veces- sonreí.

Inferno [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora