Capítulo 7

2.5K 119 1
                                    

~ Gustavo ~

Estaba por salir de casa a comprar algunas cosas para la casa antes de la cena, cuando recibo una llamada de Cindy diciéndome que Vanessa estaba en problemas porque un tipo de cuarenta y tantos quería llevársela a la cama, pero ella no quería porque ese no era su trabajo, y estaba muy nerviosa porque no podía hacer nada y ningún presente se atrevía a decirle algo, lo cual me hizo hervir la sangre y entré rápidamente a mi coche para poder salvar a mi princesa de las garras de ese pelafustán que la obligaba a cosas que ella no quería.

Cuando llegué me bajé del auto lo más rápido posible y corrí a lo que más me daba mi cuerpo, entré al local y ahí estaba ella con sus ojos llorosos siendo agarrada del brazo por ese animal asqueroso, asique con toda mi rabia me acerqué pescándolo de su chaqueta y empujándolo lejos de ella, pegándole un fuerte puñetazo que lo dejó aturdido en el suelo, después de encargarme de ese idiota me acerqué delicadamente a ella y la abrase tratando de demostrarle que estaba ahí para ella, y que no la dejaría sola.

-Ya pasó nena-dije y sentí como se aferraba a mi cuerpo en busca de protección-

-Gra... Gracias- dijo bajando su mirada, mientras una silenciosa lágrima bajaba por su mejilla- no sé qué hubiese pasado, si no hubieses llegado a tiempo.

-Pero llegué hermosa, ahora debes prometerme algo...-tratando de ser lo más serio posible-

-Emm... Si quieres que acepte tu propuesta...solo te digo que me dejes pensarlo y ...-le corté-

-No Vanessa, debes prometerme que éste será tu último día trabando en este lugar-dije serio-

-No, lo siento Gustavo pero es el único trabajo que tengo y que me ayuda a seguir adelante con mis hermanos-dijo separándose levemente de mí-

-Pero yo te puedo ayudar, además con mi propuesta ganarás muy bien y no será necesario que trabajes por un buen tiempo más- le respondí acariciando suavemente su mejilla-

-¿Y qué haré cuando el dinero se acabe?... No Gustavo, lo siento pero no puedo renunciar a este trabajo por más que quiera...

-Pero nena por favor, ¿es que no te das cuenta en el lugar en el que estás?

-Sí Gustavo, se exactamente adonde estoy parada, y en donde me encuentro es exactamente lo que me caracteriza...ser una cualquiera, una fácil...

-No preciosa no digas eso...tú no eres nada de eso, eres hermosa, linda, buena chica, tranquila...Dios Vanessa eres PERFECTA! , ¿Es que no te das cuenta? Cualquier hombre quisiera estar a tu lado sin importar en lo que trabajas – dije mirándola a los ojos, prácticamente declarándome ante ella-

-¡Que terco eres por dios! –Suspiré-...pero gracias creo que hasta el ego me subiste con esas palabras, eres muy tierno-dijo dándome un beso en la mejilla-

-Pues solo digo lo que siento-le guiñé el ojo- ahora ven-le tendí mi mano- parémonos y ve por tus cosas para poder llevarte a casa y que te prepares para la noche ¿bueno?

-Jajaja ok- tomó mi mano- gracias.


Inferno [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora