Capítulo 46

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1 semana.

Una semana había pasado de que no veía a Gus, estoy días apenas hablé con mis hermanos y Cindy unos cuantos minutos.

No estar con Gustavo a mi lado era más doloroso de lo que alguna vez imaginé. Y es que aunque tratara de ocultarlo, él me gustaba, me encantaba todo lo que hacía por mí y le estaría eternamente agradecida.
Los primeros días intenté seguir con mi vida, fui a comprar comida, cosas para la casa, renové ciertas cosas, todo con tal de no pensar en él, pero los últimos 2 días me he quedado encerrada, no quiero ver a nadie, sólo me gustaría saber qué tal esta él. Mis pensamientos fluían en torno a Gustavo, hasta que sentí sonar mi teléfono.

Subí a mi habitación y miré a todos lados, buscándolo con la mirada.

Lo encontré.

Tomé él móvil y era Drew.

- ¿Drew?- contesté- ¿qué pasa?

-Vanessa, Dios que bueno que respondes- suspiró agitado- necesito que vengas donde Gustavo.

-Drew, no puedo, lo siento y tampoco quiero ir.

-Vanessa por favor, te necesitamos acá, Gustavo está mal- y en menos de un segundo mi corazón se había apretado y me dolía todo él cuerpo.

- ¿Qué... Qué le pasó?- pregunté con miedo a su respuesta.

- ¿Vendrás?

-Sí, pero dime que pasa!- desesperé.

-Eduardo te irá a buscar, pero por favor tranquila, y ten cuidado, aquí te cuento.

-Pero Drew!- colgó.

Mierda. Mierda. ¿Porqué me hace esto? Corrí a cambiarme por algo presentable, ni siquiera sabía donde iría, pero con una pijama no me vería muy bien fuera de casa. ¿Qué te sucedió Gus?

Terminaba de arreglarme y escuché unos golpes en la puerta. Eduardo.

Agarré un bolso con mis cosas justas y bajé. Ahí estaba Eduardo como lo pensé.

-Hola Vanessa, ¿estás lista?- su cara estaba pálida y no reflejaba ningún signo de humor. Algo andaba mal, y muy mal.

-Sí, vamos- respondí cerrando la puerta para ir detrás de él hacia su auto.

Entramos y pasados los segundos, decidí preguntar, me estaba poniendo muy nerviosa.

- ¿Eduardo?

-Dime-respondio frío.

- ¿Que le pasó a Gus? ¿está bien?

-No está para nada de bien Vanessa, y esta es tu maldita culpa- me miró por unos segundos enfurecido- el estúpido de tu ex jefe casi lo mata.

- ¿Qué?- pero se supone que Gabriel estaba parapléjico. Inmóvil y además en la cárcel. ¿Cómo?

-Eso, y si te vine a buscar fue únicamente porque Drew tenía que quedarse a esperar al doctor.- su voz sonaba cada vez más enojada. Mierda en qué metí a Gus.

Los minutos pasaban y el tráfico también, teníamos que llegar pronto.

Mis pensamientos seguían y no me di cuenta hasta que la fuerte y brusca voz de Eduardo anunció la llegada al hospital. Salimos y nos dirijimos hacia el noveno piso, en el pasillo se encontraba Drew, Gemma y Max.

Adelanté el paso  para acercarme a Drew, quien al escuchar mis pasos giró mirándome con unos ojos lleno de angustia. Pero sin más se acercó a mi estrechandome en sus brazos.

- ¿Drew, por favor dime? - insistí

Inferno [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora