Aqua Curatio

Cap. 5

La luz y el aire frío indicaba que estaba por amanecer, Fran no había pegado el ojo en toda la noche por cuidar a quien se encontraba ahora en un envoltorio azulado, sin embargo, se sobaba constantemente sus costillas derechas, el golpe que se llevó en el árbol comenzaba a dejar una pequeña secuela de dolor.

Le gustaba imaginar aquellos días en los que no importaba nadie ni nada, solo ella y su familia, adoraba a su padre que la llenaba de felicidad, a su madre la cual le contaba cuentos por la noche y sus dos hermanos mayores que la defendían desde pequeños. Vino a su mente el día que su maldición comenzó

-Fran tenemos que hablar contigo- su padre la llamaba a él gran comedor de su sala, su casa era de las más grandes y bonitas de toda la arboleda y estaba por supuesto sobre uno de los troncos más gruesos. Fran se acercó hasta donde estaba, beso la mejilla de su padre y se sentó en una de las sillas cercanas.

-Dime papi- Fran era una chica muy alta casi tanto como sus hermanos mayores por lo que decir papi hacia la escena graciosa. - ¿Pasa algo?

-Es tu abuelo- dijo muy serio –El virus avanzó muy rápido estos días... me ha cedido el trono en la junta-

Fran se quedó en silencio mientras sus ojos contenían las lágrimas, sabía que este día llegaría pronto pues la enfermedad que tenía su abuelo se había acelerado desde hace unos días, pero no estaba preparada para perder a su abuelo.

- ¿Y Tío Bernard? -logró decir llevaba un nudo en la garganta que le impedía hacer más preguntas, quería saber todo lo que habían hablado en la junta, pero era como si su garganta se hubiera sellado-

-Le acaban de informar y fue a donde tu abuelo, está devastado- tomó las manos de Fran y las llevó a su corazón para que sintiera cómo se quebraba al igual que el suyo. Fran no resistió más y se echó a sus brazos llorando desconsoladamente.

Al cabo de una hora ya estaban en la casa central, la del líder de la tribu y abuelo de Fran. El lugar era el más grande de la tribu, donde se almacenaba la comida, los trajes y se hacían las reuniones importantes, la parte de abajo siempre llena de gente que visitaba al anciano o para hacer pedidos referentes a la tribu, la parte de arriba era más bien la casa del líder.

Hacía mucho tiempo que vivían tranquilos y la tecnología para impedir que el virus los invadiera era excelente, sus trajes eran cada vez mejores hechos de las mejores plantas que acondicionan el aire perfectamente, la gente apreciaba lo mucho que se hacía por su pueblo y lo bien dirigida que estaba. Fran se corrió directamente a la parte alta rumbo a la habitación de su abuelo, pero se detuvo en seco cuando su tío Bernard salió con la cara roja de ahí, parecía muy molesto al verla su cara cambio a la de sorpresa y se quedaron viendo unos segundos.

-Murió-

Fran golpeo con todas sus fuerzas una liana gruesa que colgaba muy cerca de ella, esto hizo que le doliera bastante sin embargo la golpeó una vez más con la otra mano. Cayó al suelo, lloraba no por el dolor que llevaba ahora en sus manos y costillas si no por todo, todo lo que había pasado y recordar esa palabra que le dijo su tío, esa palabra que desataría todo, hizo que volviera a ella un episodio de ira.

***

-Sería más fácil si me desatas- protesto Sara que se movía cada que Lía tocaba su herida.

-Claro, sería más fácil para ti, pero queremos evitar que escapes- sonrió y siguió limpiando.

-Crees que ¿podría hacer algo en mi estado? - Lía sonreía.

-Por supuesto que sí- dudo un segundo y continúo- Creo que te observe muy bien para saber de lo que eres capaz-