Cap. 10

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Avanzaban lentamente, pero sin el tiempo en su contra, la hemorragia de Sofia había parado y aunque seguía sin despertar, su tono tenía un color más vivo.

Habían improvisado una camilla con dos ramas alargadas gruesas que se unían por otras más cortas, estas sujetadas con algunas de las cuerdas de Lía y su sleeping serbia de colchón para lastimar lo menos posible a Sofí.

- ¿Como sigue tu tobillo? –

- Mejor, pero creo que necesito descansar un poco. A veces me dan par de punzadas.

- Es algo difícil dada la situación- miró a Sofí – pero podemos hacer algo para que aguantes un poco más, cuando lleguemos ellos sabrán curarte de forma apropiada y rápida-

- Bueno eso suena bien, mejor que seguir caminando así. -

Bajaron con cuidado a Sofí y una vez más Lía saco un pequeño frasco que tenía un atomizador, le indico a Sara que dejara al descubierto el tobillo y aplico en dos ocasiones el spray que alivio casi de inmediato el dolor.

- Como es que siempre tienes algo nuevo y raro para mostrar. -

- No es nuevo, solo escaso- indico Lía mientras guardaba el spray.

- Okey, pues necesito uno de esos. -

Una vez más cargaron a Sofi y avanzaron a una velocidad más cómoda para Sara. Llegaron a una entrada hecha con las hojas secas de unas palmeras, en ella un gran letrero tallado en madera que decía "Bienvenidos" en letras grandes y una leyenda más pequeña "La cura será tu muerte".

- Qué clase de bienvenida es esa, yo me piro de aquí-

- Tranquila, que es para espantar a los bandidos, son gente amable, pero si vienes a robar es muy probable que mueras a los días de salir de aquí.

- Bien, me nos mal que no tengo esas intenciones. -

Avanzaron por lo que parecía ser la calle principal, el sol aun no salía y era notorio en la actividad de aquella tribu. Lía guio a Sara a caminar por un callejón que llegaba a una parte oscura del lugar, el olor a barro y mentol dominaba por todas partes y de cierta forma las reconfortaba, se acercaron a una puerta vieja y toco lentamente 7 veces y esta se abrió al instante.

Era una pequeña covacha donde Lía le indico que debían dejar sus botas, le quitaron incluso las suyas a Sofí que aun yacía inconsciente. Había otra puerta la cual no se limito a tocar, una vez dejaron las botas esta se abrió.

A pesar de la apariencia que tuviera ese lugar por fuera, por dentro era totalmente opuesto, era una habitación completamente blanca e iluminada por artefactos redondos. Sara se quedo observando aquella limpieza pues no podía entender cómo podía llegar a ese nivel de blanco tomando en cuenta que afuera el barro estaba por todos lados. Lía la invito a seguir pues la urgencia de revisar a Sofí la inquietaba.

Pasaron por un gran salón y justo antes de llegar a la puerta Lía se detuvo.

- Eve y compañía.

La puerta automáticamente se abrió y salieron dos personas con unas especies de batas verdosas.

- Bienvenida ha pasado mucho tiempo. - Dijo una chica delgada alta con el pelo rubio muy bien trenzado.

- Lo mismo digo señorita Charlotte- Sara pudo notar el leve sonrojo de su compañera que no dejaba de mirar a aquella chica.

- ¿Qué sucedió? - dijo la otra observando el estado de la encamillada.

Aqua CuratioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora