Capítulo 5

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"No iré.

Canguro de Dario"-Le escribo a Tess adjuntando el icono que pone los ojos en blanco.

Aunque la palabra "canguro" la he dicho un poco como excusa. Ya no me siento su canguro.

Después de la cena que tuvimos hace dos semanas las cosas han ido a mejor entre él y yo. No es que seamos los mejores amigos del mundo, pero nos toleramos bastante como para convivir bajo el mismo techo y vivir juntos.

Por lo que cuando nuestros padres nos dijeron que se iban a cenar con unos amigos suyos que celebraban un aniversario no me molestó quedarme al cuidado de Dario. Aunque no había que cuidarlo, lo hacía todo completamente solo, simplemente era hacerle compañía. Me apetecía pasar un finde en casa.

"¿Nos estás cambiando?"

"Nunca"

"Verás cuando Alberto se entere que nos cambias por Dario"

"Por eso mismo no le he dicho nada aún a él"

"Yo sí..."

"Tess"

"Lo siento, como siempre os lo contáis todo.

Me había preguntado si traía algo y que te iba a recoger y yo le he dicho que no venías"

"Entonces estará a punto de llegar a mi casa"

"Pues te dejo"

"Claro...tira la piedra y esconde la mano.

JAJAJA".

Me envía el icono de un beso y se desconecta.

Dejo el móvil encima de la cama y me miro en el espejo. Voy con todas las pintas de ir por casa: el pantalón de mi pijama más antiguo, una sudadera de Cantabria (un viaje que hice con mi madre y Alonso cuando era más pequeña) y un moño del que se escapaban demasiados pelos como para poder considerarse moño.

-Preciosa-Me digo en voz alta.

Me recoloco las gafas y recojo los pelos que puedo dentro del moño.

Oigo el timbre y a los pocos segundos a Dario gritar que él abre.

-Vale-Respondo a gritos, pero empiezo a bajar porque sé que es Alberto.

-¡Es para ti! ¡Es Alberto!-Dice Dario.

Sonrío a mitad de la escalera y la acabo de bajar de un salto.

-Lo sabía-Digo.

-Zoe me he enterado de algo que me ha dejado anonadado-Dice Alberto utilizando su tono, y vocabulario, de chico perfecto.

Pongo los ojos en blanco y le invito a pasar con un movimiento de mano.

-Vamos a ir arriba, luego bajo-Le informo a Dario.

Él asiente y me sonríe. Sonrío de vuelta y subo las escaleras sin fijarme en si me sigue Alberto o no. La verdad es que no quiero hablar del tema que vamos a hablar delante de Dario.

Cuando llego arriba me tumbo en la cama y miro a la puerta esperando a que Alberto entre por ella.

-¿En serio la primera vez qué vas a pasar de la noche de peli va a ser por quedarte con Dario?-Pregunta a la vez que entra en mi habitación.

-Mmmm...Sí-Respondo con una sonrisa perezosa en la boca mientras me estiro en la cama.

-¿Sí? ¿Tal cual? Nada como "no se puede quedar solo" o "Mi madre me ha vuelto a sobornar". ¿Y me lo dices con ese pasotismo?

No te vayas nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora