A Alberto le costó entenderlo, pero ninguno de los dos quería comenzar nuestra relación encima de mis "¿y sí...?".
Dario y yo cenamos en el patio. Una pizza medio cruda, que ambos devoramos sin prestar atención al queso casi sin derretir. Después vimos una película que dieron en la televisión y a continuación compaginamos dos capítulos de una serie que le gustaba a él y dos de otra que me gustaba a mí. Aunque ni yo me enteré de que iba la suya ni él se enteró de que iba la mía. Acabamos yéndonos a dormir a las tantas de la noche.
Después de un largo bostezo tanteo a ciegas la mesita de noche en busca de mi teléfono móvil. Cuando lo encuentro desconecto el cable, aún con los ojos cerrados, y una vez cerca abro los ojos para ver la hora. Son casi las doce, y como premio tengo ocho whatssaps de mi madre. Dejo el móvil en la mesita de nuevo, he decido que aún no estoy despierta para las personas al otro lado del teléfono, y me levanto de la cama mirándome en el espejo. Peino con las manos los pelos que sobresalen mucho metiéndolos detrás de las orejas, pero al ver que así no mejora me lo recojo en un moño alto, y bajo saltando las escaleras hasta la habitación de Dario. Me cuelo por el hueco que dejan las escaleras y salto dentro de su habitación tirándome encima de él en la cama.
-¡Buenos días!-Grito.
Dario da un brinco sobresaltado y al ver que soy yo pasa su mano por mi cintura.
-Buenos días-Dice él adormilado.
Me quedo mirando su carita de recién despertado y, ahora mismo, no puedo encontrar nada más adorable en él.
-Si me sigues mirando así voy a tener que besarte.
-Si lo dices en voz alta se acaba la magia-Añado.
-Entonces no lo digo-Susurra y levanta la cabeza juntando sus labios con los míos.
Sonrío contra su boca y acepto el beso.
-Me gusta despertar así-Dice él-Me podría acostumbrar muy pronto a esto.
Sonrío y giro sobre él para caer a su lado en la cama. No quiero hacerle daño.
-¿Cuál es el plan de hoy?
-Por mí, quedarme aquí todo el día contigo, así, al lado.
Me río y le miro mientras me apoyo en su pecho.
-¿Y quién cocinará? Te recuerdo que las comidas te tocan a ti.
-Pediremos comida.
-Incluso así debería abrirle la puerta.
-Cierto...
Me río de nuevo y me incorporo un poco.
-¿Vamos a desayunar?-Pregunto.
-No. Quédate un ratito más, solo un poco. Así me siento normal. Siento como si pudiera volver a caminar.
-¿Te confieso una cosa? Me gustas más en la silla. Antes eras demasiado alto para mí.
-¿Sabes que el problema no es mío no?
-Claro que es tuyo-Protesto.
-Zoe, mides un metro sesenta.
-Uno sesenta y seis-Defiendo.
Dario se ríe y deposita un beso en mi frente.
-Eres tú que mides casi dos metros.
-Mentira, mido poco menos de metro veinte.
Pongo los ojos en blanco y lo miro, oyendo su risa antes incluso de que mis ojos se encuentren con los suyos.
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No te vayas nunca
Teen FictionLa vida de Zoe es aburrida y normal. Zoe es una chica enamorada de su mejor amigo, enganchada a las series y películas que ella considera "frikis" y con una rutina muy marcada dentro de su pequeño grupo de amigos. Pero todo eso cambia cuando Dario...