La historia de Belen

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Todos los chicos corrieron al despacho de Dumbledore a contarle lo ocurrido, el asentía y les dijo que: "Esperaba que pasara algo por el estilo". Los chicos cada vez se unían mas, en el poco tiempo que levaban en el colegio habían ocurrido 2O ataques a muggles. Dumbledore había insistido en que se iniciara rápidamente con el entrenamiento, pero había dejado muy en claro que quería que tanto Harry como Peter trabajaran en la Sala de los Menesteres juntos, mientras que el resto lo hacia en el aula de Encantamientos, ya que era mas espaciosa.
-¿Sabes donde esta la sala esa no Harry? -pregunto Peter mientras el domingo por la tarde caminaban hacia ella
-¿Que si lo se? -pregunto Harry con sarcasmo- claro que lo se.. ¿acaso no sabes lo que paso en quinto?
Peter comenzo a reír, siempre se lo decían con lujo de detalles, pero olvidaba que era en esa sala en la que practicaban, fueron subiendo hasta el séptimo piso, donde Harry le explico a Peter en que consistía. Ambos pasaron 3 veces por delante de la pared pensando "Un lugar donde practicar, un lugar donde practicar". Era la primera vez que Peter entraría a ese lugar, también la primera vez que lo vio aparecer, se sorprendió mucho al ver la puerta emerger de la pared.
-No se de que te sorprendes -comento Harry al ver la expresión de su amigo-, justo ayer salimos de Narnia metiéndonos a el agua y apareciendo en el árbol..
Ambos entraron en la sala, estaba totalmente desierta, no había nada en ella y los chicos se miraron algo confundidos, de la nada salio una estatua y comenzo a mandar maldiciones imperdonables, ellos corrían a todos lados, los había tomado por sorpresa y la estatua no paraba de lanzar maldiciones a diestra y siniestra. Sacaron sus varitas y se pudieron defender.
-Espero te acuerdes de todos los hechizos, encantamientos y maldiciones que aprendiste en verano Peter -dijo Harry mientras rechazaba una maldición
-Harry -dijo Peter algo divertido-, no se me olvidan leyes que se escribieron hace millones de años.. ¿crees que se me olvidaran esas cosas?
Harry sonrio divertido ante la comparación de su amigo, la estatua no los dejaba descansar en ningún momento, ellos ya parecían agotados pero seguían de pie. Poco a poco mas estatuas empezaron a salir y ahora se veían acorralados.
-¡Reducto! -grito Harry y una de las estatuas exploto, Peter se quedo algo atontado por este hecho pero reacciono para esquivar la maldición asesina que le habían lanzado
-¡Protego Totalum! -el hechizo de Peter creo un circulo al rededor de el y Harry, ninguna maldición lo pudo penetrar
Harry estaba sorprendido por lo potente que había sido este hechizo, después de 2 horas con las estatuas estas los dejaron descansar y desaparecieron. Ambos cayeron al suelo exhaustos de tanto entrenamiento, se miraron y comenzaron a reír sin ninguna razon.
-Tienes que ver la finta que tienes -dijo Peter apuntando a el rostro sudado de Harry
-Tu no te quedas atrás -respondió Harry al ver como tenia la camisa de sudada
Al poco tiempo de estar tratando de poner su respiración normal otra vez la puerta de la Sala de los Menesteres se abrió y por ella entraron Ginny, Hermione y Edmund, todos tenían alguna que otra cortada por en la cara o en los brazos y ciertos moretones. Miraron a los chicos que estaban en el suelo llenos de sudor.
-¿Como es que no están machacados como nosotros? -pregunto Edmund mirándolos con asombro
Harry y Peter se miraron, era verdad. No tenían ningún rasguño, solamente demasiado sudor. Ambos sonrieron ante esta idea.
-Creo que lo mejor sera hablar con Dumbledore -propuso Hermione- tu ni te me acerques -le dijo a Peter al ver que intentaba abrazarla, Ginny también rechazo un abrazo de Harry- huelen horrible...

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En la oscura mansión estaban por fin en algo que se podía llamar paz. Voldemort y Jadis no se dirigían ni una sola mirada o palabra, lo cual había regresado un poco de la clama que siempre había en el cuartel de los Mortifagos.
-Amo -dijo Bellatrix al entrar corriendo
-¿Como te atreves a entrar así Bella? -pregunto la voz de Voldemort
-Perdone mi amo -dijo ella y se inclino hasta que prácticamente su nariz tocaba el suelo-, tenemos a la traidora
Jadis levanto la mirada de la copa de hielo que en ese momento estaba haciendo y miro a Bellatrix con mucha curiosidad. Por la puerta entraron Lucius Malfoy y Lucas Morris con una mujer. Ella llevaba puestos unos trapos viejos y la cabeza la tenia cubierta por una bolsa negra. No hacia el menor esfuerzo por zafarse.
-Valla, valla -dijo Voldemort levantándose- ¿que tenemos aquí? -se acerco a la mujer y acaricio su cuerpo- Zoey Kafka, después de mucho tiempo estas de vuelta
Los Mortifagos le quitaron la bolsa y se dejo ver a una hermosa mujer. Sus ojos eran grises, su piel mas blanca que la leche, sus labios rosas y su cabello color chocolate. Ella miro a Voldemort con odio, el la miraba de arriba a abajo con sus tenebrosos ojos rojos, pero ella no se acobardo y no le quito los ojos de encima.
-Ahora que estas aquí.. -dijo Voldemort comenzando a caminar- espero que sepas darme la lealtad que necesito.. estas aquí para ayudarme aunque no quieras, me dirás los secretos de todo el tipo de magia para hacerme mas poderoso de lo que soy.. ¿quedo claro?.. perfecto
Zoey no había contestado, la verdad no era una mujer. Parecía mas bien una chica de 2O años. Pero en su mirada era como ver a una mujer mayor, con suficiente experiencia, y sin miedo a lo que pudiera pasar.

Harry Potter y el misterio de los herederosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora