T R E C E💫

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«Eres un desastre, simplemente perfecta»


—Tal vez ahora me vea como una loca— susurré al aire y caí en mi cama.

Luego de lo sucedido con Asthon, o bueno cuando solo me ignoro, las preguntas que tenía fueron resueltas.

Ahora él solo me veía como un lindo fenómeno, me atrevo a quitar el "lindo", entonces sería solo un fenómeno. Nunca debí comportarme de esa manera con él, no debí correr y mucho menos debí anotar su número para hablarle.

¿En qué estaba pensando?

Ah si, en que tal vez con él podía empezar a cambiar y a mejorar.

•|•

Tres golpes en la puerta y hicieron que me levantara del sillón, bufé ya que este estaba demasiado cómodo y estaba apunto de quedarme dormida.

—Te voy a matar— abrí la puerta, pensé que era Nora ya que a esta hora viene para comer y volver a la Universidad, como siempre deja las llaves.

—¿Así me recibes?— Asthon frunció el ceño y luego sonrió.

—Ah, eres tú— dije saliendo y ajustando la puerta.

—Que emoción te da verme— levantó una ceja.

Me encogí de hombros y mire su atuendo, esta vez tenía un pantalón vinotinto y una camisa blanca, su cabello estaba suelto y una que otra onda se formaba en el, sus ojos grises me miraban directamente.

—Yo venía a pedirte perdón— habló rascando su nuca.

—¿Por qué?

—Por como me comporté aquel día, no debí actuar así... Se que hay algo detrás de toda tú y me gustaría ayudarte— se inclinó para tomar mi mano —Y esperaré, solo quiero que empieces a confiar en mí.

—Si no confiara en ti, no estaría aquí afuera, frente a ti, tomando tu mano y mucho menos tan calmada— levanté nuestras manos unidas y las señale —Bueno, confío un poco, poco en ti.

Sonrió y me abrazo, le devolví el abrazo, su olor era tan delicioso, olía a menta y yerba buena.

—Ahora tengo clase— se separó de mi y hablo, saco sus celular y alcance a ver qué eran las 3:35 de la tarde —Te llamaré.

Me dió un beso en la mejilla y se giró para correr a su auto e irse.

Ese lindo sillón me espera.

•|•

—¡Sara! ¡Sara!— varios gritos hicieron que me levantara del sillón asustada, frote mis ojos y trate de ver en la oscuridad.

—¿Mamá?— pregunté mientras buscaba el interruptor.

—¡SARA!— el grito fue más que notable, y los golpes en la puerta aún más.

Corrí hasta la puerta y la abrí, Nora estaba agachada, sus manos apoyadas sobre las rodillas e intentaba respirar

—Nora, me asusta-...— no pude terminar la frase por qué me sorprendió ver las manos de Nora llenas de sangre.

La preocupación aumento cuando su rostro dejo de mirar el suelo para mirarme a mi, su cara estaba roja, bañada en lágrimas, el rímel estaba esparcido creando unas grandes ojeras.

—Mi-mi...— un sollozó la interrumpió y jalo su cabello —Ella estaba en el auto y-y pum— no podía entender lo que decía.

—¿Y pum? ¡¿Como que y pum?!— levanté la voz un poco alterada, me estaba asustando.

—Mamá está en el hospital.

—¡QUÉ!— un grito salió involuntariamente de mi garganta —¿Qué le pasó?

—Joder...— susurró y se enderezó para respirar profundo —Mamá fue por nosotros a Universidad, fuimos por comida para traer-traerte un poco. Mamá detuvo el auto y bajo con nosotras pero no entro al local y nos mandó a nosotras— su respiración se estaba calmando pero eso no quitaba que salieran demasiadas lágrimas de sus ojos. —Escuchamos un fuerte golpe pero no le hicimos caso, cuando salimos vimos mucha gente reunida...

—¿Dónde ésta?— le pregunté, ya me imaginaba lo que había pasado.

—Vamos al auto— señaló el auto de mi padre temblando, bajé corriendo los pequeños escalones de la entrada y corrí al auto.

Subí en la parte de atrás, ví a mi padre que tenía la vista fija en la ventana y hablaba por su celular, tan tranquilo.

—Podemos irnos— levanté la voz y cerré la puerta de golpe. Él se giró y abrió sus ojos de manera exagerada.

—Cálmate, no, no— mi padre hablo mas bajito de lo normal —Luego te llamo— colgó el teléfono y empezó a golpear el volante con su dedo índice.

—¿Quién era?— me atreví a preguntar.

—Trabajo— respondió cortante y Nora subió al auto —¿Tienes los papeles?— preguntó y Nora los levantó.

El camino al hospital fue rápido u sobretodo por qué mi cabeza estaba en otro lugar, en que mi madre estuviera bien y él por qué mi padre hablaba a escondidas, y con quién lo hacía.

Cuando bajamos seguí a Nora, no me había dado cuenta de que ya estaba llorando y mis manos temblaban.

—Allí esta Lore— Nora salió corriendo y yo intenté alcanzarla —¿Han dicho algo?— preguntó histérica.

—No...— las dos estaban vestidas igual y sus ojos tan hinchados que parecía que iban a reventar, se abrazaron y luego Lore se tiró sobre mi.

La abrace tan fuerte como pude, mis lágrimas eran silenciosas a diferencia de las de ellas, pronto sentí a Nora rodeando me también y toque sus cabellos.

—Todo estará bien— susurré y apoye mi cara en sus cabezas, aunque yo era la menor era un poco más alta que ellas.

Luego de dos horas sentadas en las incómodas sillas, Lore se quedó dormida hace como 10 minutos, ya no soportaba el verlas llorar.

—Por favor, ya no llores— le susurré a Nora, quite los cabellos que estaban pegados a su cara y tome una de sus mejillas para jalar un poco, ella sonrió un poco

—No puedo evitarlo— susurró —No quiero que le pase nada malo, Sara.

—Y no le pasará— aseguré tomando su mano y apretándola.

Los minutos seguían pasando y aún no había nadie que nos dijeran sobre lo que pasaba, las enfermeras iban de un lado a otro y el estar aquí sentada hacia que el tiempo pasará más lento, mi padre no había entrado con nosotros pero no me moleste en ir a buscarlo estaba demasiado ocupada tratando de calmar a Nora y a Lore.

Ella Es Perfecta©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora