T R E S🍕

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SARA MACORS.

Empecé a caminar en medio de mis dos hermanas gemelas, mire a mi alrededor observando como habían cambiado las cosas en seis meses, seis meses en los que no había salido de mi casa.

La chicas caminaban a mi lado, estaban felices pero yo sabía que también estaban atemorizadas por lo que podía pasar.

—Iremos al parque— pronunció Nora sonriendo me —Es el lugar más cerca, aparte es bonito— ella se encogió de hombros y yo asentí lentamente.

—¿Quieres helado?— preguntó Lore, apresuró un poco más el paso para ponerse frente a mi y caminar de espaldas —Se que hace frío pero a ti te encanta comer helado en estos tiempos— empezó a hablar demasiado rápido y la interrumpí.

—Más despacio Lore— curve un poco mis labios y la mire —Si quiero helado, y gracias.

—Bien, entonces me adelantare y los compraré— Lore salió corriendo pero pronto la vimos devolver se —Por cierto, Nora me pasas el dinero— Nora soltó una carcajada y saco el dinero de su pantalón —Chocolate ¿no?— se dirigió a mi y yo asentí.

—Es una tonta— dijo Nora viendo correr a Lore, la mire y ella soltó una carcajada —Lastima que me parezco a ella— negó con la cabeza y tomó su cabello en una coleta.

Nora y Lore eran idénticas, en su físico obviamente, ya que Nora era un poco más sería que Lore, pero sus cabellos eran iguales de largos, negros y brillantes. Varias veces se vestían, peinaban y maquillaban igual, y reconocerlas era imposible o bueno no para mi ya que Nora tenía un lunar detrás de la oreja que no tenía Lore.

Cuando tenía como 5 años siempre quise parecerme a ellas, por que realmente eran hermosas, sus pieles eran blancas, sus labios un poco rojos y la verdad estaban bien buenas, por eso siempre fueron tan perseguidas en la escuela, por su belleza y carisma.

En cambio yo, no fui la mejor creación, mi cabello salió castaño oscuro y ondulado, en lo único que me parecía a ellas era en la piel, mis labios eran rosas pero muy claros, ojos cafés oscuros tanto que tiran a negro, al contrario que ellas ya que los tienen cafés muy claros.

Y no era tan popular como ellas, solo tenía pocas personas que me rodeaban pero a cada una de ellas trataba de ayudarla y hacerla feliz.

—Sara— Nora me hizo salir de mi trance, la mire y en sus ojos se veía preocupación —Joder, pensé que habías entrado...— dejo sus palabras al aire y se quedo callada.

—¿En shock?— pregunté, aunque yo sabía que se refería a eso.

No le di importancia y solo mire detrás de ella, ya habíamos llegado al parque y estábamos en lo que yo recordaba era la zona de picnic, me senté en el suelo y vi muchas personas, demasiadas diría yo, niños corriendo, parejas besándose, amigas riendo y personas jugando en el parque.

Tome un poco de aire y me dije a mi misma que debía calmarme un poco, yo había elegido esto y debía ser un poco, por lo menos un poco fuerte.

—Deberías ayudar a Lore con los helados— le sugería a Nora cuando vi que Lore en un puesto de helados tratando de coger los 3 helados.

—¿Puedes quedarte... Aquí?— miro hacia los lados y luego se dirigió a mi —No tardaré.

Asentí y vi como ella camino rápidamente o más bien corrió hasta Lore para poderla ayudar. De pronto una pequeña pelota cayó a mi lado, mire a los lados buscando la dueña del balón ya que esta era rosado y de flores.

Lo cogí y me levanté del piso con el, de pronto algo me tiro al piso y se poso encima mío.

Un perro.

Un gran perro negro.

Empezó a lamer me la cara y arranco la pelota de mis dedos, en la boca de aquel perro se veía más pequeña. Acaricié su cabello y luego de un silbido dejo de moverse y se sentó frente a mi.

—Lamento que te lamiera de esa forma— escuché una gruesa voz detrás de mi, y la piel se me erizo.

Me quedé estática solo mirando el perro, me quedé sin respiración cuando un chico se paro frente a mi.

Era alto, muy alto, tenía el cabello un poco largo y era de color café claro, sus ojos eran grises, un color de ojos que nunca había visto. Vestía un saco color gris y un jean negro.

—Oye, ¿estás bien?— preguntó él inclinando un poco la cabeza, sentí un leve rubor en la mejilla y lo único que pude hacer fue asentir como tonta.

Busque a Nora y Lore con la mirada y las vi charlando con un grupo de chicos.

¿Así me iban a cuidar?

—Bien— volvió a hablar él —Nos vemos— sonrió y cogió la pelota de la boca del perro para salir corriendo.

Solté todo el aire que tenía retenido y tape mi cara con mis manos, me ajuste la capota y mire en la dirección donde se había ido aquel chico.

Seguía corriendo, mientras que se giraba varias veces hacia atrás... ¿Mirándome?

No Sara, hay muchas personas aquí, no te está mirando. Pensé.

—Aquí está tu helado— Nora extendió el helado que ya estaba un poco derretido hacia mi.

—Nora se distrajo un poco— hablo Lore, la mire negando con mi cabeza y tome el helado.

(...)

Luego de media hora más en el parque, decidí que ya era suficiente por un día.

Volvimos a casa y antes de entrar un auto aparcó en la cera. El auto de mi padre.

Mis hermanas se posaron frente a mi de manera protectora pero ellas solo eran unos centímetros más altas que yo. Pude ver que la cara de mi padre irradiaba irá, camino hacia nosotros con los puños apretados.

—¡¿Que hace Sara en la calle?!— gritó, mis hermanas retrocedieron un poco pero yo solo me quedé ahí.

—Su psicóloga dijo que sería bueno que saliera ya que hacía tiempo no lo hacía— explicó Nora.

—Entren. Ahora— ordenó de manera brusca y así lo hicimos.

Iba a empezar a subir las escaleras para ir a mi habitación pero el grito de mi padre me detuvo.

—¡Te quedas aquí!— me giré a verlo, estaba cruzado de brazos y mirándome fijamente, Nora y Lore estaban detrás de él —Como veo que ahora hablas y sales, creo que es ahora de que te dignes a abrir la jodida boca respecto a lo que pasó.

Le mire mientras esperaba una respuesta, pero yo no sé la podía dar.

Ella Es Perfecta©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora