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• Flashback •
Quizás sería una nueva vida, pero no lo sabía. Tal vez pensar mucho en un buen futuro lo llevaría a hundirse en la mierda, como siempre ocurría.
William Axl Rose, bajaba de un autobús, mientras que traía una maleta, una mísera maleta y menos de treinta dólares en el bolsillo. La razón de que porque estaba ahí, era porque había tomado una decisión: comenzar una buena vida.
Aspiró el aire de aquella capital, mirando a todos lados con rapidez. Luces, edificios, mujeres. . . Tráfico, algo totalmente diferente a Indiana. Pero él no sabía que se había escapado del infierno para refugiarse en algo que terminaría por quemarlo.
Su perdición.
• Fin del Flashback •
Los rayos solares atravesaban con nada de discreción los velos blancos de una cortina francesa decorando el gran ventanal de la habitación en la cual se resguardaban dos personas, dos personas que no tenían ni idea de lo que el destino les tenía preparado.
Saul Hudson, aquel gran médico psiquiatra, uno de los mas jóvenes con buena experiencia laboral de su área, perdía su dignidad al estar sentado en la orilla de su cama, teniendo la mirada fija en la persona que había provocado las notables ojeras que tenía bajo sus oscuros ojos. No pudo lograr concebir el sueño por las repetidas pesadillas significativas y a la vez absurdas que le hacían despertar cada ciertos minutos. Observó el reloj sobre una de las mesitas de noche, el cual marcaba las 08:00 a.m.
Hudson bostezó, aún sentado. Quería volver a dormir, pero sabía que si volvía a cerrar los ojos aquellas sombras y voces lo perseguirían. Lo admitía, había tenido ese tipo de sueños en su niñez y adolescencia, pero dejó de tenerlos apenas se convirtió en un adulto.
Pero ahora, volvieron, luego de años.
Cuando había tomado una decisión de volver a dormir, el cuerpo de quien quizás provocó sus pesadillas se removió entre las sábanas, haciéndole sentir tibios escalofríos recorrerle la espina dorsal. Hudson tragó en seco cuando, Axl, abrió los ojos completamente en par apenas logró descifrar que había despertado.
¿No estar una mañana sin sus pastillas... sería bueno?
- Buenos días, ¿cómo dormiste? - Preguntó Saul, haciendo que Axl se sentara en el colchón a parte y se estirara, bostezando.
- Bien, dormí bien, gracias por preguntar. - Dijo como respuesta Rose, sonriendo de lado y mirando a Saul.
El moreno arqueó una ceja, ya que Axl estaba actuando como una persona totalmente normal, pues, estaba acostumbrado a que todas las mañanas al momento de llevarlo a interrogatorio actuara extraño; que actuara como alguien que no es.
- . . . ¿Pasa algo? - Preguntó el pelirrojo, confundido, ya que su doctor no había dicho nada. Tomó su anaranjado cabello y se lo echó para atrás, ya por estar todo despeinado.
- Me alegro de que hayas dormido bien. - Saul decidió no seguir la conversación por el momento, así que se puso de pie como pudo, aunque el cuerpo le ardió. Caminó sujetándose de lo que fuera, pero Axl no era tonto, así que también se levantó y trató de ayudar a su moreno doctor, sujetándole al caminar.
Cuando bajaron las escaleras, Duff ya estaba en pie, mientras que tomaba café en una taza. Slash lo miró confundido, pero ahí recordó que su casa, era como la segunda casa de su rubio amigo, así que no se preocupaba si sacaba cosas del refrigerador.
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Locura de amor [Slaxl]
RomanceSaul Hudson es un médico psiquiatra que tiene una vida un tanto aburrida, a lo que a veces se divierte al momento de interrogar a pacientes, pero no con todos, hay uno que le hace ir todos los días a interrogatorio para pasar el rato; Axl Rose. Axl...