Sesión 18

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- Nunca te di la autorización. - Permanecía de brazos cruzados, mientras que estaba a espaldas de Duff McKagan, quien buscaba unos papeles entre ficheros ordenados en orden alfabético.

- No debería pedirte permiso para cambiar de habitación a un paciente. Es más, es mi deber cumplir sus peticiones. Si él se sentía incómodo allí, lo más favorable era que lo cambiara. - Respondió, dándose la vuelta, sin dirigirle la mirada a Hudson, quien traía descubierta la cara. El más alto pasaba página por página, mientras que con su otra mano sacaba un bolígrafo de su bolsillo. - Y agregando... ¿Qué te importa a ti si lo cambio o no? Preocúpate de cosas más importantes.

- No eres quién para decirme qué es importante o no, Duff.

- Sí soy quién, soy la persona que siempre arregla tus cagadas, ya sea en reuniones con directores de otros psiquiátricos, salvándote el culo cuando no llegas. Pero, ahora que lo pienso, debe de haber alguna razón para que últimamente te estés comportando así, y también una razón más para que Axl aquella vez me haya pedido ese favor d..

- Cállate. Cállate de una maldita vez y no abras la boca.

- No me voy a callar. - Aclaró, dejando todo de lado y quitándose sus anteojos de lectura. Observó a su compañero de trabajo, quien ya echaba humo por las orejas. Saul Hudson enojado era un tema serio, pero McKagan ya sabía cómo actuar en aquellas situaciones. - Algo ocurre aquí, y lo voy a averiguar.

- ¿Y qué estaría ocurriendo?

- ¡Vamos! Desde que llegó a este psiquiátrico, no le quitas los ojos de encima. Tendré cara de estúpido pero no lo soy. Recuerdo esa vez que lo sacaste a los jardines en secreto, recuerdo esa vez que hiciste que se quedara a dormir a tu casa, y también esa noche que lo sacaste y no regresaron hasta el otro día en la tarde. Siempre entras a su habitación, y los doctores no entran ahí, sino los enfermeros.

Saul estaba atónito, mientras que su mandíbula temblaba un poco por el nerviosismo. Se rascó la barbilla, mirando a otro lado. No, no podía ser descubierto tan fácilmente, ni menos podía serlo por quien le veía todos los días.

- Somos amigos. - Lanzó rápidamente el moreno, volviendo a mirar a Duff, quien rió al instante, negando.

- ¿Tú crees que soy estúpido?

- Como para creer que me pasa algo raro con ese enfermo mental, sí, eres estúpido. ¿Estás loco? Dios. - Comenzó a reír, disimulando bien que estaba no nervioso hasta los pies.

Duff, simplemente prefirió creerle, así que volvió a tomar su bolígrafo. No contestó, así que dejó a Saul riéndose de su propia mentira. Entre las fichas, encontró la ficha de la persona causante de la reciente discusión; Axl Rose. Corrigió su número de habitación, colocando el número de la que usaba recientemente. Cuando iba a seguir con su labor, su móvil vibró con insistencia, dando su timbre de anunciar una llamada.

- Disculpa, saldré un momento. - Dijo, tomando su móvil y saliendo de la oficina, dejando a Saul solo. Apenas salió, el moreno aprovechó de ir con rapidez a ver la ficha. Vio el número y empezó a memorizarlo sin parar, alejándose de ahí para no parecer sospechoso.

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Locura de amor [Slaxl] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora