Capítulo 15

2.6K 196 38
                                    

Al otro día, cerca del mediodía Gerardo pasaba a retirar a María para ir a comer. Cuando volvió a su casa se replanteó cancelar sus planes pero la plática con Esteban había sido demasiada intensa como para seguir, tenía miedo, miedo porque sus sentimientos de a poco estaban cambiando.
El tiempo estaba empezando a correr y hacía con ella cosas que no se imaginaba, como eso de decirle que ahí podría estar ella como una amiga. No quería hacerlo, su mente le gritaba diciendo que no se lo merecía y que ese no era el final que realmente esperaba, sino hacer pagar a todos y a cada uno, el dolor que le habían causado esos 10 años de alejamiento. Pero con Esteban era todo diferente, con todos sentía esa repugnancia y furia cuando los veía, pero de a poco el sentimiento con él cambiaba, se odiaba por eso, pero era inevitable, sus impulsos eran más fuertes que las voces de su cabeza.

-Entonces ayer fue el cumpleaños de tu hijo, ¿cierto?
-Sí. Quiero hablarte de eso...
-Soy todo oídos.

Estaban en un lindo restaurante de la ciudad que María había elegido y cuando empezaron a platicar en profundidad agradeció de no haber cancelado los planes, Gerardo le caía bien, era un buen hombre que aunque la cortejaba demasiado podía con eso porque simplemente no tenía en cuenta sus halagos. Le inspiraba confianza y aunque se había prometido dejar de confiar en extraños, no pudo evitarlo.

Le confió parte de la historia y del secreto que guardaba con respecto a sus hijos, le contó sus años en la cárcel y que fue ahí donde conoció el trabajo con la plata, inexplicablemente para María recibió toda la información sin prejuicios y con un apoyo sincero, cosa que hizo que no se arrepintiera de abrir la boca y decírselo. No habló de Esteban, no contó ni uno de los hechos que lo implicaban, primero pensaba que por respeto a lo que era la empresa y los negocios, pero una vocecita por dentro le gritaba que en realidad lo estaba cubriendo.

-Bueno, lo he pasado de lujo. No pensé que podría comer tan a gusto...
-También yo.
-Gracias por esta vez dejarme pagar a mí. –se reían-
-Cuando quieras.
-Voy a volver la otra semana para ver cómo están nuestros negocios.
-Te espero para que salgamos a comer y ahora invite yo. -bajaba del auto-
-La he pasado muy bien.
-Yo también, voy a devolver el auto y tengo que ir al aeropuerto.
-Está bien, que tengas buen viaje, adiós.
-Adiós María.

Entró a su casa y era un día muy agradable para seguir estando sola, así que llamó a su hija para saber de ella. Se quedó platicando pero no por mucho tiempo pues la niña estaba con una amiga en la piscina y no quería molestar. Entonces decidió arreglar su closet, tenía que ocupar su tiempo en algo. Inevitablemente no pudo dejar que su cabeza divagara y la llevara lejos, a ese lugar que siempre volvía y que la esperaba cómoda.

Flashback.

-Ya no me interesan, puedes tirarlas, donarlas, lo que quieras. Esas cosas eran de una María que ya no existe.
-De igual manera, puedes ir un día a ver si quieres algo.

Fin del flashback.

De un impulso decidió llamarlo mientras doblaba su ropa, puso en alta voz para poder hacer ambas cosas.

-¿Bueno?
-Hola, ¿estás ocupado, puedes hablar?
-No estoy ocupado y sí puedo hablar, estoy saliendo de la piscina. Vine un rato a acompañar a Estrella hasta que llegara su amiga y pues luego me quedé en el sauna.
-Qué buen plan.
-¿Tú, que haces?
-Estoy acomodando mi closet y en eso recordé que la última vez que estuve ahí, vi unas prendas que... pues...
-¿Tuyas?
-Sí.
-¿Las quieres?
-Pues... no sé, debería ver, no sé si están viejas o se las comieron las polillas.
-Todo está intacto, me encargué de que siempre mantuvieran limpio el lugar como te gustaba tenerlo. –la hizo sonreír- Puedo hacer que Arnaldo te alcance tus cosas.
-No, mejor... no. Deja, ya me arrepentí.
-Cómo tú digas. ¿Qué tal tu comida con Gerardo?
-Muy buena y productiva, terminé de decidirme que voy a poner mi negocio en Xochimilco.
-¿Por qué tan lejos?
-Porque me parece un lugar agradable, aparte me ha pasado ciertos contactos, que hay lugares ahí que se dedican a eso.
-Aaahhh... mira qué bueno.
-Assshhh no, ¿justo ahora? -cambiaba de tema-
-¿Qué paso?
-Me acabo de quedar sin luz.
-¿Cómo?
-Sí, mi closet se quedó sin luz. Se debe haber fundido el foco o algo así... voy a llamar mañana al electricista.
-¿Y desde cuando arreglas tu ropa?
-Siempre lo hice, solo que cuando estaba contigo no tenía tiempo de hacerlo porque entre los niños o el trabajo.
-O nosotros... -caminaba por el parque volviendo a su habitación-
-O eso, me quedaba sin tiempo.

Lazos de Mentiras. #MyEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora