Capítulo 19

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Se despertó toda confusa, no reconocía el lugar pero rápidamente intuyó de qué se trataba todo. Las luces blancas le hacían arder los ojos y como un flash le vino lo último que le había ocurrido, ¡el choque! Pensó. Se levantó con unos dolores en el cuerpo que casi no podía caminar pero sacó fuerzas de donde solo ella sabía, necesitaba ir a ver a Estrella en ese instante.

Cuando abrió la puerta vio que Arnoldo estaba sentado afuera, y se asustó de ver que tenía una venda blanca que envolvía su brazo.

-¿¡Arnoldo, estás bien!?

Arnoldo se aterró de verla de pie y en una bata de hospital.

-Señora María, que alegría verla despierta tenía tanto miedo que le pasara algo.
-Pero que pasó, recuerdo que un auto se nos vino encima. Chocamos... ¿o nos chocaron? ¿Estás bien? ¿Dónde está Estrella, donde está mi hija?
-Tranquila, está a la final del pasillo. Escuché que le estaban haciendo unos estudios, preferí quedarme aquí para ver si todo estaba bien con usted. ¡El patrón está cerca y está que tira chispas!

María suspiro y se quejó un poco por el dolor pero aunque escuchaba que Arnoldo dijera palabras sobre que tenía que volver a la cama, que esperara a una enfermera, ella hizo caso omiso porque quería ver que todo estaba bien con su hija.

-¿Está todo bien con Estrella?

La voz de María alertó a Esteban que no la había visto llegar, giró y la encontró con un aspecto débil.

-¡¿Está bien Estrella?!

Pero Esteban no le contestaba, se quedó pasmado al verla en ese estado.

-Contéstame y deja de mirarme así.
-Aparentemente sí, no la vi pero me dijo el médico que todo está bien, ella está consciente y haciendo bromas. Preguntó por ti.
-Dios, que buena noticia. Quiero verla.
-Yo creo que lo mejor es que no la veas ahora.
-se sorprende-¿Y por qué?
-Creo que esto de las salidas con Estrella y Héctor tienen que mermarse. Nunca me dijiste que ibas a salir con ella, y tampoco ella hace por inmutarse en avisarme que va a salir contigo.

María no salía de su asombro al escuchar sus palabras.

-No tengo nada más que decirte que soy su madre, así que hazte a un lado.
-él se interpuso en su camino-Eres su madre pero ellos no lo saben, y en cierta parte porque tú no quieres decírselos de una buena vez.
-¡No! no lo saben porque tú decidiste matarme en vez de decirles que su madre estaba presa injustamente. ¡No me cambies el discurso y mucho menos me eches a mí tus culpas!

El alterarse le había hecho que algo en el cuerpo se le moviera y sintió un dolor que hizo que soltara una bocanada de aire. Se retorció un poco y Esteban se alertó, quiso sostenerla pero ella se corrió.

-No se te ocurra tocarme.
-Creo que tienes que hacer reposo María.
-Tengo que ver a mi hija, quítate.
-De todas formas no vas a poder pasar. Pedí que le hicieran estudios completos, no fue un golpe grave porque tenían cinturón pero de todas formas prefiero prevenir.

Al ver el dolor de María, Esteban había bajado un poco la guarda. Estaba enfadado, verlas en riesgo le había desatado unos sentimientos por dentro que no podía controlar, mucho más el verla tan débil a María y no poder hacer nada. Ella prefirió reclinarse en la pared para esperar noticias, no quería moverse de ahí sin saber y ver a Estrella en perfecto estado.

-Arnoldo también tuvo un golpe en el brazo. –intentó sacar tema Esteban pero ella no dijo nada- ¿Lo viste?
-Cállate no tengo ganas de hablar contigo.
-Pusiste en riesgo a mi hija, te pusiste en riesgo tengo todo el derecho de estar enfadado.
-¡Nos chocaron maldita sea! Una camioneta pasó en rojo y no nos vio. –estaba rabiosa- ¿Tengo que pedirte permiso para salir a pasear con mi hija? Perdóname, la próxima vez no pasa.

Lazos de Mentiras. #MyEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora