Capítulo 13

3.1K 184 28
                                    

Llegaron al lugar que Estrella había elegido para cenar y aunque estaba atenta a las palabras de su hija, no podía alejar su pensamiento de la imagen que se le había cruzado hace momentos. Ana Rosa y Luciano eran amantes, y claramente él no sabía o no tenía bien en claro quién era ella en verdad.

Empezó a unir cabos de la poca información que él le había dado sobre su romance y se dio cuenta que era porque en realidad ella nunca le había dicho mucho sobre su vida, entendía las evasivas que Luciano le daba cuando ella lo interrogaba y por fin entendía. En ese omento se preguntó qué posición debería tener al respecto, la actual esposa de su ex marido tenía una amante y aunque a la mayoría de las mujeres quizás esa información le parecía muy valiosa, en este caso a María era todo lo contrario.

-¿Ya vas a escucharme?
-¿Qué? Perdón Estrella... hoy estoy muy dispersa.
-Lo noto, no me has dicho si te gustan o no mis ideas.
-Creo que contratar una banda de rock es demasiado, ¿no crees? –era lo único que había escuchado de todo y se rio al asimilarlo realmente-
-lo repensó-Bueno... no sé si a Héctor le gusta el rock de todas formas. Pero quiero que sea grande, que haya mucha gente. Oye... espera... ¿vamos a invitar a los amigos de papá? No creo que a Héctor le guste que estén pero sé que mi tía Alba no le va parecer que no estén.
-¿Quiénes?
-Bruno, Fabiola, Servando, Daniela... ellos.
-Es el cumpleaños de Héctor y la idea es que él esté muy contento y que no se amargue por nada. Tú déjame que yo voy a hablar con Alba y voy a solucionar eso.
-Está bien, yo me voy a encargar de avisarle a todos sus compañeros. Espero me guarden el secreto.
-A todos nos gustan las fiestas sorpresas en el fondo, supongo que si nos van a ayudar.
-¿Mañana podemos ir a comprar cosas para la fiesta? Espero que mi papá me de dinero con eso de que se enojó conmigo.
-Tú no te preocupes por eso, yo me encargo. ¿Quieres postre?
-Quiero que me digas por qué estás tan distraída...
-Cosas del trabajo. –la evadió-
-¿Todo bien con mi papá? Porque ahora que lo pienso el enojo en realidad puede ser contigo. –María se alertó- Héctor me contó la situación del otro día, quise preguntarle a mi papá pero obvio me evito contar. Cuéntame tú, ¿qué paso? ¿Por qué papá te bajaba de la escalera tan enfadado?
-se puso nerviosa-Problemas de negocios.
-Sé que me estás mintiendo, te conozco María.
-Mi niña que ya no es tan niña... -puso su mano sobre la suya- ¿pedimos postre?
-No puedo creer que con el helado evadas mis preguntas.

Se rio y decidió no contestarle más porque si le daba cabida a la curiosidad de Estrella esa noche no iba a terminar más. Luego Arnoldo la dejó en su casa y volvieron a la mansión porque no querían abusar del poco permiso que les había dado su papá con respecto a la salida, aparte de que al otro día tenia colegio.

Cuando puso las llaves en la cerradura sintió como una presencia se posaba tras suyo. La ansiedad le recorrió la piel hasta dejarla inmóvil, dura, porque bajó la cabeza y claramente había una sombra en el suelo.

-María, hola...

Reconoció la voz pero no se sintió menos insegura, ese acercamiento le daba pánico.

-Qué haces aquí. –terminó de abrir rápidamente su puerta y giró para darse más espacio entre los dos-
-Vine a hablar contigo. ¿Puedo pasar?
-Por supuesto que no... no tengo nada que hablar contigo, mucho menos a estas horas de la noche.
-Ya no soy el de antes, estoy viejo y hace frío... -levantó su mano-

Lo dudó un momento pero sin saber por qué accedió. Sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, ¿dejar entrar a su casa a un hombre tan ruin y despreciable? Se recomendó empezar terapia muy pronto en ese momento.

-Habla.
-Sé que tu buena relación con Esteban ha vuelto, por eso supongo que me puedes explicar por qué me ha sancionado de las empresas sin previo aviso y ni siquiera ha dejado que entre a su casa a pedirle una explicación, y como estoy muy seguro que la sabes, te exijo que me la des.
-En primer lugar a mí nadie me exige cosas, en segundo no tengo la más mínima idea de por qué Esteban te trata de esa forma. El presidente es él, tendrá sus razones...
-Tú firmaste para que me sancionaran.
-También tengo mis razones, mientras menos espacios compartamos mejor. Te imaginaras que no eres una persona agradable para mí.
-Dime, no voy a creer que no sepas.

Lazos de Mentiras. #MyEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora