Espinas que lastiman

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Escucho un sonido que viene de algún lugar cerca de donde me encuentro, no recuerdo donde estoy y siento que no puedo moverme, intento abrir los ojos, pero una luz cegadora hace que me duela la cabeza. Muevo las manos y siento que tengo agujas metidas, me duele cuando las muevo.

Poco a poco abro los ojos y empiezo a reconocer el lugar en donde estoy, es una habitación de hospital, toda blanca con una sola mesa enfrente con rosas de color rojo mira a mi derecha y hay maquinas que hacen ruidos, volteo a ver a la izquierda y también veo maquinas que suenan, noto que algo se mueve a mi derecha y noto que hay un sofá ahí con alguien sentado, con la cabeza gacha como si estuviera rezando.

El corazón se me detiene al darme cuenta de quien es esa persona y la maquina empieza a sonar más fuerte, Chad se acerca con paso apresurado y agarra mi mano.

-Nena tranquila, no pasa nada estoy aquí.

Los recuerdos de nuestra pelea se me vienen a la mente. "ME TENIAS QUE DECIR ANTES DE QUE NOS ACERCÁRAMOS MAS" había gritado, claramente arrepentido de que nos hubiéramos gustado mutuamente, de que nos hubiéramos acercado, alejo mi mano de la suya.

- Tú me dejaste - le digo viendo a todos lados menos a su cara, escucho que suspira y vuelve a tomar mi mano.

-Cometí un error Melanie, no debí reaccionar de la manera en la que lo hice, discúlpame por favor -

No quiero hablar de eso ahora, no quiero que tenga que estar aquí por compromiso, y además donde esta mama y por qué me dejo sola con él.

- ¿Cuánto tiempo llevo aquí? - Lo veo.

Él me ve con una mirada dolida.

-Tres días - responde.

-Tres días, ¿qué me paso?

-Melanie por favor tenemos que hablar.

-Puedes llamar a mama por favor - le digo, esta vez mi vista puesta en las rosas tan lindas que están enfrente de mí.

-Melanie ... - logra decir, pero justo en ese mismo momento mama entra a la habitación.

-Hija como te sientes – pregunta y se acerca a mí de manera rápida.

-Mucho mejor mama, ¿qué me paso? lo único que recuerdo es estar conectada a la maquina y después nada.

Mama me ve con lágrimas en sus ojos, sé que esto la hace sufrir, pero no puedo evitarlo, ni siquiera yo tengo el control de esto.

-Te dio un paro cardíaco mientras estabas conectada. - responde ella con una lagrima resbalando por su mejilla. - las enfermeras rápido llamaron al equipo de emergencia y te subieron aquí, estuviste tres días en coma.

Solo asiento porque no puedo hacer nada más.

-Ustedes estaban hablando cuando entre, puedo irme y dejarlos solos ...

-No mama no te preocupes, Chad ya se iba, además me siento muy cansada.

Chad me ve con su mirada seria, la misma con la que lo conocí, pero esta vez con dolor en ella también, lo estoy echando de la habitación, pero también de mi vida, lo que debí hacer cuando lo conocí, nunca debí dejar que se acercara a mí, seria menos doloroso si solo mama y yo pasáramos por esto. Él asiente hacia mama y sale por la puerta en cuanto se cierra la puerta rompo a llorar.

Mama se acerca rápido a mí y me abraza, yo no puedo dejar de llorar y es que me duele que se vaya, pero sé que él no quiere estar por voluntad propia y tampoco lo voy a amarrar a esto. No es justo. Mama me deja llorar todo lo que necesito, lloro más cuando pienso que estuve tan cerca de no poder despedirme de ella, momentos después cuando me calmo y para cambiar un poco la tensión de la habitación pregunto.

- ¿De quién son las rosas?, son hermosas -

-Tuyas - responde mama.

- ¿Quien las trajo?

-Chad - responde ella.

Asiento nada más y me fijo en ellas, en como algo tan bonito puede tener unas espinas que lastiman muy profundamente.

****

Estoy sentada en la cama, hoy por fin me puedo ir a casa, estoy esperando a que mama vengo por mi para irnos a casa, ya no quiero estar más en este lugar, me deprime pensar en todo el tiempo que perdí acá, pero después de esto no puedo dejar de pensar en cuanto tiempo me queda de verdad. ¿Cuánto tiempo tendré en el mundo? ¿me gustaría saberlo?

Tocan a la puerta y digo que está abierto, que pueden pasar. prácticamente le doy la espalda a la puerta, de nuevo me quedo congelada cuando escucho esa voz, esa voz que tiene la capacidad de dejarme congelada.

-Hola nena, ¿cómo te sientes?

Lo único que quería era hablar con Chad hoy, pero aún me siento demasiado enojada, y no dejo de pensar en que no deberíamos habernos conocido nunca, ni siquiera acercarnos.

-Hola Chad, ¿qué haces aquí?

Escucho que se acerca más a mi lado.

-No sabes cómo me duele que trates así, perdóname por favor, fui un idiota, un completo idiota.

No contesto, no sé qué decir, pero él no se da por vencido.

-Vamos nena, háblame.

- ¿Qué quieres que te diga?, Chad creo que ya nos dijimos lo suficiente los dos, me siento cansada – y es cierto, me siento demasiado cansada.

-Yo no he terminado y tú tampoco.

- ¿Como lo sabes?

-Porque no puedes terminar conmigo, dame una oportunidad para que hablemos.

No me da tiempo de decirle que se vaya porque mama entra en la habitación.

-Melanie hija ¿estas lista?, oh, Chad no sabía que estabas aquí.

-Señora, ¿cómo esta?

-Bien gracias, Chad justo estábamos por irnos a casa.

Esa es mi señal, me levanto y me dirijo a la puerta sin ver a Chad, justo cuando paso por su lado me toma del brazo y me detiene.

-Melanie por favor.

No digo nada y cuando ve que no voy a responder me suelta, pero enseguida mama hace lo que nunca me imaginé que iba hacer, estar del lado de Chad.

- ¿Quieres venir con nosotras Chad?

Me le quedo viendo a mama con cara de no creerme lo que está diciendo.

-Gracias señora, claro que sí.

Y así no vamos los tres juntos para mi casa, en todo el transcurso hacia la casa ninguno de los tres habla, se siente la tensión en el aire. Cuando llegamos a casa Chad se ofrece a bajar mi maleta y entrarla a casa justo cuando me voy a bajar, mama me detiene y dice.

-Melanie, sé que la última vez no salió bien, pero si me permites darte un consejo, no arruines las cosas con Chad, dale una oportunidad creo que se merece la oportunidad de disculparse y más cuando soy testigo del calvario que vivimos los dos los tres días que estuviste en coma.

- ¿Estuvo en el hospital los tres días que estuve ahí?

-así es, nunca se movió siempre estaba dispuesto a suplantarme para que durmiera yo un poco.

Asiento, no respondo porque mama ya se había bajado del carro, caminahasta casa y me deja sola con mis pensamientos dentro del carro.

Contrato de VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora