¿Te gusta lo que ves?

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Me despierto y por una extraña razón me siento como si nada pasara dentro de mi cuerpo, veo el reloj, las nueve de la mañana, me siento demasiado emocionada para poder dormir más, decido levantarme de la cama me arreglo y bajo para ver que todo esté en orden dentro de casa, justo la señora de la limpieza que mama contrata los fines de semana está terminando de arreglar todo, gracias a ella la casa siempre se mantiene intacta y sin una sola pizca de polvo.

-Hola Melanie, ¿cómo te sientes?

-Hola doña Mirna el día de hoy me siento muy bien gracias y usted ¿cómo esta?

-Bien niña muchas gracias.

-Me alegro mucho, esta todo bien por acá.

-Si niña, en una hora termino por completo y me retiro.

-Muchas gracias Mirna -

Veo que haya suficiente comida en la casa, reviso la lista de comida que hay para mí, la especial y que haya comida normal para Chad y Lisa, mientras espero a que Mirna termine de hacer la limpieza de la casa, tomo un poco de cereal y me voy a la sala a ver un poco la TV. El tiempo se pasa rapidísimo, son las doce menos diez y tocan a la puerta, me pongo nerviosa aunque ya se quiénes son, no consigo detener mis nervios.

Abro la puerta, efectivamente son ellos, Chad está nervioso lo noto por que no deja de mover el pie, bajo la vista y veo a Lisa, una niña con colitas, pelo rubio e increíblemente ojos cafés como los míos.

-Hola, ¿cómo están?, pasen adelante.

Chad me ve nervioso, Lisa como todo niño espontaneo entra corriendo a la casa y se va directamente a la sala.

-Lisa espera - dice Chad tratando de detener a Lisa.

-No te preocupes, no pasa nada.

Se relaja más, me sonríe.

-Hola -

-Hola - digo con una sonrisa, él se acerca a mí y me da de nuevo un beso en la mejilla, me encanta la manera en la que Chad ha cambiado al menos conmigo, este acercamiento que tenemos los dos me gusta. Entramos a la casa siguiendo a Lisa y vemos que ella lo ve todo, detenidamente pero sin tocar, me acerco a ella.

-Lisa ¿cómo estás? mi nombre es Melanie – le digo presentándome.

Ella se voltea con una gran sonrisa.

-¿Tu eres Melanie? - pregunta.

-Si, así es.

-Chad no deja de sonreír cada vez que dice tu nombre – de manera sincera y directa, me quedo paralizada, volteo a ver a Chad, él está de un color rojo super chiveado, me ve y apenas puede sacar una sonrisa, yo le sonrió para que se relaje un poco.

-Bueno ¿qué quieres almorzar Lisa? – Pregunto obviando lo que acaba de decir para no incomodar más a Chad.

Ella me ve con unos ojitos brillosos.

-Hamburguesas.

- ¡Lisa! - le dice Chad, me río por cómo es Chad con ella, de verdad que la ha cuidado lo mejor que puede.

-Pues comamos hamburguesas entonces – no recuerdo cuando fue la última vez que comí hamburguesas, seguramente es algo que no puedo comer, pero la verdad es que de solo imaginarme las hamburguesas se me antojaron tremendamente.

-Segura Melanie, no hay problema si no se puede Lisa lo entiende – Dice Chad viendo a Lisa de manera reprobada.

-No Chad si se puede, vamos – les digo dirigiéndome a la cocina cuando Lisa dice.

Contrato de VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora