Esa Sonrisa

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Esos hermosos ojos azules me ven y no apartan la mirada de mí, lo único que puedo hacer es verlo, es un chico alto, esta todo sucio con unos vaqueros rasgados, una camisa que le queda demasiado grande para su tamaño, sus ojos de un color azul profundo que te cautivan cuando lo ves, su pelo es rubio e increíblemente está bien cuidado para alguien tan descuidado y delgado como se ve este chico, su tono de piel es claro pero con un toque de bronceado. Agarro valor para sacar las palabras que mi mente está pensando en este momento y lo único que logro pronunciar es.

-¿Disculpa? - Le pregunto.

Me ve con una cara de enojado, serio, como si le cayera mal, como si fuera lo peor que haya visto en toda su vida, me molesta que me vea de esa manera no sé qué rayos le pasa por que me ve como si le hiciera algo o si me conociera y le cayera mal.

-Dije que no deberías hacer eso que estás haciendo, pegando al bote de la basura como una loca. -

Suspira con una cara de irritación como si repetir una vez más haya sido tan cansado y odioso. De la nada me surgen ganas de pelearme con él.

-¿Y como por que no debería?, es mío.

Respondo y me arrepiento en el mismo instante en el que las palabras me salen por la boca, me ve con cara como si fuera una completa idiota y es que de verdad que lo soy, de verdad estoy diciendo que el bote de basura es mío, estoy peleando por un bote de basura.

-Puedes lastimarte con lo que hay dentro- dice de manera seria. - como claramente ah pasado.

Yo lo veo con cara de no entender lo que ha pasado del por qué me dice eso y el asiente con su cara hacia mi mano. No me doy cuenta de que estoy sangrando, pero que rayos ha pasado y es cuando me doy cuenta de que siento dolor. Me quedo paralizada, no sé qué hacer, nunca pensé que me lastimaría con unas simples bolsas de basura. No me doy cuenta del momento cuando él se acerca a mí y me toma la mano herida. Me quedo paralizada ante su reacción no esperaba que se acercara tanto, no debería de estar hablando con extraños pero no sé por qué simplemente él no me da miedo. Examina mi mano y saca un pequeño trozo de vidrio de la palma, la cortadura no es muy grande pero sí que sale sangre, toma mi mano con delicadeza y empieza a vendarla, como sabe él hacer esto.

-No te has hecho mucho daño, solo tenías un trozo de vidrio incrustado en la palma de la mano, deberías limpiarla y colocar un paño nuevo y limpio. – dice mientras termina de colocar el paño que ha sacado de su bolsillo. Después de realizar un nudo perfecto con la misma tela me deja impresionada.

-¿Cómo sabes hacer esto? – Pregunto cuando levanto la mirada hacia él.

No me responde de inmediato si no hasta pasado unos minutos.

-No te imaginas la de cosas que se encuentran en la basura todos los días -

Responde claramente ignorando mi pregunta, pero su respuesta me deja con la boca abierta, es cuando caigo en la cuenta de quién es. Es una persona que vive en la calle y busca en la basura de la gente comida o cosas para poder vivir y alimentarse.

El suelta mi mano y mientras estoy observando el trabajo que ha hecho con ella él se dirige hacia el bote de basura para examinar las bolsas que justo minutos antes estaba atacando con toda mi furia.

-¿Oye pero que haces?- le pregunto, sé que está haciendo pero es lo primero que me sale o es lo primero que digo para tener de nuevo algo que conversar con él. De repente tengo ganas de seguir hablando con él, la curiosidad de por qué vive en la calle de como llego hasta ahí.

-Para ser una chica bonita como que eres muy tonta - suelta de la nada y no sé si ofenderme o sentirme alagada por el bonita que le ha salido. Él no me ve cuando habla pero si sé que esta serio. Lo noto en su tono de voz, suena decepcionado y molesto, últimamente yo misma me he sentido así, con todo y todos. Como no respondo hacia lo que me dice, continúa hablando.

Contrato de VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora