No me jodas.

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Como toda persona, nadie era bueno en este mundo, sin embargo, existía la ética, la moral, la voluntad. Y nadie era tan estúpido como para decir "no sabía lo que hacía"
Por lo tanto, Kagami podía considerarse un hombre de luz, aquel que ayudaría hasta poder obtener su objetivo y ese ya era Kuroko. 


Existía la persona "inocente" y la persona "ingenua" Los inocentes eran aquellos en los que aún quedaba la esperanza de conocer gente buena a pesar de la oscuridad de un entorno, los ingenuos eran las personas que pensaban que todo mundo podía ser bueno. 


Y el pelirrojo había tomado una decisión, si Kuroko no hacía nada al respecto sería él quien lo hiciera.  


Pero no podía actuar tan rápido, esto era como la jugada de un partido, todo era por tiempos, los movimientos eran pensados un segundo antes, el botar del balón debía ser seguro así como el lanzamiento del mismo. Por lo tanto, él ideó un segundo plan para el moreno, pero primero debía saber quien era realmente este sujeto. 


Cuando dejó a Kuroko y después de haber llamado a Kise para hablar al respecto llegó a la estación de policía del centro, la mayor, aquí los oficiales entrenaban a nuevos reclutas, practicaban y otros de rango más alto ya tenían sus oficinas.  Tardó quince minutos al salir del auto con su uniforme de bombero ya sobre de él, con el casco agarrado como si fuera un balón entre la costilla y el brazo, de ropas sucias que usualmente era inevitable en su trabajo. 


Cuando entró al lugar se quedó sorprendido a primera vista, las paredes y el techo eran increíblemente altos, de madera gruesa y oscura, el piso de marmol, y un amplio lugar donde otro oficiales pasaban, se iban y veían. Era aquí donde se registraban los policías y sus localizaciones, por lo que debía tener una buena escusa para que le dijeran donde se encontraba ese maldito bastardo con traje de hombre de ley. 
Se adentró al lugar con dirección a una pared en particular, en esta había cuadros como los que uno encontraría en "empleado del mes" sólo que en este caso decía "hombre de honor" en letras plateadas incrustadas en la pared que brillaban con la luz artificial del lugar. Había desde hombres mayores con barba, con calvicie, de una dura mirada así como otros de prominentes pómulos, incluso mocosos que parecían niñas a su punto de vista, pero entre todos ellos, el que le llamó la atención fue un hombre de cabello corto azul marino, ojos como los del océano y piel canela.

"Hombre de honor"

Aomine Daiki 


Empotrado en la pared con un marco. ¿Qué hacía ese bastardo en una pared de honorarios? Si este hombre era el peor que había conocido hasta ahora. 
Había otra pared sin titulo, pero había varias fotografías en ellas, y acercándose a estas se dio cuenta que eran momentos de trabajo, como la captura de personas buscadas por la ley, personas rescatadas de un secuestro, de un robo al banco, eran momentos donde la policía había salvado el día, de nuevo, miraba a aquellos hombres de ley, y buscando al moreno no tardó mucho en encontrarlo en esas fotografías. 

Al parecer, había ayudado a capturar a los ladrones del banco del año pasado, también salvó a una gran cantidad de personas de un secuestro masivo de una banda de mafía hace ocho meses, le habían entrado una medalla el mismo general del ejercito japonés y había estrechado la mano con el alcalde. Kagami estaba viendo a un hombre fuerte, valiente, el único en su clase, capaz de dar la vida por su país, por su gente, para salvar incluso a hombres adultos como a niños.
Debía ser un chiste, debía ser otro hombre.

--¿Puedo ayudarlo en algo señor?--Preguntó una voz dulce, de una mujer y Kagami al voltear de dio cuenta que era increíblemente hermosa. De mirada tierna y cabello rosado con aroma a frutas, el uniforme de la policía y la misma placa de los hombres de honor que cargaban sobre sus uniformes. 

--Me llamo Kagami Taiga, soy bombero y vengo del sur, probablemente conozcan a mi jefe, el señor Takashi Yoru.  

--Oh, por supuesto, le debemos su servicio al país y valentía al enfrentarse a los incendios. 

--Y nosotros le agradecemos su servicio al enfrentar a la delincuencia y su indice de violencia.--Contestó Kagami, había visto ya a la chica pero no se había fijado tanto en como era, había estado sentada frente a una computadora que ni siquiera había apartado la mirada cuando él pasó. 

--¿Estaba viendo nuestros cuadros de honor? Preferimos plasmar los momentos de valentía de nuestros más especiales oficiales, después de todo muchos ya no están con nosotros...y han dado la vida por nuestro país. 

--Si, es lo que veo, he estuve en el incendiado de hace tres años, al parecer uno de sus oficiales también. 

Y la chica abrió los ojos de par en par sorprendida, no era de menos, ambos trabajos se sacrificaba mucho por el pueblo y aunque no estaban tomados de la mano se podía respetar la valentía al enfrentarse cada día a las cosas habituales de los mismos. 
--Momoi Satsuki, soy oficial administrativo de el ala central, un gusto Kagami Taiga y me honra poder estar frente a uno de los que trabaja con el señor Takashi.--Y se inclinó ligeramente al igual que Kagami. Miró a las fotografías y frunció el ceño con una sonrisa forzada--Esa noche nadie se vio venir el incendio, a pesar de que los periódicos y noticieros hablaron de ello censuraron muchas tragedias...

--Ni que lo digas--Dijo Kagami--Hubo personas a las cuales fue imposible de rescatar, pero salvamos al ochenta por ciento de ellas....Este hombre--Y señaló directamente a Aomine Daiki, quien ayudaba a las personas heridas a subir a las ambulancias en la fotografía.--¿Estuvo ahí todo ese tiempo?

--Si, Aomine Daiki, ah sido uno de nuestros mejores hombres, no esperó ni un sólo momento para ayudar a los bomberos a sacar a las personas del lugar a pesar de que su trabajo era no ver colapsar el edificio.

--¿Actualmente...qué hace?¿o dónde está?

--Ahora mismo entrena a los nuevos reclutas, en el patio trasero pero es área restringa, también ahí entrenamos a nuestros perros y es el campo de tiro, perdón,..¿Qué era lo que venía a buscar?

--Vine en busca de Aomine Daiki, mi jefe quiere felicitarle desde ese día del incendio, después de todo, como dice usted, es un oficial que da la vida por los demás, un buen hombre.--Por poco el pelirrojo sacaba sangre de la boca al decirlo, pero no le quedaba de otra más que hacerlo ver como lo que todos decían, un maldito héroe. Y ayudaba el hecho de estar un poco ligados por el incendio, era una excelente escusa que Kagami logró obtener por medio de la oficial Momoi. 

Como un pájaro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora