No lo sé

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Las luces se habían prendido después de la voz de Aomine. Podía definir muy bien ese tono de mal humor, ese que era peligroso para todos.

Kuroko empujó a Kagami lejos de la vista del moreno, y logró hacerlo pero Kagami lo tomó de los hombros y lo llevó junto con él.

-No, Kagami-kun, tienes tiempo ¡puedes irte! ¡vete ahora!-Le suplicó en voz baja, ni siquiera había siendo la brusquedad al caer.

-¡Testu! ¡Maldita sea! contesta ¿dónde diablos estás?

Kagami no dijo nada, la voz de ese moreno si que era para temer, ahora se daba cuenta, imponía y claro, podía escucharse en ella la violencia que contenía en estos momentos, sabía que dejar a Kuroko era muy mala idea, no iba a hacerlo.

Tomó al más bajo de los brazos y lo levantó de un segundo a otro.

-Nos vamos.

Y si, en efecto, se llevó a Kuroko no a rastras pero si un tanto de forcejeo, sólo al inicio, cuando se dejó de escuchar las molestias del moreno el más bajo dejó de resistirse, incluso aceleró al paso a con le pelirrojo. Kagami lo metió en su auto, sin prenderlas luces en la parte de atrás. Ahí entendió Kuroko que sólo se iban a resguardar ahí, entonces suspiró una vez con tanto silencio. Miró a su casa, las luces se prendían con más rapidez, y aquello le dio una punzada en el pecho.

-Deja de ver tu casa. Ahora si, dime ¿qué es lo que te hizo?

Suspiró pesadamente el más bajo, en verdad el otro no se cansaba hasta tener lo que quería ¿verdad?¿para qué quería saber con tanto afán?¿por qué le importaba la vida de este completo extraño débil?

-¿Por qué estas haciendo esto?-Se atrevió a preguntar-No debería de importarte mis asuntos, ni siquiera sé como es que recuerdas mi nombre aún, no me escuchaste cuando te dije que no, Aomine-kun ahora está muy enojado ¿qué es lo que se supone que debo hacer?

-Personas como él realmente no están enojadas, Kuroko, está enfermo. Lo que debes de hacer es parar esto. Tú también recuerdas mi nombre ¿no esa así? aunque dijiste que no ahora estás aquí, sabes porqué lo estoy haciendo.

-Aomine-kun...llegó un poco después de que yo me bañé al llegar a casa...-Dijo ya rendido, no iba a poder contra Kagami, a todo le tenía respuesta y no podía reprochar nada.-Supo que no estaba en casa y al preguntarme porqué y no decirle pues...¿debo de decirlo?-Dijo al señalar su pómulo rojo. Kagami sólo suspiró y sacó el botiquín de nuevo.-No hace falta, no es para tanto.

-¿Te has visto? Si no lo hago no podrás abrir el ojo después. Tú sígueme contando mientras yo lo hago.

Kuroko asintió y se dejó acercar por el más grande. Le contó cada detalle, excepto el de que él quiso morir momentos antes de la llamada, no quería parecer un cobarde más de lo que ya lo era. Y Kagami preguntaba pocas cosas cuando hacía diminutas pausas, en verdad le escuchaba. Kagami terminó rápido y Kuroko lo hizo también, una vez así Kagami le miró serio y Kuroko...bueno, esta dispuesto a escuchar  "eres un cobarde"

-No sé como es que has aguantado todo eso.

-No quiero sonar idiota, pero es lo que uno hace cuando quiere a otro.

-No suenas, eres idiota, ¿qué hay de él? sabes que no te quiere ¿verdad?

-No lo sé...

Kuroko no sabía si le quería o no, muchas veces le demostró cosas tan diferentes y contradictorias , entonces ¿qué fase suya era la real? Aomine no había sido así cuando salían juntos de jóvenes.

-Un corazón tan noble no debería estar con otro que ya está muerto.

Kuroko se ruborizó un poco por ello ¿corazón noble? lo había dicho como algo natural, y eso le había impresionado un poco, no se consideraba de un corazón noble, la razón del porqué  Aomine era así con él  fue su culpa en primer lugar.

Como un pájaro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora