V.

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Mi círculo es muy reducido y me gusta así, pienso que menos es más y me ha resultado bien. Mis amigas son indispensables para mí. Realmente no sé qué haría sin Delfi y Jazmín. Generalmente no me pongo sentimental con ellas, así que por favor, no les digas que las quiero. Son las personas más leales que conozco, están siempre para todo lo que pido, cumplen lo que quiero al pie de la letra, aunque Jazmín es un poco –bastante- torpe, pero es una gran amiga, al igual que Delfi.

Sé que no soy la más amable, me tratan como una reina y yo como empleadas, sirvientas, que tienen que hacer todo lo que yo ordene para evitar que me moleste. Duele reconocerlo, soy frívola, pero lo que quiero es que vean que tengo carácter y que siempre debo ser firme, jamás pueden verme derrotada y por el suelo; soy la líder y la fortaleza de nuestro grupo y ellas me siguen con todo. Sé que ellas intentan ser como yo, pero créeme, que en el fondo, deseo que no se les cruce esa loca idea por sus mentes. Ellas son inteligentes, como yo, obvio; y tienen todo el potencial para triunfar, como yo, obvio. JAJAJA. Basta. Sigo. Ellas pueden hacer lo que sea porque tienen todo para lograrlo y demostrarle al mundo de qué están hechas y cumplir sus propósitos de vida.

Debo agradecerles porque son mi única compañía. No me han dejado sola en ningún momento. Es de ese tipo de amistades donde, por ejemplo, las puedo llamar a las 4 de la mañana para que me ayuden con un plan y lo hacen. Es bueno saber que cuento incondicionalmente con ellas, que tengo un soporte que sé que siempre estará ahí en todo momento. Yo también he tratado de ayudarlas con el Fab and Chic y con sus desgracias amorosas, pero ellas no me hacen caso, y me enfurece porque, cuando no me prestan atención por lo general le salen las cosas mal, y no soporto que sea así, no me gusta andar con fracasadas.

Todos necesitamos amigos, es verdad, lo admito. Pero como te dije antes, hay cosas que las amistades, por más que se esfuercen, no pueden llenar esos vacíos que te dejan personas, en este caso mi familia; o simplemente, hay muchos momentos o secretos que, por lo menos yo, Ámbar, pienso que se necesita a alguien más para compartirlos, de una forma mucho más íntima, una persona que verdaderamente entienda como te sientes, que te haga sentir cosas bonitas, que te llene el alma.

Y yo solía tenerlo.

En la Piel de Ámbar SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora