Capítulo 2

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El padre miró a Andrew nervioso, seguramente era muy tenso que una novia se quede callada en un momento tan especial.

— Repetiré de nuevo: Elizabeth Smith, aceptas a Andrew Lee como tu esposo para amarlo, respetarlo, quererlo: en la enfermedad y en la salud, en la riqueza y la pobreza, hasta que la muerte los separe — suspiré nuevamente y aprete mis labios oara responder.

—Si, acepto. — pronuncié firme mis palabras.

— Señor Andrew Lee: aceptas a Elizabeth Smith como tu esposa para amarla, respetarla, quererla en la enfermedad, en la salud, en la tristeza y la pobreza, hasta que la muerte los separe— el me miró solo unos segundos.

—Si padre, acepto — volteamos para mirarnos.

—Entonces como la ley de Dios demanda, yo lo declaró esposo y esposa. Puede besar a la novia. — el sostuvo mis mejillas y me dio un corto beso en los labios.

Reímos para mostrar alegría, todos aplaudieron contentos, era un momento especial. Mientras salíamos de la iglesia nos lanzaban pétalos de rosas blancas, yo iba cargada del brazo de mi esposo.

Al llegar a la recepción vimos lo que nos tenían preparado, era muy emocionante a pesar de no sentir algo por quién ahora era mi esposo.

Hicieron el brindis, mientras cada uno de nuestros padres dirigían discursos hacia los ahora casados así que llego el turno de Andrew.

—Hola — probó el micrófono —Bien, estoy algo nervioso.

Fingió bien mientras pasaba su mirada cálida en y de repente todo parecía diferente.

Cuando conocí a Elizabeth pensé: que antipática chica, era muy engreída y sobre todo tenía un pésimo carácter — alce la mirada disgustada pero el continuó— Sin embargo, pude conocer su corazón y lo que realmente era, un hermosa mujer. No todos los días coincidimos con la persona correcta y a veces el tiempo se va volando, es un placer que ella sea mi esposa y que haya llegado a mi vida con furia y cariño. El amor verdadero empieza con una locura totalmente intensa; así que brindó por ti y por esta hermosa noche — sonrió y todos soltaron pequeños sonidos de emoción mientras chocaban las copas.

No esperaba que hiciera comentarios bueno hacia mi, su discurso realmente fue muy conmovedor y me llegó al corazón, tomo mi mano al volver a la mesa y bailamos el vals de los novios, típico en un matrimonio. Sujeto fuerte mi cintura y su mirada se tocó con la mía mientras la suave música nos envolvía en un momento sutil, lleno de magia, a pesar de no estar enamorado actuabamos bien nuestro papel.

Durante las siguientes horas la fiesta comenzó a tomar otro tono, había música bailable y todos la disfrutaron, yo solo quería tomar para tratar de sacar algún provecho de toda esta mentira. Andrew se sentó junto a mi después de verme que yo únicamente me dedicaba a beber.

—Vas a emborracharte — dijo bajando mi copa en la  mesa.

—Lo sé, esta permitido...se supone que es "mi día especial" —hice comillas con mis dedos.

—Por lo menos trata de fingir mejor, todos nos miran — sonrió ante la multitud.

—Hagamos algo mejor — volteó a verme y lo besé.

Mis labios se encurvaron y lo tomaron por sorpresa pero no podía negarse a lo que yo había comenzado,  lo siguió y captó de inmediato su dulce boca me producía una sensación extraña, el no lo hacía nada mal, parecíamos expertos en esto, como si ya lo hubiéramos hecho antes y francamente era la primera vez que nuestras bocas emitían un beso apasionado.

Me separé de él sabiendo que estaría sorprendido, me dedico una sutil sonrisa y se levantó para seguir bailando, obviamente debido a que todos nos estaban viendo.

¡Me Enamoré De Mi Esposo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora