Llegó con su mirada seductora y eso me hacía confirmar que mis sospechas eran ciertas, le gustaba a Lee Gon y sin importar que sea la esposa de su sobrino estaba dispuesto a todo por llamar mi atención pero quizas lo que wue el no sabia que esos trucos conmigo no funcionaban e incluso si me gustara un poco no podria aceptarlo.
Le pedí a la secretaria que nos dejará solos y que yo lo atendería. Amablemente le sugerí que tomara asiento mientras trataba de mantenerme segura y seria.
—Veo que está más hermosa de lo normal— rompió el silencio.
—Gracias, ¿A que debo el motivo de su visita?— cruce mis dedos y apoye mis brazos en el escritorio.
—Vaya! Veo que es una mujer sin rodeos. Me gusto tu actitud desde que te vi— alzó su ceja.
—Asi es señor Gon, entonces...¿en qué puedo ayudarlo?— dije firme.
—Una cita. Quiero que me dé la oportunidad de tener una cita con usted—cínicamente sonrió.
—Mire señor Gon, de manera gentil le voy a pedir que se retire y no diga tonterías—me miró algo sorprendido.
—¿Vas a decirle que no a un hombre como yo?—acomodo sus brazos en el asiento.
—Le recuerdo que soy una mujer felizmente casada y se ve muy mal que usted me pida ese tipo de cosas. Sobre todo al saber que es un tio muy querido por la familia— hice un gesto sarcástico.
El cambio su semblante, ahora parecía serio y algo disgustado como si no hubiera esperado ese actuar de mi y es que tenía entendido por Alicia que el tío de Gon se metía con mujeres menores sin importar su situación civil, y la gran mayoría por no decir todas aceptaban sin remordimiento.
—Tu te puedes arrepentir ¿Lo sabes chiquita? Lo rico que la puedes pasar conmigo—acercó su mano a mi rostro.
—¡Bueno ya basta!—me levanté— Salga de mi oficina ahora mismo que si lo he aguantado hasta el momento es porque usted es familia de mi esposo—me apunté y clave una mirada amenazante.
El se levantó mientras tocaba su barba sorprendido ante mi actuar pero finalmente salió sin decir más. Volví a sentarme recostándo mi espalda sobre la silla rodante, fue frustrante la conversación con ese tipo.
Salí de la empresa y fui directo a casa de mamá, la semana anterior no había tenido tiempo de hacerlo por el viaje y el sábado estuve con Alicia todo el día así que el domingo lo tome únicamente para dormir. Mamá me resivia contenta como siempre y teníamos siempre un tema de conversación.
Fui a casa después de pasar muchas horas charlando con mamá y me quedé estendida hasta el otro día. Elegí mi ropa especial, hoy habría una reunión importante, salí positiva como siempre y me dio tiempo para pasar por un café. Las horas pasaron lentas mientras estábamos reunidos pero finalmente acabo y yo me disponía a salir por mi almuerzo, peor una falsa todo me hizo girar cuando iba saliendo de la empresa.—Necesito hablar contigo—me atajo Ana.
—¿Que haces tú aquí?—dije inconforme.
—No te quitaré mucho tiempo Elizabeth, solo te pido que no te acerques demasiado a mi novio— amenazó.
—¿Que?— sonreí y pregunte a la vez.
—¡No seas cínica!, fuiste tú quien beso a mi novio el día de la boda, tú intentas provocarlo desde que Miguel te dejó—reprochó.
—Un momento— hice mi mano hacia delante para que se detuviera—¿Como sabes tú qué mi pareja se llamaba Miguel? Y sobre todo que me habia terminado.
Rasco su cabeza y se noto como los nervios empezaron a jugarle una mala pasada ya que su tartamudeo ni siquiera le dejaba decir algún tipo de frase concreta.
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¡Me Enamoré De Mi Esposo!
RomanceUna mujer de 27 años, administradora de una gran empresa, con un buen estatus social; es la prometida de un importante hombre de origen asiático muy guapo alto y trilingüe. Todo parece maravilloso, y el pronto matrimonio de la pareja alegra los cor...