-Ah...- Exhale rendido cuando me encontré solo frente al gran edificio color naranja que no veía en 24horas.
Samuel se había negado rotundamente a acompañarme, aún cuando le propuse un pago por ello, sumando a eso una llamada que atrapo su atención de inmediato, trono la lengua y se marcho alegando era importante.
-Buenas noches - Saludo el portero cuando entre al edificio.
-Hola - Correspondí con media sonrisa deteniéndome a unos pasos de él.
-¿Necesita algo? - Comprobó dejando de lado su teléfono.
-Uriel... ¿Esta? - Me asegure nervioso jugando con el cierre de mi sudadera.
-No. Salió hace un rato y no ah vuelto. ¿Ocurre algo? – Cuestiono preocupado.
Carlos era un hombre amable, trabajaba en el edificio desde que me había mudado. Nos conocía y de vez en cuando llevaba conversaciones con nosotros sobre algún tema.
-No, todo bien. Gracias, buenas noches – Le sonreí distraído retomando el paso hasta las escaleras.
»-Diga – Conteste sin revisar el remitente. Y es que aunque lo hiciera el teléfono era uno viejo de mi madre que me había obligado a usar alegando que el perder mi teléfono no era pretexto para no estar en contacto. Así que no conocería el número.
-No cuelgues – Suplico y mi mente se quedo en blanco en cuanto escucho su voz. Todo pedazo de cansancio y mareo desapareció de mi sistema entonces. Mi cabeza daba vueltas, pero se mantuvo cuerda en ese momento.
No respondí y espere a que continuara.
-No has vuelto, así que yo... Estaba preocupado. Hable con mamá, fue ella quien me dio este número, no sabes lo aliviado que estoy de que respondieras...
-¿Qué quieres? – Corte tajante.
-Yo... No quiero discutir contigo, y la idea de esta llamada no es esa, así que escúchame por favor. Sé que ahora me quieres lejos por lo qué hable con mis padres y volveré a casa este fin de semana, hasta entonces tú y yo...
-Te equivocas – Lo interrumpí ocultando mi mano libre en el bolsillo de mi sudadera. Cerré los ojos e inhale algo de tabaco que me regalaban los chicos a unos pasos de mí.
-Ah... - Exhalo aliviado. – Sabia que actuarias razonable, ven al depa y hablemo...
- Te irás hoy mismo. – Decrete decidido y con la mayor naturalidad que me fue permitida.
-¡¿Q-Qué?! ¡No jodas Iván, pasan de las once! ¿Cómo pretendes? –Comenzó a gritar obligándome a despegar el aparato de mi oído. -¿Cómo puedes actuar tan inmaduro ahora? ¡Somos hermanos! - Me recordó alterado, y para mi sorpresa solo un bufido escapo de mi boca.
¿No quería discutir? ¿Yo estaba siendo inmaduro?
¿En qué momento mi hermano menor había dejado de serlo? ¿Cuándo se había vuelto tan fácil para él mentirme en la cara? ¿No merecía ni un poco de su aprecio?
-Sí. Lo somos y por eso mismo te lo pido. Vete Uriel, no quiero ni puedo verte ahora. – Confesé abriendo los ojos con pesadez.
-¿A dónde se supone que vaya? ¡Mis papás ya están durmiendo!
-Solo asegúrate de haberte ido para cuando regrese. – Termine la llamada una vez ubique a Samuel caminar de vuelta hasta mi. –Bienvenido de vuelta – Lo recibí con media sonrisa intentando ignorar la llamada de Uriel.

ESTÁS LEYENDO
Root.
Teen Fiction¿Qué pasa cuando confías tu sonrisa a las personas que consideras indispensables en tu vida? La historia gira en torno a Iván, un universitario que cree tener una vida plena, completa y feliz, sin embargo con el paso del tiempo se dará cuenta de que...