Capítulo uno

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-¡Me voy! - Salí corriendo del departamento azotando la puerta al cerrar.

Vivía con mi hermano menor, Uriel, quien actualmente cursaba su último año de preparatoria. Yo estaba en la universidad, segundo año en Administración.

Mis padres trabajaban de más, así que cuando me mude por la comodidad del tiempo, Uri suplico hacerlo conmigo. No solo era mi hermano, era mi mejor amigo así que no le negué el espacio sí eso lo hacía sentir tranquilo. Mi pareja era Sahara, vivia al lado y estudiaba nutrición en una escuela privada, nos veíamos todos los días cuando terminaba mi turno en un café cerca de la escuela en donde hacía medio tiempo de lunes a jueves. Mis mejores amigos, Diego, Ricardo y Leonardo, los conocía de siempre, mis mejores y peores momentos eran con ellos. Todo encajaba perfecto, buena familia, buenos amigos, un novio cariñoso, por donde quiera que lo viera mi vida era buena, al menos no podía quejarme por nada.

-Nome jodas Andrés! Dijiste que harías el reporte, era todo lo que te tocaba hacer, pedazo de mierda- Gritoneo Samuel.

Sam era básicamente un chico problema, muy atractivo pero su carácter era una molestia, tenía amigos y todo pero por lo general andaba solo.

-Lo siento, ¿Bien? No te vas a morir por unos puntos- Bufó Andrés, miembro del equipo que discutía en la mesa de enfrente. Los demás integrantes comenzaron a reír.

Sam apretó la quijada y contuvo su enojo en los puños antes de patear una silla y salir a zancadas del aula.

-Woh, qué escena - Observo Leo acomodando sus lentes.

-¿Trajiste el reporte? - Confirmo Ricardo mirándome con pereza sin despegar la cabeza de la mesa en donde hasta hace un rato intentaba dormir.

-Sip, solo que me quede sin tinta entonces lo iré a imprimir al rato- Explique con media sonrisa.

No podía decirles que me había quedado sin hojas y no había querido entrar a la habitación de Uri y despertarlo temprano. Ya me regañaban por mimarlo demasiado.

Las clases pasaron con normalidad pero no habíamos tenido mucho tiempo libre como para comer algo, hasta que una profesora canceló debido a una reunión.

-Me muero de hambre - Se quejo Ricardo llevando su mano al estómago con dramatismo mientras se colgaba de Leo y arrastraba los pies por el pasillo.

-Pueden adelantarse, voy a aprovechar para imprimir el reporte- Avise desviándome del camino.

Leo asintió cansado y Rick apenas se movió. También tenía hambre pero a diferencia de ellos yo había desayunado.

-Archivo cuatro, por favor. - Pedí a la chica entregándole la USB antes de sentarme a esperar frente al mostrador mientras jugaba un juego online.

-¡Hey necesito una computadora!- Exigió una voz que reconocí de inmediato. Despegué los ojos de la pantalla de mi teléfono para confirmar la presencia de mi compañero de clase.

-Lo siento mucho, estamos llenos- Se disculpo la misma chica que me había atendido.

-¿No hay nadie que termine pronto?- Indago Sam mirando el interior del pequeño pero atascado local.

-Lo siento, quizá si regresas en un rato...

-¡No tengo un rato!- Se alteró él atrapando la atención de todos en el lugar.

Exhale profundo antes de levantarme y avanzar hasta ellos.

-Ya, ya. Te prestare la mía, ¿Vale? Esperarme afuera- Sonreí sujetando su hombro para calmar la mala atmósfera que se había encargado de crear. Claro que me daba miedo que me golpeara, pero en su lugar solo me examinó con curiosidad unos segundos antes de zafarse de mala gana y salir del local.

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