Luego de que Uriel dejara el departamento el teléfono no dejaba de sonar y sonar con llamadas de mis padres, llamadas que decidí ignorar por no sentir que fuera un tema que necesariamente tuviera que hablar con ellos. El apartamento era mío, y mi hermano no era mi responsabilidad, por lo que, si decidía o no echarlo, era asunto mío.
- ¿Cómo que te quedaste sin dinero? Tu siempre tienes todo bajo control. – Observo Leo con real sorpresa.
- Traducción a: Te iba a pedir un poco, ¿Cierto? – Siguió Diego arrebatándole a Ricardo un cartón de jugo.
- Tuve algunos gastos extras, y pedí unos días en el trabajo, era lo normal el quedar en bancarrota, supongo. – Justifique recargando mi cabeza sobre la mesa del lugar en donde esperábamos para comer.
- Al menos no pagas renta. – Sonrió Ricardo golpeando mi hombro.
Eso era cierto, el apartamento en donde vivía era el lugar de soltera de mi madre, lugar que me había cedido cuando decidí dejar la casa. Yo solo tenía que pagar los servicios y mantenerme por mi cuenta.
- ¿Y los ahorros? Siempre tienes eso, has ahorrado prácticamente toda la vida. – Recordó Diego retirando su teléfono de la mesa cuando comenzó a recibir un montón de mensajes.
- La cosa es que... No recuerdo la contraseña de la cuenta, esta anotada en alguna parte, pero no recuerdo en dónde. - Conteste en un susurro para escuchar un suspiro pesado por parte de los tres presentes.
-Eso pasa cuando la cambias cada mes. Hubieras seguido mi consejo y...
- Tener la misma contraseña para todo tampoco es la mejor opción de todas. – Interrumpió Ricardo a Leo que no había dejado de acariciar mi espalda a modo de consuelo.
. . .
-Hola Sam– Me sonrió Camila, la chica que por alguna extraña razón se sentaba siempre que podía a mi lado.
- Hola. – Respondí sin dejar de teclear mi reporte para la clase de mañana, no había tenido tiempo de prepararla con tiempo porque mi casa estaba llena. Aaron se la pasaba con Miranda cada que tenían tiempo libre y para mi mala suerte, el único que parecía estar ocupado era yo.
Aun me molestaba el hecho de que estuvieran juntos, me irritaba solo mirar la forma en que la miraba y era correspondido. Miranda era mi hermana, debería de estar feliz porque su amor era correspondido y no se trataba de cualquier idiota, sin embargo, me resultaba difícil el acostumbrarme a eso.
-Hola. – Ínsito.
- ¿Qué necesitas? – La encare soltando un suspiro, pero esta vez no hablaba conmigo. Tanto Camila como su amiga me examinaron con curiosidad.
- ¡Sam, Sammy! – Llamo mi atención Aaron en el marco de la puerta del aula.
Guardé mis cosas y salí con él, era la primera vez que venía a buscarme desde que había comenzado a salir con Miranda.
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Root.
Fiksi Remaja¿Qué pasa cuando confías tu sonrisa a las personas que consideras indispensables en tu vida? La historia gira en torno a Iván, un universitario que cree tener una vida plena, completa y feliz, sin embargo con el paso del tiempo se dará cuenta de que...