Capituló once.

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  -Necesitas comprar algo comestible - Dije al tiempo en que le entregaba un vaso plástico con agua - Es lo único que encontré en la cocina - Agregué tomando asiento junto a Iván en el pequeño sofá que tenía en la sala.
No era un apartamento pequeño, la sala y cocina eran espaciosos, pero apenas había muebles o adornos, había pocas cosas en la cocina, básicos como refrigerador, estufa y microondas.
Habíamos entrado y le ayude a desinfectar una herida en su muñeca, no parecía profundo, tres pequeños cortes que preferí no preguntar cómo pasaron.
Cuando llegue y vi que estaba teniendo problemas reconocí de inmediato a los involucrados, después de todo conocía su historia, de lo contrario habría pensado que sus amigos del edificio lo molestaban.
Pensé en no interferir, prefería evitarme problemas pero por alguna razón no pude quedarme al margen.
Y es que me había parecido tan frágil. Más en ese momento en el que por alguna razón acudió a mi en un abrazo, sabía que no lo había pasado bien últimamente, seguro se sentía solo o quizá molestó.
Nunca habíamos vuelto a hablar del tema pero recordé cómo me sentí yo cuando Aarón me confesó estar saliendo con Miranda, y supongo que me sentí con el derecho de corresponderle.
El problema fue cuando pensé que emanaba un aroma agradable eh inconscientemente olfatee su cabello. No estaba seguro si lo había notado porque en ese momento se alejó y me sentí demasiado avergonzado como para mirarlo a los ojos hasta ahora.
  -Gracias- Me sonrió apenas visiblemente antes de beber un poco.
Iván no me parecía para nada del tipo conflictivo, ayudaba a todos en la universidad y tenía muchos amigos, pero tampoco pensé que fuera a dejarse empujar por otro sin decir nada, mucho menos de alguien menor.
Se notaba la diferencia de fuerza, si hubiera querido podría haberlo detenido sin problemas.
  -Siempre estás cuando soy patético, algún día me verás ser genial- Rió bajo.
Sabíamos muy poco el uno sobre el otro, apenas habíamos comenzado a hablar y no éramos exactamente lo que se consideraba amigos, sin embargo por alguna razón pasar el rato con él no me resultaba incómodo.
  -¿Quieres ver una película? - Propuso animado.
  -¿Película? ¿No estás cansado?
  -Un poco, pero la verdad me cuesta mucho dormir así que, si no tienes prisa vamos a ver una película. Yo te acompaño a la parada más tarde.
Y eso dijo.
Termino por poner una serie que no me parecía interesante pero terminé enganchado de la trama y para cuando me di cuenta habíamos visto cuatro episodios.
La pantalla se puso en pausa preguntando si aún había alguien mirando. Me giré para pedirle que se apresurara a poner el siguiente episodio, solo entonces me di cuenta de que estaba profundamente dormido recargado sobre el brazo del sofá.
Mire el reloj, faltaban veinte para las doce.
Intente levantarlo pero solo logre que se acomodara mejor sobre el sofá.
Subí sus pies de modo que quedara cómodo, la sala era fría así que me tome el atrevimiento de sacar una cobija de la primera  habitación que encontré para taparlo.
Localicé el control remoto con la mirada y apagué la tele antes de levantar mis cosas del suelo y disponerme a salir. Cerré sin hacer mucho ruido.
Mencionó que no podía dormir, así que me pareció considerado dejarlo descansar mientras pudiera.
Pensé en quedarme pero mi teléfono estaba muerto y si no llegaba mi madre no iba a dormir en toda la noche.
Tome un taxi y volví directo a casa.







...











Desperté por la alarma de mi teléfono, estire la mano buscando a ciegas la mesita de noche junto a mi cama pero no estaba.
Confundido abrí los ojos percatándome que estaba en la sala.
Me levante y encontré mi teléfono sobre la mesa, apague la alarma y me estire satisfecho. Tenía tiempo sin dormir tan bien.
Recordaba haber empezado una serie con Sam... ¡Sam!
Su nombre brilló sobre la pantalla de mi teléfono, no dude un segundo en tomar la llamada.
  -¿Te desperté? - Pregunto del otro lado de la línea. - No estaba seguro si sabías que tenemos clase.
  -Apenas sonó mi alarma- Bufé
  -Bien. Entonces te veo más tarde. - Finalizo sin darme tiempo de decir nada más.
Era demasiado considerado.
Ni siquiera noté cuando se fue, o cuando me acobijo. Me sentí pésimo anfitrión.

Visualice a mis amigos a unos metros de distancia, Leo agito la mano en saludo y me dispuse a acercarme pero fui frenado en seco cuando alguien jalo mi mochila.
Leo y Ricky me miraron confundidos.
  -No desayunaste, ¿verdad? - Cuestionó  Sam obligándome a voltear. - Toma, te compre un sándwich y un jugo de naranja. - Me extendió una bolsa de plástico blanca.
Pensé en cuantas veces había llegado a la universidad sin desayuno, en las veces que me preocupaba porque Uriel se llevara algo al estómago temprano pero la verdad es que nunca fui así de dedicado conmigo mismo.
  -Tenemos examen en la segunda hora así que come algo antes de eso. - Agregó sin prestarle mucha atención.
  -¿Tu desayunaste? - Interrogue conmovido.
  -Si, en casa. - Contestó. - Me tengo que ir, me falta terminar una tarea.
  -¿Te veré más tarde? - Me apure a preguntar.
   -Hoy voy a empacar mis cosas eh ir al banco por tu dinero. Tal vez te vea mañana.-Respondió pensativo.
  -¡Te ayudo! - Propuse animado.
Comenzaba a sentirme cómodo con Samuel alrededor, parecía que fuera normal. Solo se sentía bien. 
Me arrepentí de mi propuesta cuando caí en cuenta de que no éramos lo suficientemente amigos como para que lo acompañara a su casa, mucho menos tocar sus cosas y empacar.
Me analizo con su habitual mirada curiosa y asintió dedicándome una leve sonrisa lo que me relajó en segundos.
  - Entonces te veo más tarde. - Finalizo golpeando suavemente mi hombro antes de continuar su camino.
Mire la mano plástica en mis manos y mi sonrisa se ensanchó.
Auténticamente me sentí feliz después de días.
Tal vez no era gran cosa para él, pero era como si Sam supiera exactamente lo solitario que me sentía en ese momento.
Agradecí que ese día sus compañeros no hicieran su trabajo, porque gracias a eso nos habíamos acercado y ahora incluso podía pensar que éramos amigos, aunque para ser honesto se sentía distinto.









Capítulo corto
Gracias por llegar hasta aquí.
Escribo porque me gusta  y compartirlo me hace feliz.

Root.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora