Voces.

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A los 10, aprendí a tener amigos. 

Pero no eran necesariamente reales, estaban en mi cabeza. Las llamaba ''Voces''

No quería hablar mucho de ellas, pero creo que me entenderían mejor si lo hago.

Tenía muchas, al principio no me importaban ya que podía hablar con ellas con normalidad, pero una vez que mi madre falleció, todo se volvió diferente.

Ellas me gritaban con violencia, provocandome un mar de llanto, entre sueños, se mostraban como terribles pesadillas y en el día, ellas no se callaban nunca. 

Bueno, es hora de que entiendan porque se los cuento. 

Cada vez que me molestaba conmigo mismo o con alguien, estas voces me volvian loco, violento, tal vez ahora entiendan el concepto de ''raro'' con lo que me refería en un principio. 

Necesitaba ayuda. 

Y más ahora. 

Todo el murmullo de las personas alrededor mío estaban volviendome loco, escuchaba mi nombre ser repetido varias veces con algun adjetivo estúpido, con palabras en inglés que no me importaban en lo absoluto, no quería sentirme de esta forma nunca. 

Mientas las voces volvían a acumularse con violencia, sentía que saldría corriendo de alli. 

Hasta que escuché mi nombre de una forma diferente.

—Nico...? ¿Estas bien? Te ves algo pálido...

Lo mire al borde del llanto.

—¿Te molesta la gente nueva? Te aturde, ¿No es así?

Me tomó de las manos y me sonrió con gentileza. 

Me di cuenta que las voces desaparecieron, y que no debía preocuparme por nada, como solía hacerlo mi madre cuando tenía pesadillas. 

Madre, aún sigues cuidandome luego de tanto tiempo, ¿No?


En el receso, el no dejaba de hablarme y mirarme como si estuviera tan entusiasmado por querer contarme su vida.

Me contó que era una especie de chico problema desde los doce años y que no sabía como controlar a veces sus ataque de violencia, que era por eso que había rebotado de tantas escuelas, no tomaba medicamentos pero me contó que habia ido al psicólogo varias veces. 

Ah, pensé que era el unico loco. 

—...Tengo este problema desde que vi a mi padrastro golpeando a mi madre y a mi hermano menor...—Miro el cielo, con dolor, como si recordara con exactitud la escena que había vivido—, tenia ganas de matar a ese hombre pero...mi madre es una superheroína.

Con detalle, miré cada expresion que hacía mientras me relataba sobre su madre, la describía como si fuese la persona mas amable y carismática del mundo, me había contado sobre su padre y, aunque no lo conoció muy bien, tenía la esperanza de volver a verlo.

—¿Como son tus padres?—lo miré con tristeza.

—No conoci a mi padre...Pero mi madre...—mire el cielo.

De la misma manera en la que él lo hizo, comencé a describir a mi madre, ella tambien era una superheroína, tener dos hijos y una familia insoportable, trabajar tiempos completos y a veces extendidos solo para traer el pan de cada día, y aún asi, tener tiempo para sus hijos y para el arte que mas amaba. 

Su violín.

De un momento a otro, las lágrimas se me salieron solas, y Percy no sabía como reaccionar, lo único que hizo, y la desicion mas inteligente.

Fue quedarse a mi lado. 

Lies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora