Amor por internet

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Dedicado a Priscali y Vlad_4th.

Ella era colombiana y él mexicano. Él era un hombre rudo, con todo bajo su control, él era amo y señor. Ella era inocente y temerosa, pero atraída por su oscuridad.

Se conocieron en una red social, en un grupo coincidieron. Ella se sintió seducida por su personalidad, aunque al mismo tiempo le asustaba. Él se sintió atraído por su inocencia, la creyó presa fácil de dominar.

Su nombre era Julián y ella Priscila, comenzaron con lo básico, una simple atracción, como aquella que siente el imán.

Julián le atraía su vulnerabilidad; a Priscila su aire misterioso. Comenzaron con una amistad, a jugar y bromear; alguien debió de advertirles que aquél que juega con fuego al final se va a quemar.

Era interesante verlos platicar, daban la apariencia de una pareja y sin embargo ellos aún no lo sabían.

A los pocos días el poder hipnótico de esa atracción los hizo probar algo más, una relación a distancia.

Como toda relación tiene sus baches, la suya tambien los tenía. Habían días en los que se peleaban, vociferaban o sencillamente se dejaban de hablar. Pero la atracción podía más, y al final siempre terminaban juntos.

Por increíble que pareciese, incluso para el propio Julián, ella lo dominó, se convirtió en su ama y él en su esclavo; Julián estaba dispuesto a recibir órdenes y acatarlas con humildad, estaba dispuesto a bajarle las estrellas si ella así lo pidiese. Ésto era contradictorio, porque toda su vida Julián era el dominante, un hombre frío y áspero, cualquiera que lo conociera bien lo definiría como un león –en todo aspecto de la palabra–, él lograba que con solo un rugido el mundo estuviera a sus pies, acechaba, acorralaba y aniquilaba a sus presas.

¡Qué ironía! Aquel temible rey de la selva, venía a Priscila como un lindo gatito, dispuesto a maullarle y ronronear al antojo de su ama. ¡Qué ironía! Aquél que la creyó sumisa se equivocó por completo. Priscila era dominante, era aquella mujer capaz de dominar a una fiera.

Y está, por demás decir que aquello era la mezcla perfecta del deseo de Julián, eso precisamente era lo qué lo embriagaba. Y, ¡qué mujer en está vida no es feliz teniendo a su lado a un hombre dispuesto a cumplir cada una de las fantasías, cada uno de los antojos, cada uno de los caprichos! Pues, Priscila no era la excepción, se sentía dichosa, teniendo a su lado al hombre de sus sueños.

Priscila era la envidia de muchas otras mujeres que no lograban comprender como y de qué forma había podido domar a un pura sangre. Y sin embargo, aquí estaba la feliz pareja, de la mano por el mundo...

Esperen... Por el mundo virtual, volvamos a la realidad, vivían en diferentes países, y una cosa es el mundo virtual y otra el mundo real. En un mundo perfecto él o ella viajarán a encontrarse, en un aeropuerto se verían, correrían a abrazarse y fundirse en un eterno beso, mientras las ansias y el deseo prodigaría por algo más.

Pero éste es el mundo real, y lo que está en internet, se queda en internet. Éste amor no podía romper barreras, no podían olvidarse de todo y todos, estaba la familia, el asunto de la economía y mil y un obstáculos más.

En la típica historia de amor, podríamos decir que ellos estarían juntos y tendrían un "vivieron felices para siempre".

Pero nuestra conclusión de éste relato será que: Ellos tuvieron que conformarse con lo qué la vida les daba, el privilegio de conocer a su alma gemela, pues, hay personas que pasan su vida entera sin poder conocerlo. Tenían que vivir el aquí y el ahora, siendo felices con este caudal de emociones que les brindaba su relación por internet.

La desconfianza se apoderaba de Priscila, ¿en verdad Julián le era fiel? ¿Qué hacia en las horas que no estaban juntos? ¿Cuánto de lo que le decía era real?

Dudas, dudas y más dudas la acechaban, ¿en verdad se puede conocer a alguien por internet?

A Julián no le gustaba dar explicaciones, él era el rey y nadie le podía decir que no. Al principio todo era sencillo, era fácil ser sumiso y acatar todo, pero con el paso del tiempo la ternura del principio, se acabó la magia, se terminó el romance y comenzó la realidad.

Las discusiones y las dudas se hicieron más frecuentes, el amor poco a poco fue reemplazado por la rutina, él estar lejos pasó factura y lo que comenzó llegó a su fin...

Nadie hizo sacrificios, y así murió el amor por internet.

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