José esperaba con gran ilusión a su pequeña, y llegando el gran día, resultó ser una hermosa bebé que peso 2 kilos 800 gramos; a la que le pusieron por nombre Sofía. Todo parecía normal, hasta que con el paso del tiempo se dieron cuenta que algo andaba mal. A los dos años la bebé presentaba problemas de comunicación, la vida de José y su esposa dio un giro de 180 grados al recibir los resultados de los estudios, la niña presentaba problemas de audición, no podía hablar ni escuchar.
Nunca antes hubiese podido creer José, que algo así podría sucederles, lágrimas de tristeza e impotencia rodaron por sus mejillas y ahora, ¿cómo se comunicarían con ella?. Consultaron doctores y el resultado era el mismo, no había forma de que la niña recuperará la audición.
Los siguientes meses fueron difíciles para la familia que apenas comenzaba, tenían que ser aún más observadores con su pequeña, pues ella no les podía decir cosas tan básicas cómo quiero tomar agua, tengo hambre. Su madre la cuidaba mucho, pero no podía evitar sentirse como un hamster corriendo en círculos. De las cosas que más le dolían a José era no poder cantarle una canción de cuna antes de dormir.
Poco a poco fueron investigando sobre una forma de comunicación con su pequeña y descubrieron la Lengua de Señas. Pero ellos pensaban que no podrían aprenderlo, falta de tiempo, José tenía que trabajar.
Descubrieron una escuela para niños con problemas de comunicación y fueron a inscribir a la pequeña. Éste viaje suponía un gran sacrificio, pues la escuela estaba lejos, pero todo porque su hija tuviera con quién comunicarse, todo por ver a su niña poder "decir" su primer palabra.
Su madre cada día hacía tal sacrificio, José trabajaba horas extras por poder pagar esa escuela especial. Cuando su niña aprendió sus primeras señas que fueron "papá y mamá". Ellos se llenaron de una felicidad muy grande, pese a que ya no era una pequeña de un año con su primer palabra, ellos sabían todo lo que había costado.
Sabían de personas que escondían a sus hijos, que no los dejaban convivir con nadie, únicamente por no poder escuchar ni hablar. Que incluso los marginaban considerándolos de poca valía, únicamente por no poder ser "normales". Pero José y su esposa sabían que Sofía era una niña normal aunque especial.
Era algo hermoso verla hacer cualquier pequeño progreso en su comunicación. Era algo hermoso poder ver cómo se comunicaba con sus compañeros de clase, con sus profesores.
Pero algo hacía falta, Sofía se comunicaba en la escuela p pero fuera de ella, salvó por lo básico no tenía con quién comunicarse, debía vivir en un mundo de silencio, sin palabras. Así que José y su esposa se propusieron aprender lenguaje de señas para comunicarse con su pequeña, requirió esfuerzo, tiempo y constancia, pues a diferencia de aquella pequeña que tenía el cerebro como esponja, a su cerebro les costaba más trabajo, pero dicen que para el amor no existen imposibles, y ellos por amor a Sofía harían lo que fuera.
A éste esfuerzo se unieron familia y amigos, si el mundo no podía tener un espacio para una pequeña con problemas de audición, ellos le crearían un mundo. Y así lo hicieron todos, desde el más pequeño hasta el más grande de su familia podía comunicarse con la pequeña Sofía. La pequeña rebosaba de alegría, podía platicar libremente con cualquier persona, pues aún cuando no fuera alguien que supiera señas, siempre estaba su madre para dar voz a sus palabras.
Cierto día la escuela organizó un evento para presentar el progreso de los niños en comunicación. José y su esposa acudieron a ver a Sofía, no sabían que es lo que verían. Cuando de pronto apareció esa pequeña que les había robado el alma, vestida de un hermoso vestido plateado. Comienza a sonar una canción, lo que sorprende al auditorio, pues al ser una academia de personas que no escuchan era extraño escuchar música, la pequeña Sofía comenzó a mover sus manos diciendo y convirtiendo cada una de las palabras de la canción en señas, las manos de Sofía tenían tal gracia, que parecía que estabas viendo tocar a un músico su piano, a un pintor mover su pincel sobre su lienzo, pero no, éste era otro tipo de arte, un canto al silencio.
Los ojos de José se llenaron de lágrimas, jamás creyó que aquella pequeña a la que él no le pudo cantar una canción de cuna ahora "cantará" para él.
Dedicado a todos aquellos padres que se han enfrentado a está difícil situación de cuidar a un hijo con algún tipo de dificultad. Pero que en lugar de recluirlo, buscan la forma de sacar adelante a su pequeño.
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Vidas marcadas
General FictionCada vida tiene una historia, cada historia tiene una marca, cada marca forja un destino. Y no obstante cada vida es valiosa, cada vida vale mucho, cada vida merece vivir. Historias cortas sin relación pero que te ayudarán a ver la vida con otros oj...