Era una fría tarde de invierno, cinco cachorros habían nacido de una pitbull.
Uno de ellos -el más fuerte-, era también el más querido por los dueños; lo cuidaban mucho, le daban de comer demasiado, le aplicaban cada una de sus vacunas, etc. El perro de verdad se sentía querido y amado. Sin embargo la historia de sus hermanitos fue distinta, a tres de ellos los vendieron apenas abrieron sus ojitos azules. Y la hembra fue usada para procrear más cachorros.
De los perritos que fueron vendidos, a uno le fue bien; consiguió una familia que lo quería mucho y lo trataba con cariño.
Otro fue usado como perro guardián en una vieja mansión deshabitada, de vez en cuando alguien se acordaba de él y le daba un par de huesos para comer y algo de agua. Pero, pasaban días enteros en los que no tenía ni un bocado de alimento, se olvidaban de él y no tenía contacto con nadie más.
El tercero -y más pequeño- fue comprado por una familia cuyo hijo quería tener un perro; el niño jugaba con él, le aventaba cosas para destrozarlas, lo toreaba, lo volvía agresivo, el niño creía que haciendo eso el perro se estaba entrenando para atacar a cualquiera que él le ordenara. Pero no se puede jugar con la naturaleza de un animal y en una de tantas en las que ambos jugaban la mascota lo mordió; al instante los padres llamaron a la perrera para que se llevarán a aquel "salvaje animal", creyendo que el perrito era el culpable y sin ningún juicio justo fue sentenciado a morir.
A nuestro perro protagonista con el pasar del tiempo tampoco le fue muy bien, pues fue creciendo y lo fueron entrenando para matar, lo ponían a luchar con perros más pequeños para que los destrozara, desde perros chihuahuas hasta animales heridos. Sí no los mataba, recibía castigos; así que no le quedaba ninguna otra opción más que obedecer. Destrozaba todo lo que le ponían enfrente, lo habían convertido en una bestia salvaje, tenían que mantenerlo encadenado porque era agresivo hasta con sus dueños.
Llegó el día esperado, el día para el cual lo habían entrenado. Lo llevaban con bozal, y encadenado, sería su debut en las peleas callejeras, se enfrentaría a un rottweiler, el perro tenía una mirada asesina.
Primer asalto:
Mordida en el cuello, el rottweiler se retorcía de dolor e intentaba zafarse mientras la sangre brotaba de su garganta.
Segundo asalto:
El perro herido se liberó y atacó al pitbull, aunque no pudo directo a la garganta como todo el público hubiera querido; su dientes se clavaron en una de las patas, ninguno se quejaba, nadie decía nada. Los animales parecian estar hechos para la pelea.
Tercer asalto:
El rottweiler murió de una sola mordida en la que su contrincante le arrancó el ojo derecho, incluso estando ya muerto el pitbull no se separaba de él lo atacaba sin cesar desgarrando la piel del cadáver. Después de varios minutos en los que todos aplaudían la desagradable escena los separaron y el amo cobró su "pago".
Le curaron de forma muy superficial la herida que tenía, sólo para seguir ganando dinero en la siguiente pelea; esa era su vida, comer, pelear, curarse y volver a pelear.
Hasta que un día no pudo contra el contrincante y perdió la batalla aunque no lo mataron, mejor hubiese sido ese su destino en lugar de ello y no habiendo sido suficiente tortura su amo lo golpeó, pues ya no le era útil, al fin ya tenia a su reemplazó, un perro más joven.
Y ahí en aquel basurero ahora yace aquel perro que nació una fría tarde de invierno.
Y ésta es solo la historia de estos cinco cachorros, aquellos que por ser de raza, eran útiles para el humano. Pero, ¡qué hay de todos aquellos animales callejeros, cuyos amos adoptan, pero al crecer "pierden su encantó" y los tiran a la calle! Mendigan comida, reciben una patada.
Tal vez tú humano tienes una mascota en casa, ¿cómo la tratas?, la alimentas y das agua, la ves como un ser vivo que merece ser amado, o en cambio la golpeas para desquitarte de un "día duro". La golpeas creyendo que no sienten nada.
Cada día miles de animales sufren maltrato, ¿por qué nadie los ayuda? ¿acaso no saben que son seres vivos que sienten como nosotros?
Miles y miles de cachorros son abandonados en las calles, porque no se esterilizo a la hembra, y no se pueden tener mas mascotas en el hogar.
¡Concientiza humano! Por favor.
Dedicado a todos los que sufren maltrato, animales de pelea, callejeros, todos tienen derecho a ser queridos y cuidados, y no ser golpeados y abandonados. Ningún animal merece acabar en la perrera. Así que si tú, humano estás leyendo mis palabras no permitas que le hagan daño a éstos pobres miserables.
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Vidas marcadas
General FictionCada vida tiene una historia, cada historia tiene una marca, cada marca forja un destino. Y no obstante cada vida es valiosa, cada vida vale mucho, cada vida merece vivir. Historias cortas sin relación pero que te ayudarán a ver la vida con otros oj...