Álter Ego: Locución latina que significa "otro yo".
Yurio aún no entendía lo que le sucedía el era un beta no podía estar con un alfa a el le correspondía un omega para tener cachorros y que nadie lo juzgase, se encontraba confundido y atolondrado...
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—Como una viciosa tormenta eléctrica, ¡esta angustia nocturna me está destrozando! Sigues encadenado al pasado con ese tipo. Peleando esta batalla por mi mismo y apagandome solo, por el dilema que había esperado. (Hyakumankai no airevolutión Marginal#4)
Yurio despertó solo en él hotel, pues Yuri se había ido temprano por la mañana, miró él reloj de la habitación que marcaba exactamente las seis de la mañana, paso saliva, quitó las cobijas y al darse cuenta del estado en él que se encontraba no pudo evitar sentirse invadido por la nostalgia y de sentirse culpable por haberlo hecho con Yuri y dejar solo a Otabek en la casa esperándolo, no quiso pensar más en eso, después de todo lo que había hecho no lo volvería a hacer.
Yuri tenía dueño y aun así no se explicó como se pudo haber dejado llevar.
Se levanto de la cama, se vistió de prisa y tomó su teléfono, el cual lo había dejado en la mesita de noche, cuando lo tomo, había una nota de parte de Yuri que simplemente decía "Gracias por aquella última noche Yuri-Kun espero que las cicatrices de nuestro romance no afecten más nuestro presente te quiero"
—Tonto Katsudon como no va a afectarnos después de lo que hicimos —Sollozó Yurio mientras las lágrimas caían sobre la nota, se limpió las lágrimas con la manga de su chamarra, se dirigió a casa de su abuelo, cuándo llegó coloco a pelusa en un transportador para mascotas y se decidió que ya era hora de enfrentar todo y regresar al apartamento de Otabek.
—¿Así que te llevas al gato? —Pregunto su abuelo
—Si siento que pelusa me extrañara si la dejo aquí —dijo encogiendo los hombros y saliendo de la casa de su abuelo.
Yurio dudo un poco sobre entrar o no entrar él remordimiento de haberlo hecho con Yuri no lo dejaba en paz, pero ahí estaba él sosteniendo con una mano él transportador de mascotas y en la otra las llaves.
Introdujo la llave y giro la perilla con temor y miedo.
Entro y la casa estaba demasiado silenciosa, Otabek no estaba en la sala ni en la cocina, si no que estaba en su habitación durmiendo, suspiro de alivio, dejo que pelusa anduviera por la casa, decidió darse una ducha y cuándo salió Otabek estaba preparando el desayuno.
—Buenos días amor —dijo Beka con una sonrisa que hizo sentir a Yurio más mal de lo que ya se sentía Otabek se veía fatal, tenía unas enormes ojeras y se veía muy cansado
—¿Ayer me esperaste mucho tiempo despierto? — preguntó Yurio como si la respuesta no hubiera sido obvia.
—En realidad no mucho de echo mientras te esperaba aprendí a hacer piroshky que es él desayuno de hoy —respondió Otabek sin darle mucha importancia.
—Quiere decir que encontraste él recetario de mi abuelo —Exclamo Yurio temiendo que su abuelo le hubiera dado la receta personalmente la noche anterior
