CAPITULO 7

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Van ya dos semanas desde aquel día en que conocí aquel chavo que llamo mi atención, dos semanas en las cuales he estado yendo nuevamente a ese café con la ilusión de volverlo a encontrar, pero no, él no ha vuelto a aparecer, hoy domingo, me levante más temprano de lo común, para ver si hoy tengo suerte y si logro encontrármelo. Max decide acompañarme así de una vez pasa a la facultad para recoger unos papeles, obviamente no le he dicho porque motivo voy, simplemente no creo que se lo merezca, eso le pasa por ocultarme lo que sentía por Mely. Llegamos y me bajo del auto despidiéndome de mi hermano, entro al local, sinceramente me gusta mucho es muy acogedor desde el momento en que pones un pie dentro, me dirijo hacia una mesa que esta ceca de la ventana y que también puede visualizarse todo el local. Aparece la mesera, muy risueña como siempre, creo que ya hasta me conoce de tantas veces que he venido últimamente, me pide mi orden y se va, en lo que llega con mi chocolate me coloco los audífonos con el propósito de aprender nuevas canciones, ya Milo mi jefe, me dijo que tengo que aprenderme canciones actuales, y ahora estoy escuchando “Body Say” de Demmi Lovato, un poco complicada la letra ya que es en ingles pero espero aprendérmela para hoy en la noche.

-¿puedo sentarme? –me dice una vos que me saca de mis pensamientos.

¡Oh por Dios!, es el, el chico por el cual vine hoy, aquí parado frente a mí y pidiéndome permiso para sentarse, creo que de hoy en adelante creeré en el destino, ya sabía yo que tenía que volver a verlo.

-Claro que sí.

-¿esperas a alguien?

-No claro que no, de hecho… -quiero explicarle lo del otro día pero me interrumpe.

-Quiero disculparme por cómo me fui aquel día, yo, no debí actuar así ¿me disculpas? –dice con esa vos tan seductora y varonil que solo él tiene.

-Si si, o te preocupes, no pasa nada. Y respecto a eso el chavo que vino por mí el otro día, no es mi novio, en realidad es mi mejor amigo.

Qué bien Samantha, abriste tu bocota sin que ni siquiera te preguntara, ahora creerá que de verdad te interesa, y que te urge encontrara a alguien bien Samantha así se hace.

-Aquí tienes tu chocolate –me dice la mesera que vino a pedir mi orden hace unos minutos -¿A usted le sirvo algo?

-Si gracias, un café con tres de azúcar –sonrió al escuchar eso, me hace recordar que tenemos el mismo gusto en el café, ella se aleja y el chico que tengo frente a mi vuelve a mirarme –No sabes cómo me alegra saber que solo es tu amigo.

Sonrió ante su comentario y tomo de mi caliente chocolate, estamos en tiempo de calor aun, pero aquí dentro hace frio, por lo que disfruto de este.

-Me alegra volver a verte, creí que solo eras un ángel que se cayó del cielo, pero luego tuvo que volver a este –Aww se puede ser más lindo.

-A mí también me alegra.

-Sé que tal vez sea mucho atrevimiento pero, ¿me podrías dar tu numero?, es que de verdad creí que no volvería a verte, y esta vez quiero asegurarme de que eso no suceda.

Asiento, y le paso mi número el cual cerciora inmediatamente, luego llega su café y los dos bebemos de nuestras bebidas.

-Yyy, ¿A qué te dedicas? –me pregunta

-Bueno, aun soy estudiante, estoy en el último año del instituto.

-¡¿No?! Estas bromeando cierto?, te ves más grande, sin ofender claro, pero jamás pensé que tuvieras… ¿Cuántos años tienes?

-Justo hace poco cumplí los 18, ¿y tú?

-Uuf yo tengo 20, estoy en la facultad, estoy estudiando medicina.

-Wow ¿enserio?, que padre.

-Sí, es padre si te gusta.

-¿Cómo no te gusta?

-Si claro, me encanta el saber que voy a poder ayudar a los demás, pero la verdad eso no es lo mío, yo quisiera estudiar música, para mí la música lo es todo, en ella puedo refugiar todos mis sentimientos, es “mágico”.

Me dice, a lo que yo estoy totalmente de acuerdo, yo también amo la música, y entiendo perfectamente de lo que me habla, hasta hace poco lo hacía solo para mí misma, pero ahora me doy cuenta de que compartir lo que sientes con los demás por medio de una canción es liberador, y más si la gente logra percibir todo eso también, eso es mucho más que mágico, en realidad no se ni como describir lo que es, lo que se siente.

-Estoy de acuerdo contigo, yo también quisiera estudiar música.

-¿En serio?, valla que coincidencia, ¿y tocas algún cantas o tocas algún instrumento? –pregunta con interés, y la verdad me alegra que tengamos tantas coincidencias.

-Si yo canto, de hecho canto en un bar, bueno es un bar donde asisten todo tipo de personas -en realidad es un ambiente muy agradable lejos de ser cualquier bar común en el que solo hay borracho.

-¿De verdad?, me encantaría escucharte.

-Bueno, no soy la gran cosa pero adelante, cuando gustes.

-Enana –hay hermanito que oportuno –tenemos que irnos. Oh disculpa, yo soy el hermano –dice estirando la mano hacia el chico el cual todavía no le he preguntado su nombre.

-Mucho gusto –responde –Yo…

-Enana ya vámonos, ya es tarde.

-Lo siento tengo que irme –le digo al chico que tengo frente a mí.

Y antes de que pueda contestarle Max me jala hacia afuera, ¿y ahora que le pasa?, ¿acaso yo no tengo derecho de socializar?, volteo hacia el diciéndole un lo siento con los labios, el solo sonríe y hace una forma de teléfono con su mano y luego me señala, supongo que quiso decir que me llamara.
Definitivamente hoy es uno de mis días con suerte, miren que encontrármelo justo cuando hace dos semanas que he venido para eso y nada, ansió tanto que me llame, enserio que me gusta este chavo, nunca me había pasado esto y creo que él me gusta de verdad. Ahora necesito conocerlo, necesito saber que él es distinto a los demás, y no anda por ahí diciéndole cosas igual de lindas a todas, no puedo volver a equivocarme.




Sin conocer tu nombre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora