Termino de arreglarme cuando me vibra el celular anunciando un mensaje, lo saco de mi bolsillo y es de un número desconocido, pero igual decido abrirlo:Hola, soy yo, el chico del café. Recuerdo dijiste que hoy cantabas, ¿crees poder darme la dirección?
Hola! si claro, espero verte ahí
Le mando la dirección y no vuelve a contestarme, y la verdad me decepciona un poco que no lo haya hecho. Salgo de mi habitación y bajo las escaleras, un aves que llego abajo mi hermano se está besando con Mely, ¡oh por Dios!
-¿Podrían dejar de traspasarse saliva mientras yo estoy cerca? Se los agradecería mucho –al momento que me escuchan los dos inmediatamente se sueltan y voltean a verme sonrojados, por lo que se me larga una fuerte carcajada.
Se levantan del sillón, y me dirijo a la puerta, ellos me siguen por detrás, puedo escuchar como Mely lo reprende por haberla besado en su casa, y el solo ríe, es tan… graciosa esta situación, en un principio fue un poco incómodo, y más cuando Mely me conto que Max la había besado por primera vez, pero ahora ha cambiado y la verdad me gusta cómo se ven estos dos juntos, y más porque los conozco y sé que jamás se harían daño el uno al otro, eso es lo que más me alegra.Cuando llegamos el lugar ya está lleno, son ya dos semanas, que he venido y aún no he superado los nervios que me dan cada vez que subo. Me adentro a “mi camerino”, hasta esperar la hora en que me llamen, me quito el abrigo negro que traigo desde la casa, y me coloco el antifaz, que también he estado usando todo este tiempo, tal vez con el tiempo pueda dejarlo pero por ahora me siento más segura usándolo. Tocan a mi puerta indicándome que es el momento de salir, me doy una última mirada en el espejo y salgo hacia el escenario.
Una vez que termino la última canción de la noche, volteo hacia el público, con la esperanza de que el haya venido, pero nada, quizá no supo llegar y se perdió, quizá tuvo un accidente ya ahora está en el hospital, o quizá solo se arrepintió y por eso no está aquí, bajo del escenario para ir a mi camerino a cambiarme, tomo la chapa de la puerta para abrirla pero al momento de girarla una mano se interpone sobre la mía evitando que pueda abrir la puerta, volteo a ver el proveniente de esa mano y mi sorpresa es evidente, es el, el chico del café, aquí, mirándome; con esos ojos tan hermosos.-Hola –me saluda con una sonrisa.
-Hola, pensé que no vendrías.
-Y perderme del espectáculo que he disfrutado esta noche, claro que no, tenía que venir –dice agachando la mirada un poco avergonzado por lo que acaba de decir.
Sonrió al ver eso, luce tan tierno.
-Gra-gracias.
-¿Quieres bailar? –me dice así, sin más.
-Claro -le respondo olvidando que iba a cambiarme.
Nos dirigimos hacia la multitud de gente, donde está sonando una canción que me encanta “animals” de Martin Garrix, empiezo a moverme una vez que se pone delante de mí, y él me imita moviéndose al ritmo de la música, y haciendo movimientos un poco raros que me causan un poco de gracia, hasta que uno de mis tacones se doblan provocando que me tambalee, pero unas manos me toman de la cintura impidiendo que me caiga, pero provocando un cosquilleo ahí donde están tocándome.
-Cuidado, te pudiste haber doblado un tobillo- Me dice cerca de mi rostro.
-Sí, yo… -unos labios me interrumpen, pero no de una manera brusca, ni siquiera de la manera que me hubiera gustado, si no con un simple roce, se separa unos centímetros solo para mirarme, como si temiera que reaccionara mal, y al no ver ninguna reacción de mi parte, se inclina para volver a posicionar sus labios en los míos, pero una vos interrumpe nuestro momento provocando que me suelte.
-Amiga, tenemos que irnos.
-Si –digo aun impactada por lo que acaba de suceder –vamos, lo siento tengo que irme –le digo en modo de disculpa al chavo que me mira como si no quisiera que me fuera.
Sin esperar respuesta alguna, sigo a Mely hasta afuera, aun no me creo lo que acaba de suceder, fue tan repentino pero tan intenso, es increíble como con un simple roce pudo ocasionar todo ese revoltijo que aun siento en el estómago, y me siento mal, me siento mal porque nuevamente no pude preguntarle su nombre, parece que eso no fuera importante cuando estamos juntos, como si solo fuéramos él y yo. Y todo esto me da miedo, aun no lo conozco lo suficiente y ya logra hacer que me sienta así, ¿Qué me está pasando?...
*******
Me quedo observando por donde se fue aquella chica, ¿Cómo es posible que me sienta así, si apenas y la conozco? ¿Y cómo me siento? Ni yo lo sé, no sé qué me pudo haber pasado para besarla, yo no soy así, pero es que al ver esa sonrisa y saber que era yo el que la provocaba, después tenerla en mis brazos, así tan cerca de mí y mirándome como si fuera “algo” para ella, prendió en mi esa sensación de querer besarla por eso me acerque a ella y rose sus labios, esos que aun puedo sentir en los míos, me separe de ella porque creí que se enojaría, no la conozco aun y pensé que estaba haciendo mal, pero al ver que ella quería lo mismo, intente volver hacerlo pero fracase, esto es tan confuso, pareciera que cuando estamos juntos no importa el saber cómo nos llamamos solo importa el que estamos juntos.
Camino fuera del local donde acabo de escuchar a esta chica, con esa vos como un ángel, me encanta como hace las canciones suyas pareciera que de verdad siente lo que la letra dice, y lo que más me impresiona es que puede hacer que yo lo sienta también, de verdad no sé cómo en tan poco tiempo se ha logrado meter en la mayoría de mis pensamientos. Llego hasta mi auto y me subo dirigiéndome a mi departamento.
Cuando llego me encuentro con Isabela esperándome fuera de este, ¿acaso no se cansa de que siempre la rechace?, le he dejado claro un millón de veces que no me interesa y aun así me busca.-Cariño, llevo como media hora tocando el timbre, ¿Dónde te has metido? –que, acaso cree que debo darle explicaciones de todo lo que haga.
-Si yo, estaba con una chava, así que nuevamente te voy a pedir que me dejes en paz.
-Tú no me puedes pedir que te deje en paz, sabes perfectamente que te gusto, y tú a mi…
-No quiero nada contigo Isabela –digo interrumpiéndola –Si tal vez me gustaste en su momento, pero entiéndelo de una buena vez.
-Tu podrás decir lo que quieras, pero sé que aun te vuelvo loco, o que, ¿ya se te olvido como nos divertíamos hace apenas unos meses? –otra vez con eso, la verdad como me arrepiento de haber hecho eso, en ese tiempo yo estaba muy deprimido por todos los problemas en mi casa, que llegue a pensar que sentía algo por ella, pero después me di cuenta que no, aunque creo que fue un poco tarde.
-No Isabela, te equivocas, tú ya no causas nada en mí. Así que aléjate quieres.
Y sin darle tiempo a que me pueda responder entre rápido al edificio, de verdad que esta mujer es asfixiante, maldigo la hora en que me metí con ella, nunca creí que fuera hacer un problema.Ya mañana es lunes, y empieza nuevamente otra tortura, como quisiera haber sido más valiente y decir que no cuando mi padre me dijo que debía estudiar medicina, y estuve a punto de hacerlo, pero tuve miedo de causarle un disgusto a mi padre en ese tiempo él estaba muy delicado de salud. Me propuse una vez que termine la carrera, estudiar música, que es lo quiero. Hablar hoy con mi “chica misteriosa”, me hizo darme cuenta de muchas cosas; estudiar medicina no es del todo malo, pero no es mi pasión, yo al igual que ella amo la música, amo sentirme en otro mundo cuando escribo mis canciones, como si solo existiera la historia que creo y yo, como puedo expresarme en unas simples palabras, expresar lo que siento, mis miedos, tristezas y claro también mis alegrías. Esto me da una idea, ¡voy a escribir una, para ella!, porque ella es la causante de que tenga una nueva meta, bueno varias, una de ellas sea conquistarla, y algo me dice que no será muy difícil, sé que ella siente lo mismo que yo.
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Sin conocer tu nombre
RomanceQué pasaría si encontraras al hombre que evoluciono tu vida, que te hizo sentir lo que nadie ha podido. Pero que también te hace sentirte infeliz al irse y no dejar ningún rastro de él. Y lo peor de todo es que nunca supiste ni siquiera su nombre. ¿...