¿Quién dice que no puedes sentir algo especial por una persona que no conoces? Acabo de conocer el chico del café, se muy poco de él, sin embargo, siento que ya lo conociera, siento esas “mariposas” que todos dicen que se sienten cuando ves a esa persona especial. Es que es algo tan hermoso, tan difícil de describir, me da miedo sentir esto, nunca me había pasado, pero no puedo dejar de emocionarme cada vez que me manda un mensaje, lo hace todas las mañanas deseándome un buen día y todas las noches diciendo que descanse, es tan dulce de su parte, todo parece perfecto que me da miedo que solo sea un sueño.
Hoy quedo de venir pasar por mí al salir del instituto, y estoy tan emocionada, van varios días que no lo veo, y me siento ansiosa por hacerlo, aunque parece que el tiempo está en mi contra, cada vez son más largas las horas y aun me faltan dos clases para terminar.
Me dirijo a mi próxima clase, camino hasta las bancas de atrás y me siento en una que está vacía, segundos después aparece Nickolas por la puerta y camina dirigiéndose a la banca que está a un lado mío.-Sammy, hola –sonríe como si no me hubiera visto en mil años.
-Hola –trato de darle mi mejor sonrisa.
-Oye… ¿qué harás por la tarde? –luce nervioso.
-Yo, saldré con un amigo –sonrió al recordar, me está afectando más de lo que pensé.
-Oh –dice ¿decepcionado? –Quería… olvídalo –asiento sin entender muy bien, acaso iba a invitarme a salir.
Entra el maestro al aula, y lista para una clase muy interesante. Nótese el sarcasmo.
Cuando suena el timbre de salida, salgo disparada hacia afuera, soy prácticamente la primera en salir, bajo las escaleras de la entrada buscándolo con la mirada, y ahí esta; recargado en su auto con unos jeans de mezclilla cayéndole perfectamente por las caderas, una playera deportiva, ese cabello que me encanta y que muero por acariciar, esta con la vista en su celular, y ahora que me voy acercando veo que tiene el ceño fruncido.
-Hola tu –alza la vista y me sonríe, dejando atrás su ceño fruncido.
-Hola hermosa –se acerca a mí y me da un beso en la mejilla, provocando un leve cosquilleo ahí donde sus labios tocaron mi piel.
-¿Lista? –asiento y me abre la puerta de su auto para que suba.
-¿A dónde me llevaras?
-Bueno… no te diré es una sorpresa.
***********
Ayer le mande un mensaje diciéndole que quería que nos viéramos, me dijo que pasara por ella a su instituto, me mando la dirección y aquí estoy, como un niño, tan ¿emocionado? Si esa es la palabra, estoy emocionado, van solo unos días que no nos vemos, pero ya siento que la extraño.Me bajo de mi auto para descansar de venir todo este tiempo sentado, pero creo que fue mejor que me quedara ahí dentro.
-Cariño, ¿has venido por mí?
-Pues te equivocas –digo sonriendo –así que, ya te puedes ir por donde viniste –de verdad que no me gusta hablarle así a las mujeres, pero está en especial me saca de quicio.
-Que grosero mi amor –dice acercándose a mí, doy un paso hacia tras para alejarme de ella.
-Isabela ya basta, déjame en paz.
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Sin conocer tu nombre
RomanceQué pasaría si encontraras al hombre que evoluciono tu vida, que te hizo sentir lo que nadie ha podido. Pero que también te hace sentirte infeliz al irse y no dejar ningún rastro de él. Y lo peor de todo es que nunca supiste ni siquiera su nombre. ¿...