Capitulo siete

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Día diecinueve (otra vez):

Draco ya dormía en su cama, disfrutando por un rato el tener toda la cama para él, aunque la verdad es que deseaba que Harry llegara pronto. Nunca descansaba demasiado cuando Harry no estaba junto a él.

Como si sus deseos fueran ordenes, el adormilado rubio sintió como el colchón se hundía bajo el peso ajeno, y un helado Harry Potter se metió en la cama junto a él. Draco abrió los ojos, sobresaltado, al notar como los helados brazos lo abrazaban contra un pecho igual de helado.

-Lo siento, debí suponer que eso no era una buena idea-admitió Potter en un susurro, sonriéndole con dulzura, aunque había un nerviosismo en su sonrisa que inquietaba un poco a Draco-.

-No pasa nada-le dijo el rubio, aunque se estremecía cada vez que la piel de Potter rozaba la suya. Le devolvió la sonrisa a Harry y llevo la mano a su barbilla-. Te extrañe-le dijo el chico, mientras le acariciaba el labio inferior. Luego, lo beso-.

-¿Me extrañaste? No vimos hace unas horas-se rio Harry cuando el beso termino, mientras volvía a envolver al rubio entre sus brazos. Si bien aquello era tortuoso para le rubio, Harry disfrutaba del calor que expedía el cuerpo de su novio-.

-¿Acaso tu no me extrañaste?-cuestiono el rubio mientras enarcaba una ceja y retaba con la mirada a Potter a decirle que no-.

-Ya sabes que siempre te extraño-le dijo Harry, sonriéndole de forma dulce-.

-Ya lo sabía, pero es bueno escucharte decirlo-admitió el rubio, sonriendo-. ¿Por qué has vuelto tan pronto?

-Oh, ya sabes, Snape tenía sus cosas que hacer, así que solo cenamos y me fui-dijo Harry, encogiéndose de hombros mientras le rezaba a Dios, Merlín y Morgana que Draco no lo notara raro-. ¿Quieres cenar mañana?-dijo Harry, cambiando completamente de tema-.

-¿No cenaras de nuevo con Snape?-cuestiono el rubio-.

-Puedo cancelarle-dijo el chico, encogiéndose de hombros-.

-¿Han tenido algún problema?-cuestiono Draco, sin entender el comportamiento de su novio-.

-No, es solo que... te extraño. Últimamente apenas tengo tiempo para verte-se quejó el ojiverde y Draco lo comprendió; el también extrañaba pasar más tiempo con Potter-. Así que dime, ¿Por qué no vamos a cenar? Te invitare al mejor restaurant de Londres.

-¿Por qué mejor no hago que los elfos domésticos, esos que no me dejas tener en la casa, nos preparen la comida y comemos aquí, mirando una película? Así, tendremos una cama más cerca-le dijo el rubio en tono juguetón-.

-¿Para qué esperar?-cuestiono Harry, mientras se montaba sobre Draco y acariciaba el cuerpo del chico con ternura-.

Malfoy gimoteo por la sensación de las manos heladas de Potter sobre él.

-Si no supiera que has estado con mi padrino, diría que has estado con alguien que te ha dejado muy caliente-dijo el rubio riendo, mientras tomaba el control de la situación y dejaba Potter debajo el-.

-No hables de Snape-dijo Potter, un tanto menos animado que antes-.

Las manos de Draco pararon su recorrido por el pecho de Harry.

-¿Se han peleado?-a Draco no le pasó desapercibido el tono amargo de Potter, ni que le hubiera llamado "Snape"-.

-No es solo que... Snape seguirá estando allí en la mañana. Ahora, quiero que seamos solo tú y yo-dijo Harry, y beso a su novio antes de que este pudiera replicar nada más o notar su nerviosismo-.

. . .

Día veintitrés:

Harry miraba por la venta hacia exactamente una hora, desde el momento en que Snape se había sentado delante de él en la cafetería muggle a la que iban todas las tardes.

Harry había estado evitando a Snape tanto como podía, pero después de cancelarle para cenar con Draco, por un supuesto problema en el trabajo y para ir a ver el banquete con Draco, se había quedado sin excusas para ese día.

Snape y él se habían dedicado solo el breve saludo antes de que Potter clavara la mirada en la ventana e ignorara al hombre monumentalmente.

Harry ni siquiera podía dirigirle la palabra sin pensar en lo que casi habían hecho. Aun sentía como si Severus se encontrara casi pegado a él, como si su aliento le goleara el rostro, como si sus labios estuvieran casi rozándose...

Cada vez que pensaba en eso, la imagen del rubio aparecía en su cabeza como un golpe bajo. Él amaba a Draco y no quería lastimarlo, y desde luego que no quería besar a Snape, pero la pregunta es, ¿Por qué casi lo había hecho?

Snape tocio, interrumpiendo los pensamientos de Potter, y este automáticamente se dio vuelta a mirarle, lo que fue un grave error, porque solo pudo mantener sus ojos sobre los de Snape unos segundos antes de sentirse completamente avergonzado y bajar la vista a su taza de café frio.

-Potter... creo que deberíamos hablar.

-¿Si? Pues no puedo imaginar de que. No tenemos nada que hablar-sentencio Harry, aun sin atreverse a mirarle-.

-Harry, no hemos hecho nada malo-dijo Snape de frente-.

-No sé a qué te refieres-dijo Potter, agachando aún más la cabeza-.

-¡Claro que sí! No nos besamos-sentencio el hombre, haciendo estremecer a Harry-. No hicimos nada malo.

-¡Pero estoy comprometido, joder! ¡Casi te beso!-le espeto Harry. Subió su mirada solo unos segundos para que el hombre pudiera ver su expresión, pero casi inmediatamente después la volvió a bajar-.

-Pero no lo hiciste; no lo hicimos-Snape se pasó las manos por el cabello, un tanto frustrado-. ¿Crees que yo no me siento mal? ¡Estas comprometido con mi ahijado! Pero no hicimos nada. Solo fue un impulso idiota del momento que ni siquiera llego a concretarse, ni nunca lo hará-sentencio el profesor-.

Harry se relajó un poco en su asiento y miro a Severus a la cara.

-Tienes razón. Solo ha sido un impulso tonto, no tiene importancia-dijo Harry luego de respirar hondo un par de veces-.

El problema es que él sentía aquella cálida sensación en el estómago cuando estaba cerca de Snape, aquella que había sentido por última vez a los catorce años cuando descubrió que le gustaba nada más y nada menos que Draco Malfoy.

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