Capítulo 3

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Lejos del viejo museo de Zerant que anunciaba una de las más interesantes exposiciones de armas antiguas, se puede ver a un hombre de capucha negra observándolo atentamente, su oscura mirada hacía un cálculo mental, debía ser preciso, sin falla alguna.

-¿Estás en tu posición...?- Decía una voz a través de contacto telepático.

-Sí señor, espero su señal...

-Excelente...se paciente y recuerda, no falles...



Los tres días pasaron, tiempo suficiente para que Emma pensara y razonara de sus palabras para la defensa del caso, se sentía lista.

Puso la carta de Hechizia en la pared mientras trazaba cuatro tunas para simular una puerta, era de las únicas formas en la que se podía llegar al Consejo, tenían un reglamento estricto en cuanto a seguridad.

-Traté de contactar a Agartha, pero no me respondió...- Dijo J acercándose al cuarto donde estaba Emma.

-No importa...supongo que es algo que tendré que enfrentar sola.

-Oye, aquí estoy ¿no?- Emma le sonrió.- Vamos, acabemos con esto.

Emma le hizo caso, quería acabar con todo esto lo más rápido que se pudiera, sacó su varita y enfocó su mana hacia la carta. Las runas comenzaron a brillar y a unirse entre sí, la carta se hundió en la pared junto con la puerta trazada, en el fondo solo se veía un fondo muy oscuro, lentamente; salieron dos hombres uniformados de trajes azules y se pusieron del lado a lado.

-¿Asunto?- Dijeron ambos.

-Un caso de investigación por parte del consejo...-Respondió Emma tímida.

-...Adelante- Indicaron con sus manos la entrada, Emma volteó a ver a J y le ofreció su mano.

-Andando...- J la miró y le dio su mano.



Caminaban lentamente en la oscuridad de ese pasillo, Emma apretaba la mano de J muy fuerte; definitivamente estaba nerviosa por lo que podía pasarle, al fondo lograron ver finalmente la luz que indicaba el final.

Al salir, quedaron fascinados por todo lo que veían, era un edificio entero de magos, criaturas mágicas y algunos humanos, todos yendo de aquí a allá con papeleo o con otras cosas. Había diferentes temas de conversación que ignoraban completamente, los hombres que los recibieron en la entrada fueron los mismos que les indicaron a donde ir, era difícil moverse entre tanta gente, pero al final llegaron al pasillo por donde debían dirigirse.

-Este lugar es enorme...-Dijo J entre susurros.

-Que no te sorprenda...los hechiceros más grandes de Neaterra dirigen este lugar...

J parecía un niño al que apenas iba a alguna escuela a aprender, continuaron caminando hasta que llegaron a una enorme puerta.

-Es justo aquí Señorita Lowell- Dijeron ambos guardias, Emma tragó saliva por los nervios.

-Bien...llegó la hora.

-Todo saldrá bien, aquí estoy contigo- Le dijo con una sonrisa.

-Gracias cielo...-Respondió Emma con un poco de nervios.

La gran puerta se abrió y Emma entró lentamente mientras se quitaba la capucha de su cabeza, frente a ella; siete hechiceros sentados en grandes sillas y en un balcón que abarcaba gran parte del salón, J se sentó del lado donde iban los testigos del caso, observaba atentamente a todos y cada uno de ellos con una mirada seria.

Sinfonía de la Oscuridad: La Legión de las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora